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lo que defiendo, lo que muchos defendemos, no es un nacionalismo pelotudo... sino un par de ideas, resignificadas hoy, libertad e igualdad... ideas profundamente mestizas aquí en Abya Yala, y aunque respeto toda otra posición cultural-política, creo, sinceramente, que es desde esta Gran Tierra, unidos, en comunidad, aceptando profundamente nuestra realidad mestiza -el uno- es que el Abya Yala florecerá... y que todos los enormes esfuerzos de Occidente por destruirnos, por separarnos, por vulnerarnos y conquistarnos, demostrarán inversamente la magnificencia de nuestra sonrisa, de nuestro futuro... por los Padres Libertadores del Pasado, Por los Hermanos Libertadores de Hoy, por Nosotros y los que Vienen... SUMAQ KAWSAY!... y eso tal vez parezca anárquico...pero tal vez esta anarquía sea un nuevo orden... opuesto al actual, sin dejar de reconocer lo alcanzado... por todos...

jueves, 27 de septiembre de 2012

Caceroleros conducción


En sistemas políticos como el nuestro, los hechos políticos son, por lo general, potestad de los ejecutivos. El rol que suelen cumplir entonces los opositores se reduce al que etimológicamente les compete. Las razones están dadas por tradición, por relación de fuerzas, por el rol que la sociedad suele esperar de ellos y, algo importante en nuestro país y en países emergentes, ya que los partidos no cuentan con programas prestablecidos, porque es la mejor manera para diferenciarse políticamente.
El hecho político opositor de este mes fue el cacerolazo. No fueron novedades el sector social implicado o las consignas sino la magnitud, inusual en las anteriores y más promovidas manifestaciones. Repetimos algo dicho hasta el hartazgo: las clases acomodadas y las populares suelen tener claras sus necesidades, objetivos y redes de relacionamiento, la clase media no tanto, y es un sector de esta (no toda, como suele simplificarse), la que culturalmente se identifica con los sectores acomodados, la que resulta funcional a estos últimos. Ya fue ariete en numerosas oportunidades, siendo la "legitimidad segmentada" y "el campo somos todos" los últimos y más claros ejemplos.
Habida cuenta de que el último cacerolazo sorprendió a propios y extraños (fue gracioso leer en facebook que ese era el pueblo manifestándose, el populismo bien entendido empieza y termina en casa para algunos), y se constituyó en agenda, numerosos analistas opositores están aconsejando a los políticos ídem montarse en esta ola: representar sus demandas. Consejo interesado y malintencionado (complicado no resbalar en el teflón), ya que difícilmente las demandas de este sector puedan considerarse un proyecto de país o tan siquiera un plan de gobierno. Quizás sí un capricho adolescente, que ante el consejo paterno (o materno y cristinal) replica que con su plata puede hacer lo que quiera, incluso apostar en contra de la moneda que comparte con los suyos. Siempre lo dice (de alguna manera, y perdonen la elasticidad en la interpretación) antes y mejor Bob Dylan: "Man thinks ’cause he rules the earth he can do with it as he please / And if things don’t change soon, he will / Oh, man has invented his doom / First step was touching the moon / Now, there’s a woman on my block / She just sit there as the night grows still / She say who gonna take away his license to kill?".
Creer que los caceroleros realmente solicitan respeto por las instituciones, la democracia y el resto de las demandas republicanas es infantilismo. Peor aún, amateurismo, sería que algún político con alguna medida aspiración mayor a un kiosquito legislativo creyera que representando estas demandas puede superar un 3 o 4% en elecciones nacionales. En legislativas distritales, y si sólo hablamos de Buenos Aires, pueden aspirar a doblar esos números si no dividen la representación. Como sana y desinteresada advertencia entonces, sería aconsejable que hicieran neokirchnerismo, pero en serio, y le explicaran mientras tanto a sus verdaderos representados que les conviene ganar mucho de manera sostenida y no todo de un tarascón. Hacer bobdylanismo o spinettismo (sigamos neologizando) y no britneyspearismo o spicegirlsismo. Pero estoy seguro de que van a terminar tarareando "Oops... I did it again", again.

fuente: Los Huevos y las Ideas

sobre Censores y Censurados

Mi abuela estaría indignada: Viviana Colmenero, censurada en la TV
 
por Verónica Randi 
25 de septiembre de 2012.
 
Hoy mirando la tele recordé a mi abuela. Ella miraba Gran Hermano porque la tenía “enganchada” la conmovedora historia de una chica que era prostituta que tenía un hijo  y que “hacía eso por necesidad”.  Mi abuela  me decía que en la Casa de Gran hermano “todos la atacaban por eso”. Cada vez que iba me contaba algún capitulo nuevo sobre las cosas que pasaban adentro de la casa, en sus últimos años la tele se había convertido en su único entretenimiento. Yo no entendía mucho porque no miraba el programa, además mi profesión me impide tener ingenuidad a la hora de evaluar “un personaje” de un reality. Pero yo a mi abuela la escuchaba, y  aunque no recuerdo mucho que me contaba,  recuerdo muy bien que  estaba del lado de Viviana Colmenero.  Incluso Tita, una mujer que contaba desde chica las moneditas,  un día me “confesó” que había llamado por teléfono para que “Viviana” ganara. Creo que para mi abuela esta chica era como una nieta más a la que tenía que ayudar. Tita era así. Siempre ayudaba y nunca juzgaba a nadie. Todo lo contario a lo que es la Tele.
 
