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lo que defiendo, lo que muchos defendemos, no es un nacionalismo pelotudo... sino un par de ideas, resignificadas hoy, libertad e igualdad... ideas profundamente mestizas aquí en Abya Yala, y aunque respeto toda otra posición cultural-política, creo, sinceramente, que es desde esta Gran Tierra, unidos, en comunidad, aceptando profundamente nuestra realidad mestiza -el uno- es que el Abya Yala florecerá... y que todos los enormes esfuerzos de Occidente por destruirnos, por separarnos, por vulnerarnos y conquistarnos, demostrarán inversamente la magnificencia de nuestra sonrisa, de nuestro futuro... por los Padres Libertadores del Pasado, Por los Hermanos Libertadores de Hoy, por Nosotros y los que Vienen... SUMAQ KAWSAY!... y eso tal vez parezca anárquico...pero tal vez esta anarquía sea un nuevo orden... opuesto al actual, sin dejar de reconocer lo alcanzado... por todos...

domingo, 30 de junio de 2013

Un poco de realismo político

Por José Natanson

reado para definir la dinámica de extracción de recursos naturales (fundamentalmente oro y plata) y su traslado desde las colonias americanas a las metrópolis europeas, el extractivismo se ha ido convirtiendo en una corriente de crítica social cada vez más extendida en algunos círculos intelectuales –y en menor medida políticos– de América Latina. Se define como extractivistas a aquellas actividades económicas que remueven grandes volúmenes de recursos que no son procesados (o que lo son muy limitadamente) y que se destinan sobre todo a la exportación. En esta definición amplia, el extractivismo no se limita a los minerales, el gas o el petróleo, sino que engloba materias primas agrarias, forestales e incluso pesqueras. Desde esta óptica, los países latinoamericanos seguirían desarrollando “economías adaptativas” a la división del trabajo mundial. Se dice, un poco dramáticamente, que son “exportadores de naturaleza” (1).
La crítica extractivista viene asociada a otra, que no es la misma pero se le parece, y que gira alrededor de la idea de rentismo. Concebido más como una cultura que como un modelo macroeconómico cerrado, el rentismo alude a un tipo de economía que depende básicamente de la generosidad de la naturaleza. Como el ingreso que genera no tiene contrapartida productiva sino que es resultado de la buena fortuna (los hallazgos en el subsuelo, la fertilidad de la tierra, las lluvias), las economías rentistas consolidan mentalidades anti-schumpeterianas que ahogan la capacidad de innovación, el riesgo empresarial y aun el esfuerzo individual. En uno de los estudios sistemáticos más famosos sobre el tema (2), la politóloga estadounidense Terry Lynn Karl desarrolla la tesis de “la paradoja de la abundancia”, según la cual aquellos países con una dotación extraordinaria de recursos naturales tienen mayores dificultades para lograr un crecimiento económico sostenido, mejorar la equidad social y evitar la inestabilidad política. En suma, son menos desarrollados.
¿Es tan así? En buena medida sí, por supuesto, pero creo que la crítica extractivista-rentista merece una puesta en cuestión, no para desmentirla totalmente sino para, primero, complejizarla con algunos matices conceptuales y, después, considerarla desde el incómodo pero inevitable punto de vista del realismo político, porque si no estaremos hablando en el aire.
Veamos.
Teoría

Comencemos revisando la idea de que las economías basadas en los recursos naturales son necesariamente subdesarrolladas. No solo por el caso de Noruega, octavo productor de petróleo del mundo y segundo país en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD, situación que podría atribuirse al hecho de que el petróleo fue descubierto y comenzó a explotarse tardíamente, pasados los 60, cuando Noruega ya era un país de punta, sino por la experiencia de naciones que lograron interesantes saltos de desarrollo en base a la exportación de materias primas: el 49 por ciento de las exportaciones de Nueva Zelanda, por ejemplo, está constituido por recursos naturales o productos elaborados en base a ellos. La clave es el valor agregado, que es altísimo: el gobierno neozelandés ha creado organismos y programas que alientan la cooperación entre el sector público y las empresas privadas con objetivos tan precisos como incrementar las exportaciones de vino a los segmentos de mayor poder adquisitivo del Sudeste Asiático o desarrollar nuevas variedades de kiwi –que en el pasado era una fruta exclusivamente neocelandesa pero que ahora se cultiva en todo el mundo– para no perder presencia en el mercado. El resultado es que una tonelada de alimentos exportada por Argentina vale, en promedio, 300 dólares, mientras que una exportada por Nueva Zelanda vale 1.285 (3).
Este tipo de experiencias –hay otras: Australia, por ejemplo, es una potencia minera– demuestra que existen economías basadas en recursos naturales y al mismo tiempo dinámicas y prósperas, lo que a su vez implica romper el viejo dogma desarrollista que predica que cualquier actividad industrial es buena y cualquiera generada a partir de materias primas es mala. Por supuesto, un país que exporta uno o dos productos sin agregarles valor probablemente esté condenado al fracaso, pero en el contexto del ascenso imparable de China e India la vieja tesis de Raúl Prebisch en el sentido de un deterioro inexorable de los términos de intercambio para los países exportadores de recursos naturales merece cuanto menos una discusión. Con un centro global en crisis desde el 2008 y una periferia en ascenso, nos enfrentamos a un cambio radical de paradigma que descoloca a los frondizistas nostálgicos (dicen que todavía quedan algunos). ¿Qué vale más hoy, una planta de agua pesada o un buen complejo agroalimentario?
El otro punto a revisar es el concepto mismo de extractivismo. Tal vez resulte demasiado amplio, en la medida en que incluye dentro de la misma bolsa a actividades generadas a partir de recursos no renovables (como minería e hidrocarburos) y otras que no lo son. La soja es un caso interesante, pues se trata de una actividad productiva basada en un recurso renovable (el suelo), cuyo rendimiento depende en parte de la tecnología, el capital y la innovación (no tanto del trabajo, ya que emplea poca mano de obra). Y aunque es cierto que si se descuidan los métodos de cultivo se corre el riesgo de que la tasa de explotación de la tierra sobrepase la tasa de renovación ecológica, también es verdad que la rotación garantiza su preservación. Al mismo tiempo, la soja depende para su éxito de factores no productivos (la fertilidad del suelo, las lluvias) y produce una hiperrenta superior a la de casi todas las actividades legales… salvo los hidrocarburos.

Práctica

Desde un punto de vista político, todos los gobiernos latinoamericanos alientan o toleran las actividades extractivas. Esto es así incluso en aquellos que reivindican a la Pachamama, como el boliviano, pero no se privan de explotar el gas, el estaño y la nueva vedette de los minerales, el litio; aquellos que defienden el “buen vivir”, como el ecuatoriano, pero impulsan la extracción de petróleo en la Amazonia, y los que, como el de Argentina, se reivindican industrialistas, pero no pueden evitar que un porcentaje importante (67 por ciento) de las exportaciones se basen en materias primas. Que prácticamente todos los gobiernos de la región recurran a los recursos naturales como palanca para el crecimiento no les da automáticamente la razón, pero sí invita a considerar el tema con cierto cuidado.
Sucede que el despegue económico de los últimos años y los avances sociales registrados en casi todos los países se explican en buena medida por el boom de los commodities, y la renta que habilitan es apropiada por el Estado y, con mayor o menor éxito, redistribuida. A uno podrá gustarle más o menos, pero habrá que reconocer que los ingresos extraordinarios y la ampliación del gasto social están relacionados. En términos argentinos, hay un vínculo entre el monocultivo sojero y la Asignación Universal, y ése es, desde mi percepción, el punto ciego del correcto razonamiento planteado por Carta Abierta cuando alerta sobre la imposibilidad de una política social inclusiva sin retenciones: lo que falta decir es que para que haya retenciones tiene que haber soja, y para que haya soja tiene que haber glifosato.
Como suele suceder, quienes parecen percibir con mayor agudeza esta relación dilemática no son los intelectuales sino los ciudadanos, y en este sentido uno de los aspectos más opinables de la crítica extractivista es la idea de que se trata de actividades económicas no democráticas. No es así. Si bien es verdad que los escasos ejemplos de consultas populares realizadas alrededor de estos proyectos en general terminaron inclinándose por el rechazo, lo cierto es que los líderes políticos (intendentes, gobernadores) que los impulsan son elegidos o reelegidos con porcentajes a menudo abrumadores de votos (con todo su cianuro, José Luis Gioja fue reelegido gobernador de San Juan con casi el 70 por ciento de apoyo). Sintomáticamente, los intentos por construir alternativas de izquierda a los gobiernos latinoamericanos a partir de cuestionamientos ambientales y ecológicos fracasaron estrepitosamente, tal como demuestran los casos de Alberto Acosta en Ecuador, Marina Silva en Brasil y Pino Solanas en Argentina.
Insisto: esto no implica negar los efectos negativos de este tipo de actividades, pero sí invita a considerar con cuidado la relación entre votos y recursos naturales (que es la relación entre democracia y ecología). Con un dato extra, también incómodo. Por inercia intelectual, desidia o conveniencia, la izquierda a menudo asume que hay una alianza natural entre, por un lado, los sectores, muchas veces campesinos e indígenas, que resisten las dinámicas económicas extractivas, y, por otro, los grupos pobres urbanos (estoy tentado de escribir: proletarios), en la medida en que todos deberían luchar objetivamente contra el mismo capitalismo depredador, cuando en verdad los sectores populares de las ciudades constituyen la base fundamental de los gobiernos que tanto se critican.

