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lo que defiendo, lo que muchos defendemos, no es un nacionalismo pelotudo... sino un par de ideas, resignificadas hoy, libertad e igualdad... ideas profundamente mestizas aquí en Abya Yala, y aunque respeto toda otra posición cultural-política, creo, sinceramente, que es desde esta Gran Tierra, unidos, en comunidad, aceptando profundamente nuestra realidad mestiza -el uno- es que el Abya Yala florecerá... y que todos los enormes esfuerzos de Occidente por destruirnos, por separarnos, por vulnerarnos y conquistarnos, demostrarán inversamente la magnificencia de nuestra sonrisa, de nuestro futuro... por los Padres Libertadores del Pasado, Por los Hermanos Libertadores de Hoy, por Nosotros y los que Vienen... SUMAQ KAWSAY!... y eso tal vez parezca anárquico...pero tal vez esta anarquía sea un nuevo orden... opuesto al actual, sin dejar de reconocer lo alcanzado... por todos...

miércoles, 28 de agosto de 2013

POR UNA GESTIÓN AMBIENTAL MULTIDISCIPLINARIA




En las últimas semanas se pudo observar en las redes sociales y en notas periodísticas diversos comentarios sobre la presencia o no de peces en el Riachuelo.

Pensar el Riachuelo solo por la capacidad de albergar peces es un reduccionismo que opaca la verdadera problemática a resolver.

La Cuenca Matanza Riachuelo es un sistema complejo, decir complejo es decir que, para recuperarlo, se debe tener en cuenta los factores naturales, los construidos, los sociales, económicos, culturales -en estos últimos se incluyen las instituciones- que influyen sobre la cuenca.

Cada uno de estos componentes, a su vez son un subsistema, influyen uno sobre el otro y de esas relaciones se crean nuevas propiedades, por lo tanto, el río como objeto a sanear, no puede ser abordado sin tener en cuenta las relaciones creadas en torno a él, tan o más importantes que la calidad del agua, ya que éstas lo construyen y modifican.

El deseo de ver a un Riachuelo integrado a la ciudad, como lugar de esparcimiento y desarrollo de actividades era un largo anhelo y una de las reivindicaciones ambientales prioritarias del área metropolitana con una historia de larga data, y en esto, se debe reconocer que el Fallo de la Corte Suprema, representa un hito en dicha historia, contribuyó a poner en marcha y articular un proyecto de saneamiento.

Pero no alcanza con los deseos, las buenas intenciones y un fallo para llevar a cabo tamaña empresa, se tienen que superar innumerables escollos, en primer lugar poner de acuerdo a 14 municipios con sus autonomías políticas, la Provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma y el Gobierno Nacional, cada uno de ellos con sus percepciones sobre el tema.

Tomar la decisión de controlar a las industrias, hubo que salir casa por casa y puerta por puerta a ubicar a las industrias, armar un mapa de las mismas y disponer de una fuerte inversión en créditos para reconversión tecnológica. Hay que traer a la memoria que la retirada del Estado en la fiscalización también venia acompañada de la perorata sobre la necesidad de mantener las fuentes de trabajo con el consecuente relajamiento en los controles.

Recuperar el camino de sirga costero, -ese espacio en que antaño se dejaba para las sogas de amarre de embarcaciones- implica una decisión de desalojar a las industrias, ferias e instituciones que ocupaban esa zona, y qué decir de la relocalización de los asentamientos, asentamientos que albergan a los más abandonados por la sociedad.

Repensar todo el tratamiento de las aguas cloacales y sus vertidos al Riachuelo, garantizar que los tributarios, otros pequeños riachuelos con las mismas complejidades que él, no ingresen contaminados, darle en el clavo en las tecnologías a utilizar, por ejemplo en la recolección de basura sobrenadante.

Seguir enumerando acciones, como la intervención de la prefectura en temas de seguridad, el retiro de los buques, barcos hundidos y cuanta cosa inimaginable iba a parar al río, el trabajo con la comunidad, elaboración de políticas de intervención de desarrollo social es una larga lista de etcéteras.

Pero lo importante para destacar, es el trabajo de armar un proyecto para cada componente, explicitarlo, acordarlo, financiarlo y llevarlo a cabo, con el agregado, que al hacer cosas también se está generando conocimiento para otros saneamientos que tenemos todavía pendientes, Tener un centro de monitoreo, recuperar la emblemática fabrica Siam como centro de investigación universitario, todo esto es tan o más importante a que haya peces en el Riachuelo, porque todas estas acciones, son las que conducirán a verlos en cardúmenes numerosos.

El viernes 12 de julio, invitados por la Fundación por la Boca, con un grupo de colegas navegamos el rio, el mismo viaje que habíamos realizado hacía más de 8 años.

El substancial cambio en el río no hubiera sido posible sin este esfuerzo mancomunado y para los que trabajamos en la gestión ambiental y conocemos los sinsabores de nuestra actividad fue una celebración. Apena que, si se quiere construir un discurso ambiental nacional y popular, no se tenga en cuenta este abordaje y no se destaquen estas acciones llevadas a cabo desde nuestro gobierno, y por el contrario, se entre en la discusión si hay o no peces, Porque así como una golondrina no hace un verano un pez no hace a un riachuelo.

Sandra Carlino
"El Riachuelo es un Sistema Complejo"

fuente: Riachuelo
 
 

domingo, 25 de agosto de 2013

Riachuelo: ¿hay o no hay peces?

Tercera parte de la entrevista con Antolín Magallanes, vicepresidente de ACUMAR. En este fragmento, se refiere a la polémica en torno a la existencia de animales en el río. ¿Verdad o mito?

http://www.larazon.com.ar/legislador-peces-Riachuelo-Greenpeace-cruzo_IECIMA20130710_0005_7.jpg

