por Adrián Corbella

A Manuel Belgrano lo recordamos generalmente como creador de la bandera, como su diseñador, casi como si fuera un sastre…
Pero, en rigor, fue una figura mucho más compleja, pues tuvo una destacada labor como político, militar y economista.
La
propia creación de la bandera fue un hecho político muy fuerte :
“Precisando bandera y no teniéndola la mandé hacer celeste y blanca con
los colores de la escarapela” … le comunica a las autoridades de Buenos
Aires … ¿Cómo es esto? ¿Por qué no tenía bandera? ¿Acaso la habían
extraviado?...
En realidad, si tenían bandera :
la española. Y justamente Belgrano, con ese acto fundacional, se rebela
contra el absurdo de luchar contra España con la bandera española. La
respuesta de Buenos Aires es un lacónico : “Guardela” y le indican usar
la que flamea en el Fuerte de Buenos Aires (la hispana). Belgrano va a
desobedecer : no será la última vez.
Belgrano
no fue un gran militar. Era, como muchos personajes del proceso
revolucionario, un militar improvisado, que cosechó éxitos y fracasos,
más de los últimos que de los primeros.
Sus
fracasos fueron, seguramente, inevitables para alguien que no tenía
formación militar. Sus éxitos fueron producto de su proverbial tozudez,
de su decisión de someter las órdenes que recibía a su juicio crítico. Y
así llegaron Tucumán y Salta, sus mayores victorias, logradas por su
cerrada negativa a acatar las órdenes de Buenos Aires, que lo instaban a
retirarse hasta Córdoba abandonando todo el Norte, medio país, a los
“godos”.
Pero quizás lo más interesante de don Manuel sea su pensamiento económico, que es lo menos recordado.
El
creador de la bandera fue un economista ecléctico. Heterodoxo, formado
tanto en lecturas del liberalismo que aparecía por aquellos años como la
gran novedad económica, como en el estudio de los autores
mercantilistas tardíos que proliferaban en España e Italia. Entonces don
Manuel matiza sus ideas liberales con criterios proteccionistas tomados
del mercantilismo, lo que lo lleva a defender posiciones que parecen
anticipar a las de Friedrich List, el padre ideológico de la
industrialización alemana en el siglo XIX . (1)
Así por ejemplo, Belgrano afirmaba que :
“Cuando
una materia prima entra con alguna forma, que también podría habérsele
dado por la nación que la compra, no es justo que entre tan franca como
si no tuviese nada de obra. Estas observaciones son una consecuencia
importante de nuestros principios : las manufacturas deben dar a las tierras de un Estado el mayor valor posible, y a sus hombres la mayor abundancia de trabajo”. (2)
En esto Belgrano seguía, paradójicamente, a Adam Smith, el padre del laissez-faire, quien consideraba que “será muy útil, por regla general, imponer alguna carga o contribución importante sobre la introducción del extranjero para fomentar la industria doméstica o nacional”.(3)
Smith también
sostenía que sería muy útil conceder ventajas (que podrían llegar
incluso al monopolio) a aquellas industrias vitales para la defensa
nacional, e incluso llegaba a plantear “Cuando se juzga necesaria una
manufactura para la defensa de la sociedad, no es arbitrio prudente
permitir que dependa de la voluntad de los particulares” (4)
Por
estas y otras lecturas, Belgrano analizaba los distintos medios para
promover la industria : fomentar el consumo interior, maquinizar la
industria para evitar un éxodo rural perjudicial a la agricultura y
ganadería, disminuir los gastos de transporte, tener en cuenta la
demanda realizar convenientes tratados de comercio, conceder privilegios
exclusivos sólo en casos especiales y limitados, distribuir premios e
incrementar el prestigio social del industrial y del exportador. (5)
Como
puede advertirse en esta somera reseña, el creador de la bandera era
dueño de un rico y complejo pensamiento económico, que coincidía sólo
parcialmente con las grandes ortodoxias.
Hoy
20 de junio conmemoramos la muerte de Manuel Belgrano. Él no era una
estatua de bronce. Belgrano fue un hombre, con sus virtudes y defectos,
con sus éxitos y fracasos, con sus pros y sus contras.
Y es bueno que haya sido así, porque eso lo hace humano.
La historia no la escriben superhéroes como Batman y Superman.
La
historia la escriben seres humanos que han logrado trascender a sus
defectos para ganarse un lugar en la memoria y el corazón de un pueblo.
Belgrano es uno de ellos.
Adrián Corbella, 19 de junio de 2012
NOTAS :
(1) List fue autor de “Sistema Nacional de economía política”, publicado en 1841.
(2) Belgrano, Manuel : Escritos económicos, Hyspamérica, Buenos Aires, 1988. Pag. 235
(3) Smith,
Adam : Investigación de la Naturaleza y causas de la Riqueza de las
Naciones, Ediciones Orbis, Barcelona, 1985. Tomo II, libro IV, capítulo
II, sección II, pags.197-98.
(4) Smith, obra citada anteriormente, Tomo II, libro IV, cap..V, pag. 288
(5) Belgrano, Escritos …, pag. 243, 249,251,252, 253.
fuente: Mirando hacia adentro
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