La escalera

Por motivos obvios, en los últimos años han ido ganando fuerza en Europa y Estados Unidos las teorías del decrecimiento y el pos-desarrollo, que plantean la necesidad de abandonar la expansión económica como objetivo prioritario de la gestión estatal y avanzar hacia un nuevo modelo de sociedad, en donde el consumo ya no ocupe el lugar central y donde las relaciones entre el ser humano y la naturaleza se vayan reequilibrando. Aunque interesante, el debate parece un poco lejano a la realidad de América Latina, que entre todos sus problemas enfrenta el de la ausencia –no el exceso– de consumo por parte de vastos sectores de la población (incluso de consumo de alimentos). Sin un crecimiento alto y sostenido, parece difícil que los países latinoamericanos logren mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Y, aunque no hablaremos aquí de colonialismo cultural ni nada por el estilo, resultan llamativas las semejanzas entre este tipo de planteos y lo que el economista coreano Ha-Joon Chang define como la “estrategia de tirar la escalera”: el hecho de que los países centrales desplegaron históricamente una serie de políticas proteccionistas que, una vez alcanzado un alto nivel de desarrollo, pretenden vedar al resto del mundo con la consigna del libre comercio. O como dicen que un alto dirigente chino respondió cuando un funcionario europeo acusó a su país de estropear el medio ambiente con emisiones descontroladas de dióxido de carbono: “Ustedes ya hicieron su revolución industrial; ahora nos toca a nosotros”.
1. Alberto Acosta, “Extractivismo y neoextractivismo, dos caras de la misma maldición”. Disponible en www.ecoportal.net
2. Terry L. Karl, The Paradox of Plenty. Oil Booms and Petro-States, University of California Press, 1997.
3. www.agrositio.com/vertext/vertext.asp?id=125734&se=1
4. Ha-Joon Chang, 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo, Debate, Buenos Aires, 2013.

fuente: El diplo

viernes, 28 de junio de 2013

manuel, el leo, la coca... wawques

ya que You Tube, parece impedir el sano Linkeo
busquenló con este título:

el Coca Móvil, pasó por Mendoza (uno)

el Coca Móvil, pasó por Mendoza (dos)

PERÓN LO LLORA AL CHE


...  de los puntos más brillantes en
la ensayística de Cooke es el que se
centra en el concepto de
burocracia. Pocos como él lo
analizaron con tanto rigor. No fue
casual: pensaba que la burocracia era el cáncer del
peronismo. Algo muy parecido pensaba Evita.
Solía decir: el burócrata es el que se sirve de su
puesto para beneficiarse a sí mismo, no para
beneficiar al pueblo. Hay aquí una diferencia
entre la mujer pasional y el ideólogo formado por
Marx y por Sartre. Evita, para definir al burócrata,
centrará el tema en la ambición. Lo cual es
indiscutible. Pero Cooke lo centrará en la
ideología. Lo burocrático es una categoría
ideológica. El burócrata se empeña en definir al
peronismo como policlasista.Insiste, así, en que no
debe ser clasista. Cooke señala que hay aquí una
deliberada, perversa confusión: el Movimiento
peronista tiene una composición policlasista. En un
frente de lucha, o, por decirlo más claramente, en
la lucha antiimperialista que emprende el
Movimiento, el policlasismo funciona, pues suma
a todos aquellos sectores objetivamenteenfrentados
al imperialismo. Pero no hay que confundir el
policlasismo del Movimiento como frente de
lucha con su ideología. El burócrata cree que hay
ideologías policlasistas o neutras. Ideologías en las
que entra todo lo que políticamente entra en un
frente táctico de lucha. No es así. El Movimiento
puede ser policlasista pero su ideología no. La
ideología del Movimiento es: 1) O la ideología
reaccionaria o reformista de la burguesía; 2) O la
ideología revolucionaria del proletariado.
Lo que Cooke busca demostrar (sobre todo en un
texto brillante como Peronismo y revolución) es que
lo que define al burócrata es negarse a hacer del
peronismo un movimiento revolucionario. Para
lograrlo, busca identificar la composición policlasista
del Movimiento con su ideología. Una ideología
policlasista no es revolucionaria. Es una ideología
“neutra” destinada a expresar a todas las clases que
actúan en el Movimiento, al intentar expresar a
todas no expresa a ninguna y menos aún a la ideología del proletariado, cuya diferenciación de la burguesía debe ser muy clara. Este es un punto de excepcional importancia en lo que diferenciaba a Cooke de Perón. Perón tiene lo que para Cooke es
la ideología del burócrata. Perón jamás le daría al
peronismo “la ideología revolucionaria del proletariado”. Al criticar al burócrata Cooke critica la orientación ideológica que Perón da al Movimiento.
Lo que aquí centralmente sucede es que Perón
está al frente de un Movimiento, y Cooke le está
pidiendo que ese Movimiento tenga la ideología de
un partido de extrema izquierda. Perón podría
decirle: “Con lo que usted me propone yo sólo
armo un partido de izquierda. No armo un movimiento”. Cooke le diría: “Si el peronismo expresa a
la clase obrera argentina tiene que tener la ideología
revolucionaria del proletariado”. Perón le diría:
“Pero esa ideología, para usted y para cualquiera, es
el marxismo. Y yo quiero que el peronismo sea un
movimiento nacional, no un partido marxista”.
Perón está siendo fiel a la tradición y a la historia
del peronismo. A Cooke le irrita esa indefinición
ideológica. Quiere para la clase obrera peronista la
ideología de esa clase. Pero (y he aquí la cuestión),
¿es el marxismo la ideología de la clase obrera peronista? Lo es de la clase obrera. Pero Perón no puede darle a la clase que define el rostro de su Movimiento una ideología marxista porque él, que es el líder de ese Movimiento, no es marxista. Cooke busca
presionarlo y producir el ansiado “giro a la izquierda” del peronismo. Pero Perón sabe que la masividad del peronismo, su componente nacional, lo es porque él ha sabido no ser “sectario ni excluyente”.
Hay que sumar. “Si llego sólo con los buenos, llego
con muy pocos.” Cooke habrá de pensar que será
mejor tener claridad ideológica, ser menos pero ser
buenos y saber claramente lo que se quiere que continuar siendo el gigante invertebrado y miope que,
para él, es el peronismo.
Estas posiciones diferenciadas se explicitan en un
corpus notable y único en la literatura política
argentina. La Correspondencia Cooke-Perón. La editorial Granica la publica en 1972. El impacto sobre la militancia es enorme. El libro se transforma en un best-seller. Pese a ser tan abundantemente leído, no hay mayores debates sobre él y pareciera que las conclusiones que se desprenden de él no pudieran ser
asumidas sobre los militantes de la Tendencia. Más
claras no podían estar las cosas. Todo lo que se venía
estaba en la Correspondencia entre Perón y Cooke:
Perón se negaba al giro a la izquierda. Había dado
señales, bien en su estilo, porque necesitaba mantener cautivos a sus aguerridos militantes de izquierda.
Con ellos, golpeo. Con los otros, con los políticos,
con los sindicalistas, negocio. Con respecto a “los
muchachos”, el proyecto de Perón es que él se ha
aggiornado. Que el peronismo ha cumplido una primera etapa entre 1946-1955, que en ella él pudo
“haber sido el primer Castro de América” y que fracasó ese intento. Jamás explicitó muy bien Perón
por qué. Pero, para haber sido el primer Castro de
América, tendría que haber hecho lo esencial que
Castro hizo para ser, él sí, el primer Castro de América:
declararse marxista e iniciar un proceso revolucionario.
Perón hace los gestos necesarios para fortalecer
esta imagen del populista que se ha aggiornado, del
mero intervencionista de Estado que ahora sabe que
es el momento del socialismo, y da todo tipo de
señales, que los combativos asumen con entusiasmo
y los conciliadores, los burócratas entre la cautela, la
desazón y la incredulidad. Conocen al Viejo y saben
que es una máquina de emitir significantes. O mensajes que incluyan a todo el mundo. Lo patético entre Cooke y Perón es que éste quiere aglutinar a todos y tiene, en efecto, una carta, una cinta grabada para que nadie se quede sin su cobertura política
y Cooke quiere un partido marxista revolucionario.
Con una ideología revolucionaria que, en ese
momento, en los años sesenta, no era otra que el
socialismo. Y, en América latina, el socialismo cubano. Anticipándonos: Cooke lo quiere a Perón en
Cuba. Eso le importa más que cualquier lucubración ideológica. Ese acto poderoso barrería con todas las vacilaciones ideológicas. Igualmente (aunque se obstina en no viajar a Cuba), escribe cartas
memorables con motivo de la muerte del Comandante Guevara. El texto que vamos a leer es muy posible que Perón se lo haya dictado a López Rega y que el monje umbandista lo haya copiado fielmente, con el entusiasmo que ponía en todas las tareas
que le daba el general. La carta dice así: “Compañeros: Con dolor profundo he recibido la noticia de una irreparable pérdida para la causa de los pueblos que luchan por su liberación. Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con todos
aquellos que en cualquier lugar del mundo luchan
contra la injusticia, la miseria y la explotación (...).
Hoy ha caído en esa lucha, como héroe un héroe, la
figura más extraordinaria que ha dado la revolución
en Latinoamérica: ha muerto el comandante Ernesto ‘Che’ Guevara”.
“Su muerte me desgarra el alma porque era uno de
los nuestros, quizás el mejor(...). Su vida, su epopeya,
es el ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América Latina (...)
El Peronismo, consecuente con su tradición nacional y popular y con su lucha, como Movimiento,
Popular y Revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante Ernesto ‘Che’ Guevara, guerrillero argentino muerto en acción empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamé-
rica.” Juan Domingo Perón. En otro fragmento afirma: “Las revoluciones socialistas se tienen que realizar”. Soplaban estos vientos. Perón se sumaba a ellos. La izquierda del movimiento, feliz. La derecha IIpreocupada, ¿qué le pasa al general, se volvió comunista? Y los militares y los curas cerraban filas: “Ese
loco aquí no vuelve más”.