Por Enrique de la Calle y Juan Ciucci
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo vio la polémica en torno a la existencia de peces en el Río?
AM: Tenés ingresos de peces del Río de la Plata, que se quedan y tienen unas islas de oxigeno que forman la vegetación que hay. Eso no quiere decir que acá tengamos delfines o marsopas. Lo que nos está diciendo eso es que algo cambió, o sea que hay una posibilidad que antes no había. Sobre ese brotecito de posibilidad que se arma en este lugar tan complicado, si hay algo que a mí me da bronca es que algunos quieran venir a pisarte. Antes veías un millón de botellas y hoy ves un río sólido. Este río no tiene polietileno, no tiene botellas y de repente aparecieron peces ¿se entiende lo que quiero decir?
APU: En los márgenes se ve vegetación.
AM: Eso vuelve a partir de la mejora de la calidad del agua. O sea, vos tenés muchas cosas que empiezan a aparecer porque, a ver, hace cuatro años tenías un río con mucho material, residuo sólido flotante.
APU: Uno ve imágenes de otra época, y se ve una reducción importante de la basura en los márgenes del Riachuelo.
AM: Lo que tenemos son Cooperativas que están trabajando en todos los arroyos, limpiando permanentemente. Todavía tenés que limpiar, limpiar, limpiar. A la vez que limpiás, tenés que hacer la actividad con las escuelas, con las universidades, con los vecinos, las campañas, todo eso.
APU: En relación a los peces, ¿existen mediciones al respecto?
E: Hay un trabajo que hace la gente de Calidad Ambiental de ACUMAR, junto con la Universidad de La Plata, que está permanentemente chequeando esos temas. Entre las cosas que investigamos tiene que ver con cómo se expresa la  biodiversidad en la cuenca, entonces lo que estamos viendo es que tenemos mayor. En la cuenca baja tenemos mayor presencia de verde, de vegetación. Por ahí te aparecen aves, te aparecen tortugas, te aparecen peces ocasionalmente. En la cuenca media y alta cambia la cosa porque empieza a restituirse la fauna natural, de a poco pero empezó a aparecer. Y también tenés más aves, más pájaros, más peces. De a poco eso se va manifestando, es decir la naturaleza empieza a reconstruirse de a poco.
Ha habido una fuerte convicción política del Gobierno Nacional que está apoyando el saneamiento, con un plan firme que se está cumpliendo. Este río recibió los criollos, los inmigrantes, la matanza de los indios, las invasiones inglesas pasaron  por acá, los contingentes de obreros, las luchas obreras, las ideas sociales nuevas,  o sea las sociedades políticas nuevas. Recuperar el río implica recuperar también toda esa historia.
APU: Otro cambio tiene que ver con el tema del olor.
AM: Ahora no sentís el olor, no lo sentís porque ese sí es un cambio que tiene que ver con lo que arrojaban las empresas, era el eflujo de lo que tiraban las empresas y que generaban ese olor, en general, como a huevo podrido. Y cómo escribió el otro día un periodista de Página 12, esto obliga a las hinchadas visitantes a cambiar los cantitos contra los hinchas de Boca.

fuente: APU

viernes, 23 de agosto de 2013

un poco de romanticismo...? (impasse)

Louis Althusser - El loco amor de un filósofo

ELISABETH ROUDINESCO

La reciente publicación en Europa de la correspondencia entre el filósofo marxista Louis Althusser y Franca Madonia es un magnífico fresco cultural de la época, a la vez que un registro del itinerario amoroso de su vida, hasta algunos años antes de que asesinara a su mujer.
Ya antes del asesinato de su mujer, Althusser había sido objeto de críticas feroces por parte de sus enemigos políticos. La publicación de El porvenir es largo (1992), su autobiografía, permitió comprender mejor el itinerario de Louis Althusser y esclarecer su obra de una manera distinta.
La correspondencia con Franca Madonia, que cubre, a través de quinientas cartas, un periodo crucial de la trayectoria del filósofo (1961-1973); aporta un esclarecimiento original sobre la forma en que trató de renovar el marxismo apoyándose en todas las disciplinas de las ciencias humanas en plena efervescencia, y especialmente en el psicoanálisis y la antropología. Pero revela también cómo fue ayudado en su empresa por una brillante generación de alumnos de la Escuela Normal Superior (ENS), no comprometidos en acciones concretas como sus mayores (Resistencia o luchas anticolonialistas), sino imbuidos de la utopía de una revolución ideal que sería capaz de cambiar el lenguaje a la manera de Rimbaud y modificar al hombre a la luz de Marx y Freud.
Las cartas
La correspondencia revela también y sobre todo, la historia de un hombre que ama locamente a una mujer y no vacila en presentar, en cartas floridas, un amor loco, más cerca de la pasión mística que del arrebato profano. Y es, justamente, esta mezcla la que hace tan fascinantes estas cartas.
Evocan, en un mismo impulso y con el suntuoso decorado de una Italia de ensueño, casi se diría filmada por Bernardo Bertolucci, la ineluctable decadencia del comunismo y el trágico encierro de un intelectual acosado por su melancolía: "Franca, negra, noche, fuego, bella y fea, pasión y razón extremas, desmesurada y moderada [...]. Mi amor, estoy roto de amarte, con las piernas cortadas esta noche como para no caminar más, y sin embargo, ¿qué otra cosa hago hoy sino pensar en ti, perseguirte y amarte? [...] Marcha infinita para agotar el espacio que me abres. [...] Digo esto, mi amor, digo esto que es cierto, pero lo digo también para combatir el deseo de ti, de tu presencia, el deseo de verte, de hablarte, de tocarte. [...] Si te escribo, es también por eso, lo entendiste bien: por la escritura estamos presentes, en cierto modo; es una lucha contra la ausencia". (9 de septiembre de 1961).
Louis Althusser tiene cuarenta y dos años cuando se enamora en 1960 de Franca, que tiene treinta y cinco. En ese momento, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, vive con Hélsne Rytmann, su compañera, con la que se casará en 1976. Esta relación, mezcla de exaltación y repulsión, no tiene nada de carnal y se parece a otro vínculo, tiránico y simbiótico, que unirá al filósofo durante cuarenta años con el partido de la clase obrera, por un lado, y por el otro con el asilo, como institución. Ese amor, loco también, terminará en la muerte y la destrucción.
Franca, filósofa, traductora y dramaturga, pertenece a una familia acomodada de la burguesía italiana instalada en la Romaña, a orillas del Adriático. Su hermano, militante marxista, no vacilará en 1967 en establecerse como obrero en la fábrica Alfa-Romeo de Varese. En cuanto a su marido, Mino Madonia, cuya hermana Giovanna está casada con el pintor Leonardo Cremonini, es miembro del PCI y dirige una empresa especializada en la fabricación de fieltros.
Cada verano, las dos familias se reúnen en la Villa Madonia, una casa encantadora situada en el pueblo de Bertinoro, a unos kilómetros de Forli. En este lugar mágico rodeado de limoneros, de laureles y cedros del Líbano, impregnado de una luz ocre y un fuerte olor a vid, Louis Althusser se enamora de Franca, descubriendo a través de ella todo lo que le faltó en su infancia y todo lo que no tiene en París: una verdadera familia, un arte de vivir, una nueva forma de pensar, de hablar, de desear.
En suma, en el centro de esta relación con una extranjera que traduce las obras de los grandes autores franceses (Lévi-Strauss, Merleau-Ponty) y le hace amar el teatro moderno (Pirandello, Brecht, Beckett), Althusser aprende a despegarse de la tradición staliniana del comunismo y por consiguiente a leer de otra manera las obras de Marx. De este extrañamiento provocado por una mujer, de ese quiebre inducido por la alternancia de los lugares geográficos y de ese exilio interior vivido como un desprendimiento de sí mismo surgirán no solamente sus textos más bellos, sino también sus conceptos más penetrantes: la lectura sintómala, la sobredeterminación, el proceso sin sujeto, etcétera.
El deslumbramiento dura cuatro años, de 1961 a 1965. Las cartas, el teléfono, los viajes, los encuentros sirven, pues, de pretexto a vuelos filosóficos y literarios, enunciados en dos idiomas, donde se mezclan, mediante la voz y lo escrito, las opiniones sobre la actualidad, la política y la teoría y las confidencias sobre las dichas y desdichas de la vida cotidiana.
Althusser trata de obligar a Franca a hacerse amiga de Hélsne, así como trata de integrar a Mino a sus diálogos. De ahí la situación explosiva que Franca elude permanentemente.
Pero si bien esta correspondencia escenifica, de modo a veces insoportable, la locura del amor loco, también es, como El porvenir es largo, un testimonio excepcional sobre lo que fue la relación de Althusser con el psicoanálisis, con su propia cura y su principal psicoanalista, René Diatkine, a su vez ex paciente de Jacques Lacan.
Althusser, que sufre desde 1938 crisis melancólicas que lo atacan cada año en febrero, enfrentará más de veinte veces esa saga de la internación psiquiátrica tan bien descrita por su alumno Michel Foucault. Por eso mantiene con la obra de Freud una relación ambivalente, separando siempre su situación de analizado-psiquiatrizado de su posición de teórico. Por un lado, se describe como la víctima complaciente y asustada de una quimioterapia contra la cual manifiesta una rebeldía permanente y, por el otro, pretende ser defensor de una lectura de Freud (la de Lacan) que denuncia los principios terapéuticos a los que él mismo se somete.
En el otoño de 1964, Althusser comienza su análisis con Diatkine (miembro de la Sociedad Psicoanalítica de París), conociendo perfectamente sus posturas antilacanianas. En enero de 1965, las sesiones se vuelven más frecuentes. A Franca le habla en seguida de los efectos positivos de esta cura "ortodoxa" y, en julio de 1966, afirma que el tratamiento da "resultados espectaculares".
Para entonces Diatkine también había tomado a Hélsne en terapia, encargándose del seguimiento psiquiátrico de su paciente. Althusser comienza entonces a establecer con su analista una relación muy extraña en la cual la transferencia se vuelve apremiante e imposible de quebrar, tanto más cuanto que la cura con Hélsne, llevada adelante en forma paralela, contribuye a consolidar, entre el filósofo y su compañera, una unión ya peligrosamente simbiótica. Y, a causa de esto, Althusser se enardece en su omnipotencia. "Juega" al analista: con Hélsne, explicándole su "caso"; con Franca, exponiéndole el caso de Hélsne. Al mismo tiempo, frente a Diatkine, se pone en posición de mentor "althusseriano" dándole clases de lacanismo: "¿Por qué se permite rechazar la obra de Lacan? Es un error, es una falta que no debe cometer y que no obstante comete".
Esta situación lo lleva así a no separar más su destino del de Hélsne y a alejarse de Franca y del círculo de Bertinoro. Los dos amantes continúan su correspondencia pero, al cabo de los años, el tono cambia: el amor persiste pero el deseo se fragmenta y el ideal de un nuevo orden del mundo se borra con la desintegración progresiva de un compromiso que pierde su significación. En 1970, en una carta con acentos premonitorios, Franca escribe estas líneas: "¿Sabías que Jack el Destripador no sólo estrangulaba a las mujeres, sino que les sacaba las vísceras y las colgaba como guirnaldas alrededor del cuerpo y la cama?".
La última carta enviada por Althusser, en agosto de 1973, muestra que el trabajo de simbiosis con Hélsne, acentuado por el análisis, llegó a su fin: "Si pusiera fin a mi juego, lo haría de un modo tan agresivo como mi juego mismo [...] H., por su parte, está pasando por un momento analítico malísimo. [...] El resultado fue que esta estadía en común, las 24 horas del día en Bretaña, fue maravillosa por la región y catastrófica por la convivencia". Franca ve una vez más a Louis Althusser en Bolonia en 1980. Morirá en París a consecuencia de una cirrosis provocada por una hepatitis C, sin poder verlo luego de su internación en el hospital Sainte-Anne, después del asesinato de Hélsne.
Sin duda había que publicar esta correspondencia, tal como quería el mismo Althusser. Acompañada por el sólido prefacio de Yann Moulier Boutang y de François Matheron, demuestra, efectivamente una vez más hasta qué punto la experiencia de la melancolía fue decisiva en la vida y la obra de Louis Althusser, como lo es con frecuencia en los grandes místicos del islam o el cristianismo. Ni el psicoanálisis, ni la farmacología, ni el amor por las mujeres, ni el deseo de revolución, ni el genio teórico pudieron vencer ese perpetuo lamento que fue, sin embargo, tan creador para la generación intelectual de los años 1965-1975. (Traducción de Cristina Sardoy.)

fuente: Herreros

jueves, 22 de agosto de 2013

Declaraciones de Amor Peronista.


-Me hice peronista leyendo mucho y descubriendo que la izquierda, de la cual yo era muy cercano, tenía algunas cuerdas que no sonaban muy bien. Por ahí esos tipos, Scalabrini, Cooke las hacían sonar mejor. Entonces me volví peronista, con el peronismo proscripto.

-Cuando uno empieza a ser peronista? Esa frontera es muy difícil de precisar. Uno empieza a ser peronista cuando empieza a ser pelado. La calvicie es una sucesión de faltas de pelo y en el peronismo toda línea divisoria es un problema y es susceptible de tantas interpretaciones como personas pisan esa línea. Lo mismo pasa con el gorilismo.

-Los hombres son procesos y no hay una pertenencia definitiva (...) Siempre se está cambiando.Uno no es peronista, uno pasa por el peronismo. Y el peronismo te deja atrás. O uno deja atrás al peronismo, uno va más rápido. Y a veces sigue de largo. Y después el peronismo te alcanza y te supera como pasó en el 2002. Eso hay que admitirlo (...) los peronistas están acostumbrados a esas mutaciones. El que se afilia al Partido Demócrata Progresista no tiene que definirse como tal; significa que resulta muy fácil serle fiel.

-En la cortina de mi programa hay una frase: "Un programa que va purificando su audiencia, buscando el acuerdo absoluto de la soledad". La única manera de que no haya heterodoxias es quedándose solo.

-Hay que ser riguroso en las alianzas cuando estás poderoso. Cuando tenés mucho poder podés ser riguroso. Pero cuando venís de capa caída, dudoso, de poco poder, entonces "vení flaco, después conversamos". Las alianzas sirven para hacerse del poder. No se las podemos criticar a los opositores, se proponen desalojar del poder al kirchnerismo.

-El peronismo se mueve en un lugar de pliegues, barroco en la pintura. Por eso yo hago muchos bosques en mi pintura, porque me permiten los claros y aperturas luminosas, pero sobre un fondo oscuro, de sombras. El peronismo funciona bien en ese espacio barroco de la política. El peronismo se permite entrar y salir de esos lugares oscuros e incluso dejar se peronista (como en la época de Menem), pero sigue circulando como peronista. Luego algunos seguidores volvieron a aparecer en el claro del bosque como peronistas y no somos nadie para decir lo contrario.

-Algunos kirchneristas tienen una cosa muy purista, pero tiene que ver con su origen. Gente más dura, acostumbrada a funcionar en la luminosidad de los mediodías, donde no hay contrastes. Eso es el progresismo.Por eso tienen esas prevenciones contra el peronismo. Cualquier lugar de oscuridad los pone en la defensiva y hace que inmediatamente tiren la pastilla de Gamexane.