ESPAÑA O CUBA

Cooke, por su parte, desde por lo menos 1962 y
antes, desde el estallido de la Revolución Cubana,
hecho que marcó su vida, le pide a Perón que regrese a América latina. Que abandone la España de
Franco. Que Castro lo recibirá y su presencia en el
continente dinamizará la Revolución, tal como lo
había iniciado la Revolución Cubana. Perón lo
escucha.
Cooke precisa los puntos de diferencia: “Lo cierto es que con la mira puesta en distintos objetivos,
existe una bifurcación de pensamientos en cuanto a
los medios de alcanzarlos. Y que se debe a la distinta ubicación geográfica: Las conclusiones son distintas
según el ángulo de visión sea España o Cuba. ¿Acaso
porque es usted ‘occidentalista y cristiano’, como
dicen los manijeres de la claudicación? Aparte de
que ese infundio no tiene fundamento, Ud. se ha
ocupado expresamente de difundir la mendacidad
de los slogans ‘occidentalistas’” (Perón-Cooke,
Correspondencia, tomo II, Ibid., p. 551. Cursivas
mías). Y aquí viene la arremetida más poderosa de
Cooke: “Cada vez que Ud. analiza la situación del
mundo, demuestra que el estar en España –con los
consiguientes perjuicios de la falta de informaciones, de tener que manejarse con datos parciales y deformados– no le impide seguir perfectamente la evolución histórica contemporánea y ubicarnos en
la coyuntura actual. Como político –y hasta como
experto en estrategia– está seguro sobre cuál de los bloques mundiales tiene una correlación de fuerzas favorables y cuál va derechito a la liquidación” (Correspondencia, Ibid., p. 551, Cursivas mías). “Derechito a la liquidación”: era la fe de la época. Cuidado:
que nadie se sienta superior a Cooke porque no
adivinó el futuro o porque se equivocó en las tendencias de la historia. Todos se equivocaban por ese entonces. Y en gran medida porque confundían el desarrollo de los hechos históricos con el desarrollo de sus deseos. Nadie puede luchar, arriesgar la vida y hasta morir sin una esperanza sólida que lo impulse. Yo no me considero más sabio que Cooke porque escribo desde el 2008 y tengo todo el fracaso, toda la catástrofe ante mi vista. Los perros vivos no pueden sentirse superiores a los leones muertos.Cooke
trabajaba sobre una hipótesis de hierro, una hipótesis fundamentada por los tiempos: el mundo marcha
hacia el socialismo. Pocas veces el desarrollo necesario de un proceso histórico se había instalado como
entonces. Pocas veces se instauró en la Historia un
devenir tan lineal y necesario: nada podía impedirlo. Estaba en la dialéctica interna de los hechos. Es más: eso era la dialéctica. Que la Historia no se detenía y que avanzaba hacia el socialismo negaría la etapa capitalista e iría instalando en cada país los
sistemas socialistas de liberación. Esa lucha era
hegemonizada por el Tercer Mundo. Sartre, en el
Prólogo al libro de Fanon (que aún no hemos estudiado), decía: “La descolonización está en marcha.
Lo único que pueden hacer nuestros mercenarios es
demorarla” (cito de memoria). No frustrarla, no
impedirla, no aniquilarla. Sólo demorar un proceso
que estaba inscrito en el corazón de los hechos.
Nada podía detener la revoluciones del Tercer
Mundo. Se ignoraba que el imperialismo tenía
total conciencia de estos hechos. Que sabía que las
luchas calientes de la Guerra Fría se libraban en la
periferia y que estaba dispuesto a impedir las ambiciones del Tercer Mundo. Pero, ¿qué podría hacer
si se empantanaba en Vietnam? Si, además, la
Unión Soviética ganaría la Guerra Fría, ¿de dónde
sacaría fuerzas para frenar un proceso que respondía al avance de la historia? Esta certeza en el avance de la historia fue un error teórico grave. Lo alimentaba la idea de la dialéctica: la dialéctica es una lógica de la finalidad. Todos los hechos que se producían se encadenaban dialécticamente y llevaban a
un mismo fin, a una misma totalización, a la superación revolucionaria de todas las contradicciones
burguesas. Era una metafísica de la historia. Hegel y
Marx había anunciado esa necesariedad de los
hechos, la inmanencia de su desarrollo dialéctico.
Hegel había divinizado la Historia. Y Marx aceptó
el esquema por el cual el proletariado victorioso
suplantaría a la burguesía. Lo que él y Engels, en
sus escritos finales, complejizan y ven mucho más
arduo de lo que parecía, no es tomado por los revolucionarios del siglo XX. A la izquierda le era sustancial la idea de progreso. Más rápido o más lentamente, el capitalismo habría de caer y la lucha de los pueblos era fundamental para que eso ocurriera.
Porque si algo tuvo claro la izquierda latinoamericana fue que no era cuestión de sentarse a esperar
que estallaran las contradicciones del capitalismo.
No: la praxis militante y la praxis armada era fundamentales. Y si no, ahí está esa frase de Cooke que
levantaba el ánimo combativo de los jóvenes militantes: “Un régimen nunca se cae, siempre hay que
voltearlo”.
En medio de todo esto, desde Madrid, Perón,
que no quería una revolución socialista sino un proyecto nacional y popular que integrara a la mayor
cantidad posible de argentinos a un país más justo,
más distributivo, con un Estado que velaría por los
pobres, lejos estaba de proponerse medidas socialistas de expropiación de la tierra, de enfrentamientos
inconciliables con Estados Unidos y con una acción
coligada con la Cuba de Castro, algo que implicaba
una adhesión inmediata al bloque soviético del cual
Cuba era parte evidente y que había provocado las
iras del Che. Acaso Perón (al ser el Gran Estratega
que Cooke le reconocía que era) no veía para nada
que el Imperio Norteamericano fuera “derechito a
la liquidación” y no quisiera alinearse bajo la égida
cubana. Por otra parte, ¿por qué habría de subordinarse a La Habana el líder del movimiento de masas
más numeroso de América latina? Cooke llevaba
una lucha perdida y probablemente equivocada.
Aunque, es cierto, él hacía lo que tenía que hacer.
Ya era un revolucionario cubano. Su misión (y lo
que seguramente le había prometido u ofrecido a
Fidel) era llevarlo a Perón al frente latinoamericano.
Pero no tenía sentido. Perón se enfrentaba al poder
en la Argentina. Ese poder era muy superior al que
Castro había volteado. Necesitaba una tropa mucho
más poderosa y variada, que atacara en muchos
frentes. Perón, en Cuba, habría tenido que decidirse
por una sola opción. Por la extrema, por la radical.
Por la que Cooke le pedía: “El peronismo debe convertirse en un partido de extrema izquierda”. Perón,
en Madrid, era un líder latinoamericano en el exilio
europeo (aunque fuera la muy poco prestigiosa
España de Franco) y eso lo mantenía alejado de
todas las facciones. Le daba la distancia que él necesitaba. En la que se sentía cómodo. Seamos claros:
Perón, en Cuba, al primero que habría sorprendido
sería al propio pueblo peronista. ¿Cómo, no éramos
peronistas nosotros? ¿Ahora somos castristas, comunistas? ¿Qué le pasa al general? ¿A la vejez viruela?
Nosotros lo esperamos y lo queremos porque es
Perón, porque es peronista, como nosotros. Porque
es el general del caballo pinto. El general al que no
se le cae la sonrisa. El que alza los brazos a lo campe-
ón. El que dice “Compañeros” desde el balcón de la
Rosada. A ese Perón, Cooke quería ponerle una
barba cubana.