-El peronismo es positivista, no neutro. El peronismo es la felicidad inmediata dijo Santoro. Yo agregaría "es la única que existe". No hay felicidad a largo plazo. No existe felicidad como la inversión de la hormiga, ese sacrificio hasta la quinta generación para que la sexta disfrute.

-El peronismo es ese chalecito californiano construído en lugares inconvenientes, pero ya, ahora.

-El goce no es la felicidad. Son cosas distintas. El goce es el peronismo. Lo que el peronismo no puede hacer es pedir sacrificios. Por eso no hay ajuste en el verdadero peronismo. Cuando empieza el ajuste termina el peronismo.

-La mitología del parquet es perfecta: el tipo goza de la casa, del chalecito. Le prende fuego al piso y se la va comiendo.

-El peronismo consiste en hacerse dar una casa por el gobierno para luego usar el parquet haciendo asados.

-El peronismo es escándalo. Eso es entrarle a la sociedad de consumo por otro lado.

-Cuando te empieza a dar vergüenza prender fuego el parquet, empezás a dejar de ser peronista.

-El peronismo es la gran fábrica de clase media. El triunfo del peronismo es su propia desaparición. El éxito de la revolución peronista es el de crear tanta clase media que prescinde del peronismo, que en el final no hay más peronistas.

martes, 20 de agosto de 2013

Entrevista en VTV con Vanessa Davies sobre imperialismo/antiimperialismo


Comparto la entrevista que ayer noche me hiciera para Venezolana de Televisión (VTV) la periodista Vanessa Davies. Temas: imperialismo y anti-imperialismo, restructuración de las derechas, ofensivas desestabilizadoras, legado de Chávez, y otros temas anexos.