EL PRISIONERO DE
PUERTA DE HIERRO

Sin embargo, es necesario tomar en cuenta –con
toda seriedad– el punto de vista de Cooke. No lo
quiere a Perón en Europa. Le pone un nombre a lo
Alejandro Dumas: El prisionero de Puerta de Hierro.
Aunque Cooke no sabe hasta qué punto está en lo
cierto, aunque en esta calificación ni piensa (porque
lo ignora) lo que realmente implica esa cárcel en la
que ve al líder de los trabajadores, es bien cierto que
IIIpareciera una premonición estremecedora la de su
definición. Cooke le dice al general que es el prisionero de Puerta de Hierro porque ese exilio europeo lo aleja de una visión cercana, concreta, vivencial de los sucesos revolucionarios de América latina. Cierto. Pero (maestro, Cooke: ¡si usted lo
hubiera sabido!) la verdadera prisión era otra. El
prisionero de Puerta de Hierro era preso de carceleros más mínimos, domésticos, mediocres, miserables y sanguinarios. Perón no está preso por acontecimientos de un continente que le impedían ver los de otro, los del suyo. Estaba preso en las
mazmorras de López Rega, de Isabel, de Lastiri, de
la P-2, de una derecha que nadie sospechaba. Que
nadie imaginaba. Ante tan grotesca, penosa realidad, los análisis de Cooke son de un refinamiento
excepcional, no sólo porque en sí mismos lo son,
sino porque, al contrastarlos con la realidad pavorosa, macabra y farsesca que vivía Perón, semejan a
un brillante teórico de la política escribiendo desde
América latina cartas dignas de Montesquieu o de
Maquiavelo o de Rousseau a un general que vive
inmerso en un drama cuya trama esbozó Corín
Tellado, cuya sangre y cuya crueldad introdujo el
Marqués de Sade, cuyos laberintos secretos, cuya
estética esotérica y de puertas cerradas añadió Rasputín encarnado en un clown paranoico y asesino,
un Eusebio sanguinario que divertía a un Rosas
cansado, viejo, demasiado sensible a sus bromas,
incapaz de discernir que no lo eran sino que eran
planes de masacre, o capaz de hacerlo pero sin
fuerzas para impedirlo ni demasiadas convicciones.
A este general, desde Cuba, desde la isla que expresaba en América, en ese momento, a poco tiempo
de Bahía de Cochinos, los sueños de toda la
izquierda revolucionaria, Cooke le escribía: “Esta
es la manera que se me ocurre para definir su
situación actual. No le estoy diciendo nada que
ignore, pero la estrechez de su encierro es todavía
mayor de lo que me parece, y justifica que emplee
lo que parece un título para novelas para Alejandro
Dumas”.
“El nudo de la diferencia entre su modo de ver
las cosas y el mío está aquí, de que mi angustia y la
pasión con que hablo de renovar totalmente nuestra política no es por desacuerdo con lo que Ud.
hace sino porque considero que estamos dejando
de hacer todo lo que es posible y necesario para
acercarnos a nuestros objetivos”.
“Ud. hace maravillas con las cartas que tiene,
sabiendo que son formas tangenciales de apoyo a
una tarea que no puede ser sino insurreccional.
Mi pregunta es: ‘¿Y no hay otras cartas de verdadero valor, cartas que sean de verdadero triunfo
para la revolución nacional?’ (Perón-Cooke,
Ibid., p. 555/556). Salga de su encierro, clama
Cooke dramáticamente. Y aquí hay elementos
muy importantes que empiezan a jugar a su
favor. Cooke no habla solamente de Argentina y
las masas peronistas, educadas en el Estado de
Bienestar. Está hablando de todo un amplio
movimiento insurreccional que se está dando
internacionalmente y del que Perón (inmerso en
el ajedrez argentino y la conducción de sus buró-
cratas) no tiene la menor idea. Escribe: ‘Hay en el
mundo nuevos movimientos, nuevas relaciones
entre pueblos y partidos, nuevos líderes que surgen y vienen perfilándose en el seno de sus naciones. El conocimiento que Ud. tenga será siempre indirecto y no reemplaza, ni cuantitativa ni cualitativamente, la aprehensión viva, directa, permanente que sólo le puede dar la relación inmediata con el proceso y sus actores”.
Observen la desesperación del siguiente texto de
Cooke. Pensemos si no tiene razón. ¿Sólo al general del caballo pinto quieren las masas argentinas?
Pero, caramba, la historia está yendo más allá de
ese pintoresquismo. La liberación de los pueblos
no pasa por un paternalismo de estampita. Que al
general se lo viera pintón arriba de un caballo no
va a llevar a los pueblos a romper con sus ataduras
ni a participar de las revoluciones que están en
camino en el resto del mundo: “¿Y cómo es posible que el líder de las masas argentinas no conozca
en forma directa –personal, si es posible– el pensamiento de Ben Bella, de Sekú Torué, de Nkruma?
¿Que no esté en relación directa –no formal ni
protocolar– con Nasser, con Tito (...). Pero Ud.,
que dirige un sector vital de ese frente revolucionario extendido en todo el planeta, está aislado, segregado (...). Por eso le digo que es el prisionero de Puerta de Hierro. Está limitado en sus elementos de juicio, obligado a descifrar la realidad de entre
un aluvión de falsedades, a extraer la verdad desde
indicios parciales e informes fragmentarios (...).
Está limitado, en fin, en su libertad para operar.
Tiene que ver el mundo por una ventanita, actuar
desde una reclusión, permanecer como rehén”
(Perón-Cooke, Ibid., p. 557). Pensemos, aquí, la
otra reclusión de Perón: la de su círculo íntimo. A
López Rega adueñándose cada vez más de su persona. Recibiendo y hasta abriendo su correspondencia. Apropiándose del poder de decidir quién habría de ver al general y quién no. Y algo que
pocas veces hemos mencionado, algo que pareciera
indigno de entrar en los límites de la reflexión, de
ser tomado en serio al pensar la historia: el mísero
Eusebio, el aprendiz de Rasputín, Lopecito era
quien le hacía los masajes de próstata al general.
De esta cárcel era también prisionero Perón. Una
de las frases que le destina Cooke lo resume todo.
Tiene la potencia con que escriben los que saben y
los que saben pensar: “Porque Ud. no está en Occidente, sino en Santa Elena” Y continúa: “No crea que le estoy haciendo
un escrutinio psicológico. Ya he señalado que el
medio ambiente no le embota las facultades intelectivas ni la sensibilidad. No dejará Ud. de comprender el problema de los argentinos, de los cubanos o de los indonesios. Lo imposible es que capte la ‘vivencia’, que sólo da el contacto concreto, el
intercambio con hombres y partidos. Es como si
Eisenhower hubiese dirigido y planeado el desembarco de Normandía desde un campo de concentración alemán” Brillante. Qué escritor era Cooke. Dónde están estos
tipos. Nos hemos ido al demonio, a la mismísima
mierda. Hoy es inimaginable un pensador político
de la talla de Cooke en la Argentina. Hay dos o
tres pensadores políticos para tomar en cuenta. El
resto es basura de cagatintas que creen saber pensar. Un barullo fascistoide y petulante y sometido
a poderes fácticos poderosos. El mundo de Cooke
se hizo añicos. Hoy vivimos en medio de los restos
patéticos de ese mundo que él describe, que le despertaba esas esperanzas y alimentaba esa prosa. Le
escribe a Perón: “Ud. no es un exiliado común: es
un doble exiliado. Exiliado de su Patria y exiliado
del mundo revolucionario donde se decide la historia y donde tiene sus hermanos de causa”.