entrevista

fuente: Atilio Borón

domingo, 18 de agosto de 2013

Los leales pueden disentir, los obsecuentes siempre traicionan

EDITORIAL
 
La semana pasada, los muchachos de la JP, la JUP, la JTP y los Montoneros se excusaron ante el General Perón de concurrir a una entrevista del Jefe del Movimiento con los sectores Juveniles. Las tratativas para que la reunión se realizara fracasaron cuando el criterio de la JP expuesto en la entrevista de Gullo y Obeid con Perón, de hacer una reunión de trabajo no fue aceptado. Se invitó así a un montón de siglas sin representación real, y también a algunos individuos que no se expresaban más que a sí mismos. De esta manera de la reunión con el General no salió nada en concreto en cuanto a la unidad del sector y su organización. Un resultado previsto por los compañeros cuando fundamentaron su ausencia.
Más allá de este asunto, explotado por quienes quieren dividir al movimiento peronista, se plantea concretamente cuál es el derecho de cada peronista a disentir -dentro del movimiento— con las políticas y resoluciones que surgen de la conducción.
La historia del peronismo está llena de ejemplos de cómo la amplia conducción del General Perón, permitió el honesto ejercicio de disentir y discutir en el seno del peronismo El 22 de agosto de 1951, cuando Evita quiso renunciar a la vicepresidencia, un pueblo entero, en la más grandiosa manifestación peronista, disentía con Evita y con Perón. Así lo expresó frente a ellos, a tal punto que Evita no pudo renunciar ante la masa ese día; sino que lo hizo recién una semana después y por radio.
Los diputados obreros durante el primer gobierno peronista rechazaron varias veces proyectos que surgían del ejecutivo. Fundamentaban, desde una posición peronista sus disidencias y votaban en contra del Ejecutivo, presidido por el General Perón. El mismo y querido por Perón, John Cooke, se opuso firmemente a los contratos petroleros y así se lo expresó a Perón quien le contestó que en la Cámara podía discutirse y aprobarse o no. Perón ha alentado esta práctica interna.
El problema está en establecer bien la diferencia que hay entre disentir y traicionar; o la obsecuencia y la lealtad.
Quienes desde la lealtad se atreven a pensar y disentir, se diferencian en mucho de aquellos que ocultan con la obsecuencia la traición. Y también aquellos que con el cuento de la verticalidad ocultan tanto el oportunismo para sacar tajada personal como la mediocridad mental del que no se atreve a pensar. Digamos que entre un montonero o un muchacho de la JP, que han peleado con su vida, su libertad expuestas para mantener obstinadamente la bandera del Perón Vuelve, hay una gran diferencia con un traidor. Uno quiere hacer las cosas mejor para Perón y el Movimiento y el otro traiciona miserablemente. Uno lo hace desde toda una lucha limpia y sin intereses personales, el otro es “leal” desde su alianza con el enemigo. Prefiero la disidencia de un luchador, a la obsecuente “lealtad” de un verticalista que
pone cara de bueno y nos está entregando al enemigo. Esas lealtades terminan matando. Es que desde hace un tiempo, los aspirantes a herederos no tienen otra idea fija que suceder a Perón y han inventado lo de la verticalidad que utiliza la sonrisa obsecuente y el asentimiento a todo pero soñando con el testamento. Quieren convertir a los peronistas en una masa mogólica, a la que no le estaría permitido ni siquiera pensar. El líder, se alimenta de su pueblo. Perón siempre ha dicho que él hace lo que el pueblo quiere, pero si desorganizados, desmovilizados, reprimidos, bombardeados y asesinados dejamos de decirle al General lo que queremos lo privamos del elemento más rico de su condición: que es la voluntad del pueblo. Ahora resulta, que un señor como Mar-tairena que no sólo disintió con Perón días después de que cayó en 1955 sino que traicionó diciendo que él nada tenía que ver con el General caído, se muestra como el más verticalista de todos. Esto es sucio y artero. Porque era más sucio y artero apartarse de un Perón derrotado y volverse obsecuente ahora que está triunfante. Estos hombres son ahora los que nos hablan de lealtad. Algo tiene que ocultarse detrás de estos personajes; así como esta disidencia limpia y honesta de los compañeros de Montoneros, JTP, JP y JUP no oculta nada más que la vocación de servicio a la causa por la que les enseñó —nos enseñó— a pelear el General.
Es que estos señores que ahora se llenan la boca de verticalismos y lealtades no son sólo oportunistas que corren detrás de los beneficios de una sucesión. Son también portavoces de todo aquello que se opone a nuestra liberación. Ya sabemos que muchos de ellos están ligados directamente al imperialismo. A partir de sus minúsculos intereses de sector o individuales es ése el papel que están cumpliendo dentro del Movimiento. Por eso no quieren pueblo ni organización de los trabajadores, porque ambas cosas van mucho más allá que los intereses individuales, que las apetencias personales, que la ambición de poder.
Nosotros pensamos que nuestra causa tiene historia y también muchos años por delante; y ante esa perspectiva, los hombres pasan, los hombres mueren y como nos ha enseñado Perón lo único que vence al tiempo es la organización y por eso la exigimos. Eso lo sabe el imperialismo y por eso está organizado; si no ya lo habríamos derrotado. Eso lo sabe y por eso busca de aliados a personajes para los que la continuidad de una lucha no tiene ningún valor; personajes cuya única causa es la de beneficiarse a ellos mismos.
¿Por qué Perón es líder y conductor? ¿Por qué generó lealtad? Porque a su vez fue consecuente con un principio que todos mamamos: en la lucha por la cual estamos empeñados la lealtad fundamental es la lealtad a la clase trabajadora. Y es precisamente de ese valor de donde surge y es aceptable la verticalidad. La de los obsecuentes es la verticalidad de los traidores porque ellos se mueven sin trabajadores; directamente no les importa, salvo cuando los visualizan como algo peligroso.
Las disidencias de Montoneros, JTP, JP y JUP durante este último tiempo han sido claras y expresadas con limpieza. Recordar cada una de ellas nos lleva a asumirlas como propias porque realmente no pueden ocultar nada más que la intención de asegurar el triunfo popular. Y más si son hechas por los que lucharon verdaderamente contra la dictadura y más si son criticadas por quienes estuvieron debajo de la cama todos estos años. Tratemos de recordar a estos figurones en alguna actitud de lucha en estos 18 años. Tratemos de recordar a Llambí, por ejemplo. A algunos de los miembros del Consejo Superior. Al mismo Camús ese que lee los comunicados siempre defenestrando a alguien luego de las reuniones del Consejo, ese mismo que defendió a los matones de Paladino cuando ocuparon el edificio del Consejo Superior para que Perón no lo sacara de Delegado. No me acuerdo de ninguno.
Nuestros compañeros sostienen que el pacto social es una trampa, porque no lo firmaron los trabajadores sino una burocracia sindical sin apoyo de las masas. Están con el pacto para esta etapa, pero un pacto en serio, no este que para uno da mayores ganancias y para otros explotación e injusticia. Evita decía que estaba bien eso de que bajo el peronismo durante el primer gobierno los empresarios y trabajadores repartieran la ganancia; pero —decía— para que esto sea justo habrá que tener en cuenta que los empresarios han oprimido y explotado a los obreros durante siglos. Así que primero habría que dejar que los obreros explotaran durante siglos a los patrones, después sí, después podemos ir a medias. Porque si no, corren con ventaja.
Más ventaja aún si los que firman por los trabajadores son los que los traicionan día a día.
Por esto, también estuvimos contra algunos aspectos de la Ley de Asociaciones Profesionales. Porque estamos de acuerdo con hacer una ley que permita lograr organizaciones sindicales cada vez más poderosas, pero también creemos que no se puede utilizar como se hizo, esta aspiración peronista para incluir de contrabando algunos artículos que aseguraron los sillones a los burócratas. Esa ley frenó el trasvasamiento sindical y la posibilidad de dirigentes elegidos libremente por la base. Ya se ve: a éstos no los quiere nadie, tienen que andar de fraude en fraude para mantenerse en los sindicatos. La Ley les aseguró la legalidad del fraude. Están seguros ahora.
Tampoco estamos de acuerdo con las leyes represivas, porque Perón nos enseñó que la violencia no se combate de esta forma y que esa ley en definitiva va a servir para reprimir al pueblo; al fin y al cabo una huelga medio dura va a terminar siendo encuadrada en asociación ilícita para delinquir.
También nos opusimos a que en la Ley de Radicaciones de capitales se incluyera un artículo que permite que las cuestiones entre el Estado argentino y una empresa intrnacional, sea decidida por un tribunal internacional que está en Ginebra. ¿Así que si delinquen en nuestro país se los juzga- en el extranjero? Y en cuanto a este asunto de los capitales extranjeros: no estamos de acuerdo en basar todas las aspiraciones de nuestra liberación en los pesos extranjeros. Hay que utilizarlos, de acuerdo, pero de una manera accesoria porque esos préstamos ya sabemos cómo se pagan; nosotros proponemos el ahorro interno, los argentinos trabajando por su porvenir. Pero esto significa también el pueblo participando en el gobierno. No sólo a través de Perón sino gobernando en todos lados, porque Perón, lamentablemente, no puede estar en todos lados.
Y nos oponemos finalmente a la desmovilización y desorganización del Movimiento Perónista. Nos oponemos al decreto de cierre de unidades básicas. Nos oponemos a que el Movimiento sea expresado por figurones que desorganizan y debilitan la fuerza popular. Esa fuerza que podría permitir a Perón avanzar sobre la penetración imperialista y hablar con los imperialistas con el pueblo alerta. Porque no está mal mandarle cartas a Nixon, pero estaría correcto mostrarle un pueblo entero dispuesto a ser respetado por su organización y a través de ella construyendo su destino. Porque es con el pueblo organizado y no sólo con “el gobierno organizado” como combatiremos al enemigo de la Nación; no es repitiendo fracesitas como se combate, es con la conciencia del pueblo que no es mogólico y que no necesita que le repitan todo el día por radio esas frases hechas por algún genio de barrio para darse cuenta de lo que pasa.
¿Por qué, nos preguntamos, no podemos tener un Movimiento Perónista bien organizado, desde abajo, donde podamos estructurarnos y elegir los dirigentes que nos representen realmente? ¿Cuál es la razón? Y aquí está nuestra disidencia principal. Porque el Movimiento está en manos de gente que le tiene miedo a la masa. Porque ¿qué es lo que no se quiere escuchar? ¿Cuál es el temor que existe de que los peronistas elijamos a nuestros dirigentes? ¿O se tiene miedo de que la masa se exprese por los que ellos quieren echar? Lo malo es que hay muchos que utilizan de muchas maneras esas disidencias. Los unos, para sacarnos del campo y cosechar solos, otros, que aprovechan la volada y la juegan de honestos para reubicarse muy oportunamente y otros que desde la izquierda nos hacen caídas de ojos para que nos vayamos del Movimiento.
Pero este Movimiento es nuestro y en él nos vamos a quedar. Nos empujan de adentro y nos llaman desde afuera pero, ¡minga! la vamos a pelear desde adentro. Esa es nuestra mejor muestra de lealtad a la clase trabajadora, al pueblo, al Movimiento Perónista y a la Patria.

DARDO CABO

furnte: Ruinas Digitales

La muerte de Roque Dalton

Dos balas para silenciar una inteligencia incómoda

El 10 mayo de 1975 fue asesinado el poeta, periodista, ensayista, novelista y militante revolucionario Roque Dalton, considerado “el escritor más universal de El Salvador” y uno de los más brillantes narradores centroamericanos. En Argentina es uno de los grandes ausentes en los suplementos literarios dominicales, sean conservadores o ”progres”
Roque Dalton
Por Roberto Bardini
Las dos balas que lo alcanzaron a traición desde atrás -la primera lo hirió en un hombro, la segunda le destrozó la cabeza- no salieron de una pistola policial o militar. Fueron disparadas por alguien que se suponía uno de sus compañeros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), organización en la que militaba y que más tarde se sumó al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN).
Lo habían arrestado el 13 de abril de 1975 por “indisciplinado, revisionista de derecha y agente pro cubano”. Días después, la acusación cambió: era “agente de la CIA”, dijeron. Hoy se conocen varios testimonios acerca de que esta versión ya había circulado por boca de algunos dirigentes del Partido Comunista Salvadoreño, que envidiaban al poeta por su talento y lo detestaban por transgresor, irreverente, bebedor y enamoradizo. En lo que se refiere a moralina “proletaria”, el stalinismo, el maoísmo y la ultraizquierda rabiosa al estilo Sendero Luminoso, tuvieron un punto en común con el fundamentalismo religioso que exudan la Inquisición, el Opus Dei, Tradición, Familia y Propiedad, los Caballeros de Colón y otros desechos tóxicos.
La ejecución fue decidida por Alejandro Rivas, Vladimir Rogel, Jorge Meléndez y Joaquín Villalobos, integrantes de la dirección del ERP. Lo mataron en la misma fecha en que El Salvador celebra el Día de las Madres. Cuatro días más tarde, el escritor hubiera cumplido 40 años.
El cuerpo ni siquiera fue enterrado. Se cree que los ejecutores lo abandonaron en un paraje denominado El Playón y el cadáver terminó devorado por perros y aves de rapiña. Si la versión es cierta, hay un detalle aún más tenebroso: en ese lugar, los escuadrones de la muerte salvadoreños dejaban los restos acribillados a tiros de políticos, sindicalistas y estudiantes sospechosos de colaborar con la guerrilla.
Un “error de juventud”
Ninguno de los ejecutores de Roque Dalton tuvo un final heroico o, siquiera, un destino más o menos digno.
Alejandro Rivas, jefe máximo del ERP, huyó del país en 1976 con dos de los cinco millones de dólares que la organización había cobrado como rescate por el secuestro de un empresario que terminó asesinado. Se realizó una cirugía plástica que cambió su fisonomía, adquirió otra identidad y se sumergió en el ostracismo político.
Su protegido Vladimir Rogel -un militarista de escasa inteligencia, que despreciaba a los intelectuales y se había dedicado a golpear e insultar al poeta durante su cautiverio- fue “ajusticiado” con sus antiguos compañeros por motivos que no tenían nada que ver con la muerte de Dalton.
Jorge Meléndez ingresó al Partido Social Demócrata y se convirtió en director de Protección Civil del gobierno de Mauricio Funes, candidato del FMLN y primer presidente de izquierda en toda la historia de El Salvador. En mayo de 2010, Meléndez declaró: “Yo no recuerdo el asesinato de Roque Dalton. Recuerdo un proceso político en el cual salieron muertos varios compañeros, uno de ellos, Roque Dalton”. E insistió sin inmutarse: “Es una persona que murió fruto de un proceso político dentro de una guerrilla”.
Villalobos le obsequia su fusil AK-47 al presidente Salinas de Gortari
Luego de la firma de los acuerdos de paz en México entre el gobierno de El Salvador y el FMLN en enero de 1992, el ex comandante Joaquín Villalobos pasó por la universidad inglesa de Oxford y se metamorfoseó en politólogo. Convertido impúdicamente en “consultor para la resolución de conflictos internacionales”, fue asesor de cuatro presidentes conservadores en política y neoliberales en economía, alineados con Estados Unidos: el salvadoreño Francisco Flores, el colombiano Álvaro Uribe y los mexicanos Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón.
Dirigente del efímero Partido Democrático, el “apagaincendios” disponía de una columna de opinión en El Diario de Hoy, de tendencia conservadora, y un espacio matutino en la oficialista Telecorporación Salvadoreña. Además, cada vez que el gobierno de su país enfrentaba conflictos sociales, viajaba desde Gran Bretaña para opinar en vivo y en directo. Y no perdía una sola oportunidad para criticar a sus antiguos compañeros del FMLN.
El asesinato de Roque fue “injusto, un error de juventud, el más grave que cometí”, le dijo el propio Villalobos casi 18 años después al periodista Juan José Dalton, hijo de la víctima, quien en 1993 lo entrevistó serenamente durante tres encuentros. El muchacho no admitió la explicación: “Ello sería aceptar que esa etapa de la vida -la juventud- es potencialmente criminal”, escribió en el periódico Excelsior, de México.
En diciembre de 1998, el periodista británico John Carlin publicó en el diario español El País una entrevista a Villalobos, a quien describe como “un luchador por la libertad que se muestra aliviado por no haber ganado la guerra a principios de los años ochenta” y “un antiguo marxista que confiesa que siempre se ha sentido más cerca de la cultura norteamericana que de los soviéticos”. Un par respuestas del ex comandante guerrillero del ERP son más elocuentes que un ensayo de cien páginas acerca de su travestismo político: “Pobrecito mi país si hubiéramos ganado”, dice. “Éramos la generación del rock. ¿Qué teníamos que ver nosotros con ese aburrido mundo soviético?”.
De El Gráfico y Borocotó al marxismo
Roque Dalton nació el 14 de mayo de 1935, en San Salvador. Su padre, Winnall Dalton, era un millonario texano criado en la frontera con México. Su madre, María García, fue una modesta enfermera salvadoreña. Realizó sus primeros estudios en un colegio jesuita. Después estudió Derecho en El Salvador y Chile y cursó Antropología en México.
En 1953 entrevistó en Santiago al muralista mexicano Diego Rivera para la revista literaria de la Universidad de Chile. Él mismo relató más tarde su encuentro con el pintor: “Me preguntó, con aquella manera exuberante que tenía, que cuántos años tenía yo. Yo le dije que 18 años. Entonces me preguntó que si yo había leído marxismo. Yo le dije que no. Entonces me dijo que tenía yo 18 años de ser un imbécil. Y me echó”.
En 1956, Roque fundó con un grupo de poetas salvadoreños y centroamericanos el Centro Literario Universitario (CLU). Ese mismo año ganó el Premio Centroamericano de Poesía otorgado por la Universidad de El Salvador. A los 22 años de edad, se afilió al Partido Comunista, al que abandonó pocos años después.