PERÓN-COOKE: EL FIN

Cooke escribía inmerso en una certeza hoy
perdida: la historia todavía podía ser decidida. Se
podía hacer algo con la historia. La visión del
futuro no era sólo la del apocalipsis, o principalmente. Había pueblos que se rebelaban y lo hacían en busca de su dignidad. De aquí que él propusiera el encuentro del peronismo con la lucha de esos pueblos. Como esa lucha era una lucha de
la izquierda revolucionaria Cooke le pide, coherentemente, a Perón un “giro a la izquierda” del peronismo. “Lo que la prensa llamó ‘giro a la izquierda’ no es más que el desenvolvimiento lógico de
nuestros presupuestos teóricos y de nuestra
acción práctica. El programa de Huerta Grande compendia, en un
abanico de soluciones, un pensamiento central
coherente. En lo internacional esto se complementa para afianzar los vínculos con el campo socialista”.
Ese afianzamiento, para Cooke, sólo puede realizarse por medio de la unión con Cuba. Cuba está en América. Perón necesita a Cuba. Y Cuba necesita a Perón. Escribe Cooke: “Cuba es el único
país de América donde al peronismo se lo respetó
y no sufre campaña de propaganda en contra. Los
discursos de Fidel nos mencionan elogiosamente,
la televisión y la prensa difunden nuestro mensaje
y nuestros triunfos. Los equívocos iniciales desaparecieron por completo y se nos valora como corresponde”
(Perón-Cooke, Ibid., p. 570, cursivas mías). Cooke,
ya hacia el final de la correspondencia, pareciera
apresurarse. No hay tiempo que perder. La historia
no espera. Perón tiene que estar ya en América
latina. Porque, sencillamente, no ha concluido su
obra: “La adversidad hizo que quedara a mitad de
camino en 1955; la fortuna quiere que, en 1964,
todavía cuente con las masas capaces de acompa-
ñarlo en la liberación nacional que no tiene otro
abanderado posible” (Perón-Cooke, Ibid., p. 582).
Aquí se presenta un problema. Perón retorna
hacia fines de 1964. La carta de Cooke que acabamos de citar es de agosto. Faltaban un par de meses. Perón es interceptado en El Galeao y difunde algunos de sus comunicados más virulentos.
Cooke, poco después, dirá su discurso en Córdoba, a la FUC, y escribirá su célebre Informe a las bases. El, sin duda, lo quería en la isla de Castro.
Pero Perón vuelve a la Argentina. Este es un punto
misterioso en la historia del peronismo. ¿Volvía a
ponerse al frente de la lucha? ¿A que lo tomaran
preso, tal como iba a ocurrir? ¿A exigir elecciones
libres? ¿Sabía que habrían de detenerlo en El Galeao y fue un gesto de apriete? ¿Una compadrada histórica? ¿Se habían organizado comisiones para recibirlo? ¿Se había movilizado al pueblo? La conmoción interna que provoca “este” retorno nada
tiene que ver con la que provoca el de 1972, que
obliga a un impresionante despliegue militar y a
una pueblada que pone el pecho a las balas de
goma y cruza el río Matanzas. ¿Por qué Cooke no
se da por satisfecho con este retorno? La cuestión
es que, dos años después, desde La Habana, desde
el lugar al que no había dejado de insistir tenía que
emigrar Perón, le escribe las frases de la ruptura,
las que dan fin a la correspondencia: “Mis argumentos, desgraciadamente, no tienen efecto: Ud.
procede en forma muy diferente a la que yo preconizo, y a veces en forma totalmente antitética.
Pero aunque Ud. sea invulnerable a mis razones,
lo que indudablemente me reconoce es que no
tengo reservas en exponerlas, que soy claro en mis
puntos de vista y que, las pocas veces que le escribo, comienzo por demostrarle mi respeto al no hacerme el astuto, disimular propósitos o disfrazar
concepciones. Lo mismo ocurre con mi conducta
política” (Perón-Cooke, Ibid., pp. 622/623).
El retorno por El Galeao no era el que Cooke
quería. Era apresurado y sería, como lo fue, sencillamente abortado. Cooke tenía otro sueño: imaginaba a Perón en Cuba porque juzgaba que el prestigio del general argentino que tenía detrás al más grande movimiento de masas de América latina
consolidaría la obra de Castro. Además –y atención a esto– Cooke siempre consideró que Perón estaba mal informado. De hecho, cuando Perón por fin regresa el maldito 20 de junio de 1973,
dice, en su discurso del día siguiente: “Conozco
perfectamente lo que está ocurriendo en el país.
Los que crean lo contrario se equivocan” (Baschetti, Ibid., volumen I, p. 106). Esta “atajada” es sospechosa. ¿Para qué aclarar que conocía lo que pasaba en el país si no fuera porque muchos pensaban que no sabía nada o sabía poco por su largo
exilio. Cooke pedía que se diera un baño de realidad latinoamericana pero desde Cuba. Lo quería
inmerso en las luchas de América latina y en las
del Tercer Mundo.
Hemos dado tan largo desarrollo a este tema
porque John William Cooke es una de las más
puras personalidades que el peronismo ha dado.
Porque Perón le otorgó una importancia excepcional: delegado absoluto, delegado personal, jefe del
Movimiento en la Resistencia y ese inmenso epistolario que con nadie, ni remotamente, mantuvo.
¿Qué lo llevó a cambiar tantas cartas, durante
tanto tiempo, con un hombre que era tan distinto
a él? Desde el comienzo se veía ya la divergencia de
los dos pensamientos. Cada carta, se decía en 1972
cuando Granica editó el libro, es una clase de polí-
tica. Si no es así, no le anda lejos. Hay grandes textos en ese epistolario. Y es la historia de un desencuentro. Cooke, dijimos, muere en 1968. Su compañera, Alicia Eguren, muere en la ESMA. Cooke, conjeturamos, habría sido una de las primeras víctimas de la Triple A. ¿Dónde se habría tomado la decisión de su muerte? Si en vida de Perón, cerca de él. No la habría tomado él. Pero el aparato parapolicial que se había armado bajo su mirada
(bajo su “desaprensión”, como él había dicho de
Bidegain y Troxler ante las acciones del ERP)
actuaba impunemente en sus cercanías. De modo
que, probablemente, Perón, algo alejado, leyendo
el diario del día o algún libro, escuchara surgir de
una reunión que, ahí nomás, tenían Almirón, Villar y López Rega, un nombre, alguna vez, querido: “Cooke”. Y no dijera nada.