Dalton tuvo un “costado” argentino, muy anterior a su amistad con Julio Cortázar y la admiración por la poesía de Juan Gelman. Comenzó en su infancia con la lectura de las revistas Billiken y Mundo Argentino, además de libros de texto escolares que el primer gobierno peronista distribuía en casi todos los países centroamericanos a través de sus embajadas. En febrero de 1969, entrevistado por el escritor uruguayo Mario Benedetti para la revista Marcha, dijo que había crecido “en la órbita del fútbol, de El Gráfico, Borocotó, Rico Tipo, César Bruto”.
Y en cierta ocasión, según cuenta en su poema No, no siempre fui tan feo, un marido celoso que suponía que él era un diplomático argentino, le rompió una botella de ron en la cara. Dalton agradece jocosamente la confusión porque si el iracundo esposo hubiera sabido que en realidad era un poeta salvadoreño quizás las consecuencias habrían sido peores.
“Como si supiera que me van a matar al día siguiente”
Por su militancia, el escritor estuvo preso y fue desterrado. Vivió en Guatemala, Cuba, la Unión Soviética y Checoslovaquia. En ese tiempo, conoció Vietnam del Norte y Corea.
Ficha policial
Ficha policial del poeta, octubre de 1960
Mucho antes de su asesinato ya había sido condenado a muerte dos veces y logró escapar casi milagrosamente. La primera vez, cuatro días antes de la fecha prevista para su ejecución en octubre de 1960, fue derrocado el general de turno. La segunda, en 1965 cuando un terremoto devastó El Salvador. El escritor estaba encarcelado en el poblado de Cojutepeque, a 34 kilómetros de la capital, y aprovechó la grieta en una de las paredes de su celda para hacer un boquete y escapar a toda velocidad.
En 1967 escribió una frase premonitoria: “Desde hace algunos años siempre me propuse escribir de prisa, como si supiera que me van a matar al día siguiente”. Con el seudónimo de “Farabundo”, en 1969 ganó el Premio Casa de las Américas de poesía con su ópera-rock Taberna y otros lugares, escrita durante sus dos años de residencia en Praga.
La obra poética de Dalton incluye: Mía junto a los pájaros (1957), La ventana en el rostro (1961), El mar (1962), El turno del ofendido (1962), Los testimonios (1964), Poemas (antología, 1968) y Los pequeños infiernos (1970).
Entre sus ensayos y narraciones se cuentan: César Vallejo (1963), El intelectual y la sociedad (1969), “¿Revolución en la revolución?” y la crítica de la derecha (1970), Miguel Mármol y los sucesos de 1932 en El Salvador (1972) y Las historias prohibidas del Pulgarcito (1974), donde figura el célebre “Poema de amor”, dedicado a sus compatriotas:
Los que ampliaron el Canal de Panamá
(y fueron clasificados como “silver roll” y no como “gold roll”),
los que repararon la flota del Pacífico
en las bases de California,
los que se pudrieron en la cárceles de Guatemala,
México, Honduras, Nicaragua,
por ladrones, por contrabandistas, por estafadores,
por hambrientos,
los siempre sospechosos de todo
(”me permito remitirle al interfecto
por esquinero sospechoso
y con el agravante de ser salvadoreño”),
las que llenaron los bares y los burdeles
de todos los puertos y las capitales de la zona
(”La gruta azul”, “El Calzoncito”, “Happyland”),
los sembradores de maíz en plena selva extranjera,
los reyes de la página roja,
los que nunca sabe nadie de dónde son,
los mejores artesanos del mundo,
los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera,
los que murieron de paludismo
o de las picadas del escorpión o de la barba amarilla
en el infierno de las bananeras,
los que lloraran borrachos por el himno nacional
bajo el ciclón del Pacífico o la nieve del norte,
los arrimados, los mendigos, los marihuaneros,
los guanacos hijos de la gran puta,
los que apenitas pudieron regresar,
los que tuvieron un poco más de suerte,
los eternos indocumentados,
los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo,
los primeros en sacar el cuchillo,
los tristes más tristes del mundo,
mis compatriotas, mis hermanos.
Luego de su muerte se publicaron Pobrecito poeta que era yo (novela), El libro rojo de Lenin (ensayo) y Un libro levemente odiosoContra ataque (poesía).
“Cuando sepas que he muerto…”
En diciembre de 1973, Roque ingresó a El Salvador con un pasaporte falso a nombre de “Julio Dreyfus”. Dentro del ERP utilizó el nombre de “Julio Delfos Marín”. Antes de su retorno final al país, se había sometido a una cirugía facial realizada por el mismo equipo médico cubano que preparó la entrada clandestina del “Che” Guevara a Bolivia.
“Es la inteligencia y clarividencia de Roque la que disgustó a ciertas personas dentro de una organización política, que tenía mucha autoridad pero poca inteligencia y poco acierto en sus posiciones”, dijo su compatriota Fabio Castillo, médico y dirigente político, integrante de la Comisión Política Diplomática del FMLN y dos veces rector de la Universidad de El Salvador. “Era difícil para esas personas entender la inteligencia de Roque. Eso no le gusta a las personas que no tienen igual nivel de capacidad y de comprensión”.
El escritor Eduardo Galeano recuerda así al poeta asesinado:
Roque Dalton, alumno de Miguel Mármol en las artes de la resurrección, se salvó dos veces de morir fusilado. Una vez se salvó porque cayó el gobierno y otra vez se salvó porque cayó la pared, gracias a un oportuno terremoto. También se salvó de los torturadores, que lo dejaron maltrecho pero vivo, y de los policías que lo corrieron a balazos.
Y se salvó de los hinchas de fútbol que lo corrieron a pedradas, y se salvó de las furias de una chancha recién parida y de numerosos maridos sedientos de venganza. Poeta hondo y jodón, Roque prefería tomarse el pelo a tomarse en serio, y así se salvó de la grandilocuencia y de la solemnidad y de otras enfermedades que gravemente aquejan a la poesía política latinoamericana. No se salva de sus compañeros. Son sus propios compañeros quienes condenan a Roque por delito de discrepancia. De al lado tenía que venir esta bala, la única capaz de encontrarlo.
“Creo que a Roque, si no lo matan en el 75, lo matan después porque siempre era incómodo, ese tipo de inteligencia es un lujo que este país no ha permitido darse”, escribe Luis Alvarenga en El ciervo perseguido, una biografía de Dalton publicada en 2002.
El hombre que murió por orden de Joaquín Villalobos y otros tres esperpentos políticos, dejó un poema premonitorio:
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendría la muerte y el reposo.
(…)
Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.
Es casi seguro que el politólogo graduado en Oxford y “especialista en resolución de conflictos” no podría redactar una sola línea de este calibre. La poesía y la literatura no son destrezas propias de los verdugos.
El premonitorio poema de Roque Dalton, leído por Julio Cortázar
[archivo gentileza  de Graciela Maturo]