Colaboración especial:
Virginia Feinmann - Germán Ferrari
 

miércoles, 26 de junio de 2013

LA HOJA DE COCA:ALIMENTO Y MEDICINA ANCESTRAL

HARINA DE COCA: SOLUCION PRODIGIOSA DEL HAMBRE


MALNUTRICION EN EL PERU Y PAISES ANDINOS


Ciro Hurtado Fuertes (cirojhurtado@hotmail.com)
Director del Instituto de Cultura Alimentaria Andina
Miembro honorario del MIP-PERU
1.- PERU ANTIGUO NO CONOCIÓ EL HAMBRE MALNUTRICION.
El Perú antiguo, desde 20 mil años a.C. no conoció el hambre-malnutrición, su población con una educación a base del trabajo productivo, creativo y proyectivo, domesticó más de 500 especies de plantas y más de una docena de animales con los que construyó, por primera vez, una extraordinaria industria alimentaria, para proveerse de alimentos biológicos nutritivos y medicinales.
Con la creación de varios tipos de agricultura, una ganadería de altitud y una industria agroalimentaria y un adecuado uso de los recursos vegetales y animales, lograron una nutrición balanceada, armónica, equilibrada y una excepcional seguridad alimentaria y sanitaria para 100 millones de personas, con una gran longevidad, hasta de 200 años.
Muchas plantas cultivadas, contribuyeron al crecimiento y desarrollo físico del hombre pre-tahuantinsuyano y tahuantinsuyano, quienes alcanzaron tallas de 1.75 como promedio y un cociente de inteligencia arriba de 120 por ciento. Los cereales, leguminosas, tuberosas, raíces, verduras y frutas, con altos contenidos de proteínas, minerales y vitaminas, fueron la base de la alimentación biológica, nutritiva y medicinal .
2.- HAMBRE - MALNUTRICION CREACION DEL HOMBRE ESPAÑOL Y DEL CAPITALISMO.
La población peruana de los diversos pisos geosistémicos, así como de toda la población de los diversos Estados andinos, desde la época colonial hasta el presente, viene sufriendo hambre-malnutrición : hambre proteínico energético, hambre de minerales y de vitaminas, situación que se ha incrementado con el capitalismo desde la segunda mitad del siglo XX, con consecuencias múltiples, que viene deteriorando la calidad de vida y acelerando la interiorización del hombre peruano y latinoamericano.
En el Perú, de una población aproximada de 28 millones de personas, 20 millones vienes sufriendo de hambre crónica con bajos niveles de salud. El hambre malnutrición, paradójicamente es mayor en el campo que en la ciudad, 36% y 12% respectivamente. La población escolar de más de 12 millones, es la más vulnerable con sus 360 mil docentes, también malnutridos, quienes siendo los elementos pensantes del Estado, no hacen absolutamente nada por erradicarla, pese a la extraordinaria abundancia de alimentos nutracéuticos.
a.- Causas del hambre-malnutrición. La clasificamos en dos grupos: naturales , como las sequías, lluvias torrenciales, desbordes e inundaciones de los ríos, el fenómeno de El Niño, las heladas, las plagas, las enfermedades, los terremotos, la disminución de las fuentes de agua etc. Las causas humanas, son las que hacen más estragos en la población, entre ellas, las siguientes:
- El colonialismo, imperialismo, neocolonialismo, liberalismo, neoliberalismo y globalización.
- Educación ajena al espacio geográfico peruano, inútil, conservadora, domesticadora, teórica, memorista etc.
- Desigualdades sociales: pobres-ricos
- Inadecuada distribución de las tierras: latifundios-minifundios.
- Desigualdad en la distribución de alimentos.
- Exportación de alimentos nutracéuticos so pretexto para obtener divisas.
- Prácticas agrícolas inadecuadas.
- Explotación excesiva de los recursos biológicos y minerales.
- Falta de interés por el crecimiento agrícola.
- Bajos salarios de la población.
- Desconocimiento del valor nutritivo de los alimentos.
- Distorsión de los hábitos alimentarios.
- Subversión y terrorismo.
- Guerras mundiales.
- Carencia de nutrientes necesarios en la alimentación
b.- Consecuencias del hambre-malnutrición: Muchas son las consecuencias, mencionaremos algunas:
- Disminución de talla y peso de los recién nacidos.
- Retardo del crecimiento de los niños
- Disminución del cociente de inteligencia.
- Bajo rendimiento escolar
- Merma de la resistencia física de los trabajadores.
- Baja resistencia del organismo a las enfermedades
- Mortalidad prematura y elevada.
-Aumento del apetito sexual
- Crecimiento acelerado de la población etc., etc.