sábado, 17 de agosto de 2013

Las redes sociales en la política


Para Marcos Muñoz, un proyecto político no puede alimentarse sólo a través de las tecnologías de información y comunicación, porque la política necesita del cara a cara y porque las TIC no pueden suplantar la política del compromiso intersubjetivo.


Por Marcos Muñoz *
Desde Neuquén
Hacer para mostrar. Reflexionar para hacer y luego mostrar. Hacer y luego reflexionar para volver a hacer. Discutir. Debatir. Salir, hacer calle, hablar y escuchar, escuchar, pensar y hablar. Poder explicitar el sentido político de las acciones y las ideas. De eso tratan la militancia y la política. Y mostrar lo que se hace, eso, es legítimo. Y si lo podemos mostrar por medios propios, mejor. Aprovechar las herramientas que brindan las nuevas tecnologías e Internet. Por ejemplo, los costos se abaratan, y mucho. El acceso a las nuevas tecnologías es diverso, es amplio, hasta suele afirmarse que es masivo. Los celulares, Facebook y Twitter se instalaron a un ritmo vertiginoso, lo que da la pauta de su alcance.
¿Para qué incorporamos estas herramientas? ¿Qué hacemos nosotros con ellas? ¿Qué hacen esas herramientas tecnológicas con nosotros? ¿Qué puente se genera entre estas herramientas y la política? ¿Puede la política, un proyecto político, sostenerse en base a estas tecnologías? No. No puede sostenerse sólo en/con ellas.
Digo esto sabiendo que, de todas formas, mantener una posición única, una posición cerrada, inflexible, no es aconsejable para entender un fenómeno que sigue sorprendiendo por los ecos al por millón que generan ciertas noticias en las redes sociales.
Retomo: un proyecto político se sostiene, justamente, porque en él confluyen sujetos, proyectos, acciones, que lo hacen legítimo.
La acción territorial, el poder –y el querer– hablarle a la gente en períodos más prolongados de lo que dura una entrevista radial o televisiva son elementos de suma consideración en la actualidad. Y esto, a contramano del fervor con que subimos todo, a veces ciegamente, a las redes sociales, para que el mundo lo vea, para decir acá estamos, aparecemos.
La política en la calle, la calle en la política –en la búsqueda de compartir ideas, sensaciones– y escucharse son claves para que un proyecto político se haga carne en la gente y para que la gente pueda volver carne el proyecto político (este planteo no es sólo una mirada, sino también una experiencia que comparto. Y cuando escribo esto, lo hago desde un caso situado en la provincia de Neuquén). Las redes sociales, los mensajes de texto, las páginas personales, adquieren sentido, relevancia e impacto si está, si existe, ese transitar de la política en las calles, de la calle en la política. En treinta años de democracia estamos transitando la recuperación de la palabra y de la práctica política.
Y, como la calle, aunque en distintas formas, las redes sociales tienen su retórica: hay que decidir qué decir, qué imágenes mostrar y estar preparados para la diversidad de las interacciones posibles, entre otras leer comentarios en todos los tonos.
Puede resultar curiosa esta perspectiva de la comunicación política. De lo que hablo es que en la medida en que los actores de la política puedan seguir fomentando la escucha y el diálogo con la militancia y trabajar esa relación a lo largo del tiempo, se potenciará el sentido de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), mientras se potencia, simultáneamente, la formación de los militantes. Lo no aconsejable sería privilegiar las TIC por sobre la política. Es lo que hizo el neoliberalismo y lo que siguen haciendo las expresiones actuales de la política más retrógrada, la que pone la tecnología por encima de los sujetos y de los proyectos colectivos. Aunque este mundo fuera expresable –que no lo es– en las relaciones entre 0-1 de los lenguajes computarizados, nada suplantará la primera relación, ese primer vínculo, entre las personas.
Política y militancia logran ser manifestaciones creíbles cuando los sujetos hablamos cara a cara y nos escuchamos, cuando nos sentamos a una mesa o hacemos una ronda para vernos las caras. Cuando suman vecinos, cuando suma gente joven a la ronda de la conversación, cuando suman militantes de otras épocas. Todo esto puede fortalecerse a través de las TIC, pero las TIC no pueden suplantar la política del compromiso intersubjetivo.
En fin, el nuevo paradigma cultural de la comunicación en Argentina no sólo afecta a los medios concentrados, sino que nos llama a todos a la reflexión sobre qué lugar pueden ocupar –qué lugar les damos– las redes sociales en un proyecto político. Sobre todo cuando se trata de un proyecto político que busca ser parte de las expectativas de un pueblo y responder a ellas, trabajando para despertar del letargo medieval producido por otras formas de hacer política, las de la violencia, la división y los infinitos dolores, privados y públicos.
* Licenciado en Comunicación Social. Egresado de la Universidad Nacional de Cuyo. Secretario de Extensión de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue, provincia de Neuquén.

fuente: Página 12

sábado, 10 de agosto de 2013

La estrategia de maniatar la libertad



Un problema filosófico surge cuando se pone en evidencia que, sobre un concepto aparentemente estable en su significación, hay lecturas opacadas que no salen a luz. Es que en ningún otro lugar se juega todas sus fichas el poder, como en el saber: desde la definición de una categoría hasta su instalación como sentido común cotidiano.

por 
Darío Sztajnszrajber


Es por esto que en nuestros tiempos, la cuestión de los medios se ha vuelto central: el poder ante todo “decide” frente a la indecidibilidad de cualquier término; esto es, lo sustrae de su libertad. La libertad de todo concepto de ser abierto y en constante reinvención. Por eso un buen monopolio debe ante todo apropiarse de la idea de libertad y maniatarla. Quitarle sus grises.
Cristalizarla en un sentido único. Apresarla. Si la libertad se define de un único modo, ya no es la libertad. Un problema filosófico bien terrenal se manifiesta cuando en nombre de la libertad se prohíben otras voces, se ocultan otras perspectivas, se exige silencio.
Históricamente, las sociedades capitalistas han emparentado la libertad a la seguridad, lo propio a la propiedad privada. Y en una comunidad libre, la voz del otro siempre es prioritaria, ya que el alineamiento de la libertad individualista con la propiedad privada solo genera un mundo con libertad para los que están adentro y falencia para los que están afuera. De hecho, el mismo término “delincuente”, lleva en su origen la idea de una falta (cometer una “falta”) y el poder necesita ejercerse sobre sus propios delincuentes. Solo habrá libertad plena cuando nadie se adjudique ser su propietario…

fuente: Mirando Hacia Adentro
              Infonews 

jueves, 1 de agosto de 2013

HOY PACHAMAMA HOY

 

por Daniel Mancuso



Se supone que evolucionamos, vamos para adelante con nuestras experiencias y nuestras emociones, amasando presente a cada rato. Cargamos contradicciones y prejuicios. Acarreamos estupidez y desidia. Somos hipócritas, pero a pesar de todo, la memoria nos desvela, y la madre naturaleza devela lo que queremos tapar con el "progreso" capitalista, muy a nuestro pesar.

Hoy es el día de la Pachamama, el día de la tierra.

Los que vivimos en la ciudad más rica y neoliberal de la Argentina (y por lo tanto, la más injusta y desigual) sabemos que algo estamos haciendo mal.

 Cada uno tiene diferentes responsabilidades. Desde el desprecio por los más desposeídos, por los diferentes, por las mujeres, por lo público, hasta el individualismo extremo, las reglas del mercado, el poder del dinero, las corporaciones rapaces, las políticas irracionales de especulación inmobiliaria, la desidia y los negociados en el tratamiento de la basura urbana, y otros menesteres de acción pública.

Si no nos importa un pibe en la calle revolviendo los tachos, por qué habría de conmovernos lo que no se ve debajo el asfalto que acaricia nuestros autos. Si subimos el vidrio ante un pibe que pide una moneda como podríamos inquietarnos por los venenos que manchan las aguas, los cultivos, los extraños que viven lejos.

La vida en sociedad del siglo XXI agrede al planeta, sin dudas. El asunto es  hacerlo lo más lentamente posible, si no seguiremos inundados, intoxicados, alienados y muertos en cuotas, como hasta ahora...

Habrá que desinflar algunas pesadas cargas, desactivar insensibilidades, escepticismos, indiferencias varias, odios y afines. Habrá que poner en práctica tanto discurso verde, tanta intensión progre, tanta caridad, tanto sentimiento solidario que se escuchan por ahí. Habrá que recomponer, reconstruír, redistribuir, para que los que no tienen tengan y los que acaparan repartan, y así todos tengan un poco de lo que les corresponde, y nos cuidemos  entre sí. Habrá que dejar de mentir y regalar sandeces sin ton ni son.

Habrá que sentir que la patria es el otro y el ombligo mi enemigo.

¡Perdonanos madre tierra!

¡Felicidades, Pachamama!
 
Fuente: Mancuso