3.- ALIMENTOS ENRIQUECIDOS CON HARINA DE COCA: SOLUCION INMEDIATA DEL HAMBRE-MALNUTRICION EN EL PERU Y PAISES ANDINOS-AMAZONICOS.
La utilización de las hojas de coca, acullicando, chacchando o mambeando, desde hace más de 6000 años a.C, en el Perú Antiguo hasta el presente, con efectos nutritivos y medicinales, así como el uso de la harina de coca en la alimentación de las comunidades nativas de la amazonía desde los siglos XV al siglo XX, constituyen antecedentes muy importantes para erradicar el hambre-malnutrición, en este siglo XXI.
3.1.- NATIVOS DE LA AMAZONIA BIEN NUTRIDOS CON HARINA DE COCA .
Los Makús , del río Negro de Brasil, en este siglo XXI, sabemos que tienen amplios cultivos de coca, cuyas hojas son aprovechadas en la alimentación. Para esto pulverizan las hojas secas de coca con la ceniza de las hojas verdes del banano, que lo van mezclando hasta obtener un polvo muy fino, listo para el uso. El polvo es mezclado posteriormente con fariña o tapioca, en un plato que es consumido diariamente por los miembros de esta etnia (Prance, 1972b: 7-27) .
“Los indígenas, especialmente los que habitan el Sur de Colombia, no usa la coca como medicamento, sino más bien como estimulante o “ alimento de ahorro”, masticándola o mejor “mambeando” las hojas en forma de polvo, con el objeto de soportar la abstención de alimentos, porque calma la fatiga y no da deseos de comer, pero no solamente emplean la coca en los viajes, o cuando van a cazar, es ya costumbre entre los indios “mambear” la coca casi a toda hora…” (García, 1975: 22 T 2)
Entre los Witotos , distribuidos entre los ríos Putumayo y Caquetá, “la coca se pila y tuesta. El polvo cernido se mezcla con ceniza de yarumo u hoja de uva de monte. El producto se engulle (o mambea) y se disuelve paulatinamente formando abultadas pelotas en las dos mejillas. Todo hombre posee su recipiente de coca y lo intercambia con sus interlocutores”(Pineda, 1987:155)
Los indígenas Makunas, Taiwanos, Tukanos de la amazonía colombiana, pre paran la harina de coca, haciendo secar las hojas en unos platos de barro calientes para luego molerlas hasta reducirlas a polvo, que es mezclado con las cenizas de las hojas de una planta llamada yarumo (Cecropia discolor) que reemplaza a la cal durante el “mambeo”, dicha harina dice Perez Arbelaez (1947:323) se chupa y masca en todo instante durante el trabajo.
En el Perú, las comunidades nativas, del departamento de Loreto, cultivan la coca y la mascan para soportar las fatigas de las marchas (Coriat, 1043: 110). Los Catongos y Camáticos , cultivan la coca, mascándola y mezclándola con la corteza del chamiro y una pasta de ceniza de plantas muy alcalinas; la añaden también cal ” Así mismo, Witotos, de la margen derecha del río Putumayo, según Villarejo (1979:111), la “tuestan y la reducen a polvo y la mastican conjuntamente con el tabaco crudo…” Los Ticuna, cultivan la coca como alimento y para sus ritos (Acosta, 1999). Los Amueshas, Campas, Asháningas, ubicados en las márgenes del río Ucayali, cultivan coca para su alimentación (Plan Regional del Ucayali (2004).
Los ejemplos anotados, de la utilización de la harina de coca en la alimentación, entre las comunidades nativas de la Amazonía sudamericana, nos permite inferir que los pre-tahuantinsuyanos y tahuantinsuanos, creadores de la industria alimentaria en el mundo, utilizaron la harina de coca mezcladas con otras harinas para enriquecerlas y hacerlas más nutritivas y medicinales. Las famosas máchicas que elaboraron y consumieron, deshidratando los cereales y leguminosas por el tostado-molienda, posible- mente contenían harina de coca. Los cronistas, de manera general, no se percataron de tal situación, más si del uso de las hojas de coca en todas las actividades económicas y sociales, pues ellos observaron las formas de picchar o chacchar o acullicar y mambear.
Hay tres cronistas, que nos ayudan explicar la preparación de la harina de coca para la alimentación por los tahuantinsuyanos:
- Cobo (1550-1954-:215-216) dice…”era de tanta estimación su hoja, que solamente comían los reyes y nobles”…y luego agrega “ los polvos de esta hoja tomados de ordinario….con azúcar son contra el asma o ronquera del pecho”.
- Cieza de León (1967:60) dice …“pero sus platos (de los Incas) se traía de las comarcas siempre, muchos corderos, aves, pescado y maíz, coca , raíces, con todas las frutas que se cogen”
Cristóbal de Molina (1967:76), dice: “no dejaré de decir que todas las veces que los indios comían coca ofrecen al sol…”
Los tahuantinsuyanos, elaboraron y consumieron muchas harinas crudas y tostadas, obtenidas de cereales, leguminosas, raíces, tuberosas, hojas y flores previamente deshidratados por asoleo-molido en los innumerables batanes y morteros, o por tostado- molido en las callanas-batanes que se encuentran los sitios arqueológicos desde el geosistema chala hasta el geosistema puna. Las harinas crudas se mezclaron, como hasta ahora se viene haciendo para preparar diversos potajes, posiblemente enriquecidos con harina de coca, así como las exquisitas máchicas.
3.2.- ALIMENTOS ENRIQUECIDOS CON HARINA DE COCA .
Hambres específicas, causantes de muchísimas enfermedades carenciales e infecciosas, en este siglo XXI, es posible erradicarlas, con alimentos enriquecidos con harina de coca. Dichos alimentos es muy fácil de producir, combinando o mezclando varias harinas, a bajo costo y un alto valor nutritivo. El resultado de la mezcla o combinación, es una harina o leche en polvo integral, como veremos más adelante.
- Hambre proteínico energético: es una de las más graves y generalizadas por la deficiencia de proteínas, que vienen ocasionando el marasmo, una enfermedad por déficit de calorías y el Kwashiorkor, por la carencia de proteínas y, una terrible disminución de la resistencia orgánica a las enfermedades infecciosas como la tuberculosis, disentería, tifoidea, neumonía, cólera, difteria, cáncer de todo tipo etc. . El Perú ocupa el segundo lugar de tuberculosos en América del Sur, el primero es Brasil, teniendo ambos países grandes potencialidades alimentarias.
- Hambre de minerales : viene deteriorando la salud de los niños, de las madres gestantes-lactantes y de los adultos. Las deficiencias de calcio en la alimentación, viene produciendo muchas enfermedades tales como: osteoporosis, osteomalacia, caries dentales. El déficit de hierro, origina la anemia en los niños de 1 a 5 años y en las mujeres en edad fértil. En la sierra, el 50 por ciento de los escolares están anémicos . La deficiencia de yodo, es causa del bocio endémico y el cretinismo (sordomudez, deficiencia mental y trastornos motores).
- Hambre de vitaminas : la deficiencia de Vitamina A origina la xeroftalmia o ceguedad anormal y engrosamiento de la conjuntiva; la carencia de vitamina D da lugar al raquitismo , generalmente durante la lactancia y la infancia; la falta de vitamina C, origina el escorbuto, en cualquier edad.
- Harina de coca, alimento nutracéutico : es el alimento más nutritivo y medicinal de la Tierra, pues contiene todos los nutrientes que necesitan las células. Con dicha harina, tenemos que elaborar alimentos enriquecidos, con los cuales erradicaremos las enfermedades carenciales e infecciosas en esta primera mitad del siglo XXI. El enriquecimiento puede hacerse con harinas de dos o más alimentos, combinando o mezclando, los que figuran, entre otros en el siguiente cuadro:
COMPOSICIÓN QUÍMICA DE ALIMENTOS PERUANOS Y EXÓTICOS  
Alimentos Kal. Prot. Ca. P. He. Vit.A. Tiam. Riv. Niac. Vit.C
Coca 304 19.9 2097 600 9.8 16.57 0.30 1.72 6.30 1.40
Kiwicha 377 13.5 236 453 7.5 - mcg 0.30 0.01 0.40 1.3
Frijol 330 22.5 97 387 7.5 1 mcg 0.50 0.44 1.57 2.1
Maíz 315 8.4 6 267 1.7 2 0.30 0.16 3.25 0.7
Quinua 374 13.6 56 242 7.5 - 0.48 0.03 1.40 0.5
Tarwi 103 48 191 416 19.3 44 0.02 0.60 0.10 -
Oca 61 1.0 22 36 1.6 1 0.05 0.13 043 38.4
Mashua 50 1.5 12 29 1.0 12 0.10 0.12 0.67 77.5
Camote a. 116 1.2 41 31 0.8 39 0.10 0.5 0.63 10.0
Chuño 323 1.9 92 54 3.3 0 0.03 0.04 0.38 1.1
Tocosh 344 3.91 - - - - - - - -
Zapallo L 80 1.6 20 57 1.2 108 0.05 0.08 1.23 2.6
Plátano 300 3.1 29 104 3.9 100 0.11 0.12 1.57 1.3
Pituca 342 8.1 97 141 7.0 - 0.20 0.08 - 1.9
Haba 343 24.3 67 393 6.7 1 0.36 0.27 2.84 4.7
Trigo 336 8.6 36 224 4.6 0 0.30 0.08 2.85 4.8
Cebada 370 18.8 84 294 6.1 - - 0.01 0.58 0.0
Fuente: Tablas Peruanas de Composición de Alimentos. Lima, Instituto Nacional de Salud del Ministerio de Salud, 1996 7ma Edición
Ejemplos de enriquecimiento o combinaciones de alimentos:
- Harina de plátano + harina de frejol + harina de coca
- Harina de pituca + harina de maíz + harina de coca
- Harina de quinua + harina de tarwi + harina de coca
- Harina de kiwicha + harina de camote + harina de coca
- Harina de habas + harina de cañihua + harina de coca
- Harina de flores + harina de tocosh + harina de coca.
La harina de coca, a excepción del tarwi, el frejol y el haba, contiene mayor cantidad de proteínas (de 18 a 20 grs.), las que agregadas a los alimentos enriquecidos, puede solucionar las deficiencias calórico-proteicas que viene padeciendo más de 20 millones de personas malnutridas de las ciudades y del campo. Con el alimento enriquecido, es posible detener y erradicar dichas deficiencias de más de 12 millones de estudiantes; en el vaso de leche debe darse dichos alimentos enriquecidos para facilitar el crecimiento de los niños y mejorar la calidad de su vida.
La harina de coca, contiene la cantidad requerida de minerales en una alimentación balanceada: 2097 mg. de calcio para erradicar la osteoporosis, osteoma- lacia y caries dentales entre otras enfermedades; contiene 600 y 637 mg. de fósforo, para solucionar los problemas de desmineralización del esqueleto al lado del calcio; contiene más de 26 mg. de hierro para solucionar las anemias que sufren nuestros escolares, así como el cretinismo.
La harina de coca, contiene todas las vitaminas, en mayor cantidad que las requeridas para todas las edades y con los alimentos enriquecidos con dicha harina habremos de erradicar todas las enfermedades causadas por las deficiencias de vitaminas en la alimentación.
Con los alimentos enriquecidos con la harina de coca, que es el mejor alimento y medicamento del mundo, desde el año 2006, podemos dar alimentos sanos y buena salud a todos los peruanos y sudamericanos, antes que la FAO, OMS y OPS que vienen ofreciendo desde mediados del siglo XX y no pueden cumplir hasta ahora, por el contrario el hambre-malnutrición y sus terribles consecuencias se ha incrementado, deteriorando la constitución anatómica y psíquica: disminución de talla del promedio de edad, del cociente de inteligencia, dando lugar a la interiorización y extinción del hombre.
3.3.- PRODUCCION DE HARINA DE COCA Y REQUERIMIENTOS NUTRITIVOS.
De acuerdo a diversas informaciones, no oficiales, el Perú en el año 2004, cultivaba 50,300 Has, con una producción aproximada de 95,570 TM; en este año 2005, el área de cultivo es de 61,200 Has, con una producción aproximada de 126,280 TM. Si el consumo per cápita de harina de coca al año por persona fuera de 9 kilos, la producción del 2005 no alcanzaría, pues para alimentar a los 20 millones de hambrientos-malnutridos se requieren 180.mil Tm y para ello se tendría que promover el incremento del espacio agrícola con coca.
Para incrementar el espacio agrícola, tenemos que hacer dos cosas paralelamente, por una parte industrializar la hoja de coca, en el campo como en la ciudad para el consumo inmediato, en forma de harina, cruda o tostada y en segundo lugar iniciar una férrea campaña a nivel nacional, para despenalizar la hoja de coca, al ser considerada como droga, por grave ignorancia de los científicos o por intereses políticos-económicos, de las grandes empresas trasnacionales, para evitar que el Perú como país maravilloso, como el país del futuro, pueda salvar a la humanidad del flagelo del hambre recreado e incrementado por los llamados “países desarrollados”. Recordémosle que si viven, es porque los antiguos peruanos le obsequiaron la papa o acsho y les salvó de la muerte en varias oportunidades. Y ahora también el Perú, puede ayudar a la humanidad a erradicar el hambre, mejorando la calidad de vida, con la industria alimentaria a base de la harina de coca.
Los requerimientos de componentes nutritivos mayores y menores, del hombre peruano y de los países andinos (ver cuadro de requerimientos), se puede solucionar con la harina de coca, o los alimentos enriquecidos con dicha harina. Solamente la harina de coca, puede abastecer los requerimientos en cuanto a proteínas, calcio, fósforo, vitaminas y minerales, con las combinaciones con la harina de coca, convertidos en alimentos integrales, podríamos construir nuestra seguridad alimentaria y sanitaria, como lo tuvieron los antiguos peruanos.
REQUERIMIENTOS NUTRITIVOS DEL HOMBRE PERUANO
Edad
Kcal.
Prot.
Ca.
P.
He.
Y.
VitA
Tiam
Rivf.
Niac.
VitC
1-3
1095
25
500
800
1.5
40
2.4
0.7
0.8
9.0
40
COCA
305
19.9
2097
637
26.9
5.0
16.57
0.58
1.33
6.30
1.40
15-18
2350
50
650
800
18
115
6.0
1.1
1.4
14
40
51-+
2079
62
500
800
10
130
6.0
1.2
1.5
16
45
Fuente: Alberto Guzmán Barrón: Nutrición Humana, 1986: Tabla Nº 2
3.4.- PREPARACIONES CULINARIAS ENRIQUECIDAS CON HARINA DE COCA.
Aprovechando las extraordinarias virtudes nutracéuticas de la harina de coca, es posible mejorar y enriquecer todos los preparados culinarios, los diversos potajes, en todos los geosistemas del Perú, así como en todos los países andinos.
En los pueblos de la montaña andina, subsisten muchos potajes del Perú antiguo que debemos recuperarlo, mejorarlo, enriquecerlo con harina de coca y difundirlo entre todos los campesinos malnutridos y aun en la población urbana. Por ejemplo, los siguientes potajes o platos a que se refiere Santiago Antúnez de Mayolo (1981:123-132)
- Chupe o chupi con harina de coca y sus variedades: Yakucuhpe o sopa verde, charqui chupi, challhua chupi, cashqui, con papas y hierbas condimenticias; changa preparado con papas o cereales semimolidos; lloqolla, chupi cargado de ají; patache, preparado con mote pelado; pataska o motepasca, paraprado con charqui y hierbas; timpu o ipracasqui y chayro, que se preparan papas, carne, ajó, verduras; pullanca, con trozos grandes de carne.
- Lawa, con harina de coca, elaboradas a base de harinas, de consistencia semiespesa y sus variedades: quemillu lawa, a base de las raíces de dicha planta; jak'a lawa, preparado con cholos maduros.
- Rocro o locro, con harina de coca: preparado a base de ají con papas, zapallo, y choclos.
En el espacio geográfico peruano actual, todavía hay muchos potajes biológicos , que se pueden mejorar y enriquecer a base de la harina de coca, entre otros, los siguientes:
- Las salsas y mayonesas.
- Sopas, chupes, caldos
- Guisos, cremas
- Tamales, humitas, tortillas, torrejas.
- Dulces, postres, helados, cocteles etc .
.
3.5.- PROMOCION DE LA INDUSTRIA ALIMENTARIA CON HARINA DE COCA.
La harina de coca, es materia prima nutracéutica, para fabricar para el consumo nacional e internacional, alimentos enriquecidos de gran calidad, sin aditivos químicos para nutrir al futuro hombre peruano y latinoamericano, como un ser múltiple, un ser pensante, parlante, trabajador, creativo, crítico, afectivo, social, político, económico y prospectivo.
Los alimentos industrializados enriquecidos con harina de coca , serán producidos por empresas comunales, empresas universitarias, municipales y estatales, con una especial vigilancia de la calidad, para mejorar la salud del pueblo, con los siguientes alimentos populares:
- Harinas integrales enriquecidas con coca: para fabricar: panes, galletas, bizcochos, kekes, tortas, empanadas, turrones, fideos etc, sin aditivos químicos (como saborizantes, colorantes, preservantes, edulcorantes, espesantes etc.).
- Mezclas instantáneas: con harinas integrales tostadas y enriquecidas con harina de coca, sin aditivos químicos. Las mezclas serán combinadas a base de tres o cuatro harinas de cereales, leguminosas, cucurbitáceas, frutas, tuberosas, raíces, flores, algas, tocosh etc. Estas mezclas instantáneas, se consumirán en los desayunos escolares y del pueblo en general.
Bebidas enriquecidas con harina de coca: de maíz, quinua, maní, maguey molle, arracacha, yacón, tumbo, piña, maracuyá, marañón o cashú, camucamu, etc. endulzados con miel de caña de maíz, miel de maguey, miel de abeja o con chancaca de maguey etc,. Dichas bebidas serán consumidas, sin aditivos químicos, para reemplazar a todas las bebidas embotelladas que se comercializan con aditivos que hacen mucho, muchísimo daño a la salud, generando diversas enfermedades.
CONCLUSIONES:
Por las extraordinarias virtudes nutritivas y medicinales de las hojas de coca y la harina elaborada a base de ella, utilizadas desde hace más de 6 mil años antes de Cristo, como planta sagrada, como la planta maternal, maravillosa y prodigiosa, llegamos a las siguientes conclusiones:
a.- La harina de coca, altamente nutritiva y medicinal como ninguna otra planta de la tierra, comprobada científicamente por científicos nacionales y extranjeros, debe enriquecer los alimentos peruanos de consumo directo e industriales, promovidos por los Ministerios de Educación, Agricultura, de Salud, de Pesquería, de Industria y Turismo y de la Mujer y Desarrollo Social.
b.- Los alimentos peruanos enriquecidos con harina de coca, por su alto valor nutritivo, debemos integrarlos a nuestra dieta diaria, a través de una intensa educación alimentaria y nutricional ofrecida por los 360 mil docentes así como el personal de salud, para erradicar el hambre-malnutrición, sin paternalismos, sin apoyo alimentario de los países desarrollados, sin recetas de la FAO, de la OMS y OPS.
c.- Perú, país maravilloso, país extraordinario, país del mañana, país del futuro, puede dejar ser un mendigo, enfermo, ocioso e ignorante, con sus grandes potencialidades alimentarias y nutricionales que aún tiene, pese al despilfarro de las trasnacionales, con la harina de coca, alimento promisorio andino, para erradicar el hambre que nos esta deteriorando, inferiorizando y matando.
d.- Como todos los peruanos y latinoamericanos, tenemos derecho a los alimentos sanos y nutritivos y a no tener hambre, debemos defender los cultivos de coca y la harina de coca como fuente de salud integral. Como el alimento nutra- céutico del siglo XXI, para conseguir, con solución peruanísima, nuestra seguridad alimentaria y sanitaria y compartirla solidaria y fraternalmente con todos los hambrientos del mundo.
d.-Desarrollar una agresiva campaña de concientización alimentaria a base de la harina de coca y alimentos nativos nutracéuticos, entre peruanos con subdesarrollo mental, aculturados, alienados, occidentalizados que no quieren entender y comprender, que con la harina de coca, podemos erradicar el hambre malnutrición y la ignorancia de muchos peruanos .
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fuente: Comunidad Tawantisuyo