Decir que se censura a la hoy astrologa Viviana Colmenero,  ex protituta y “ganadora” de Gran Hermano,  quizá a algunos les parezca una enormidad.  Porque el censurado hoy, según Clarín,  es Eduardo Feinmann. Y comparar a la Colmenero con Feinmann parece ridículo. Pero la TV no pudo soportar las verdades que la “ganadora Colmenero” les tiró en la cara a Pasman y Ciccioli. Esta imperceptible censura sucedió  en el mismo canal que los martes  a la noche utiliza “la libertad de prensa” para mostrar imágenes de peleas callejeras,  algún atraco frustrado,  choques, a borrachos haciendo papelones,  incautos que se echan un polvito en la plaza, en la moto o en el auto, imágenes todas, obtenidas de las cámaras que los municipios tiene para  “controlar la seguridad”, el otro tema preferido de los medios. También es el mismo canal que tiene informes de la mañana a la noche sobre prostitución VIP, o de la otra. Pero a la Colmenero la rajaron del estudio porque les salió mal querer mostrar a la “prostituta ganadora del Reality” en contraposición a la “prostituta perdedora del reality” que de tan perdedora hasta perdió la vida. Como buena astróloga les tiró las cartas y dijo la verdad: “los únicos que ganan son los productores y los conductores”
Repaso de la mañana feminicida de la TV argentina.
Todo vino a cuento de la chica asesinada en Perú por su novio luego de asistir a un Reality,  donde “confesó” que bailaba en un club nocturno con poca ropa, y que había aceptado dos veces dinero a cambio de sexo. Esto lo dijo bajo detector de mentiras y delante de su madre y su novio quienes se encontraban en el estudio de TV. Formatos televisivos le dicen,  a esta execrable manera de degradar al ser humano.  La historia terminó en tragedia: la chica asesinada, el novio preso y la televisión libre de culpa y cargo. Según informó C5N, la fiscalía peruana dice que la televisión no tiene ninguna responsabilidad en el hecho. Domman estuvo de acuerdo, “¿si la chica le ‘confesaba’  al novio en un bar que era prostitura…el bar tendría alguna responsabilidad?” se preguntó Domman con sentido común de perfecto de conductor televisivo.  ¿Domman es tan inocente que piensa que una conversación en un bar puede tener las mismas consecuencias que un programa de televisión? Sería bueno entonces,  que las noticias las “confiese” sentado tomándose un café en la Viela y veremos qué repercusiones tiene.
 
Pero la tele tiene que mostrar siempre su inocencia. Incluso nos quieren hacer creer que la gente “gana” siendo utilizada.
 
 
 Y la invitaron a la Colmenero a tomar el desayuno americano para que “confiese”. Y no confesó nada. “Vos ´confesaste´que eras prostituta en Gran hermano por eso ganaste” así rompieron el hielo los conductores. “Perdón, porque decís confesar…si la prostitución no es un delito”. Rápidamente estaban todos,  conductores y chicas de poca ropa, indignados con la astrologa porque se negó a decir que el secreto de su éxito era ser prostituta. “Gané porque mi estrategia fue eficaz,  y por lo que soy como persona, yo no soy sólo una puta” les dijo dándoles una pequeña clase de dignidad. No lo soportaron y la acusaron a ella, si lean bien, la acusaron a ella de “utilizar a la tele para salir de la prostitución”.  La chica quedó por  impávida unos minutos, pero siguió con la estrategia eficaz de decir la verdad.
Y la Colmenero sin sacarse la ropa, desnudó a Ciccioli “a mí me da asco lo vos haces por televisión, todas las semanas, hace más de dos años( y se quedó corta),  mostrás la prostitución de manera superficial, para tener un punto más de raiting. Usan a las chicas y los únicos que ganan dinero son los productores y vos que sos el conductor”. Pasman fue al corte “ahora seguimos con vos Viviana,  es muy interesante lo que contás”.  Obviamente eso nunca ocurrió y siguieron con el caso de la “famosa infraganti en la playa”.
Hoy más que nunca,  me gustaría ir a la casa de mi abuela y encontrármela, siempre linda y justiciera,  para ponernos juntas del lado de Viviana Colmenero, una verdadera winer, que aunque nadie lo haya notado, y mañana no salga en ningún diario,  fue censurada por decir la verdad de la televisión.  Mi abuela estaría indignada.
 

 A la memoria de  María Josefa del Carmen Rodríguez de Álvarez, más conocida por Tita.

Una mujer que le hubiese encantado, que 
censuren a de una vez por todas a Eduardo Feinmann.

De lo comunicativo a lo comunicacional


Desde la Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario, Sandra Massoni sostiene que la comunicación es un fenómeno que propicia procesos abiertos a la diversidad e invita a abrirse a otra calidad comunicacional que reconozca el continuo y las posiciones, sin encerrarse en oposiciones binarias.

 Por Sandra Massoni *
Mientras espero que el mozo traiga mi cortado, veo en la pantalla un programa de TV que habla sobre medios de comunicación. Cada vez hay más espacios en los medios que hablan de los medios. Me gusta verlos y reconocer los dispositivos que utilizan en su teje y desteje de nuestra cotidianidad. Suena un móvil y el señor de la mesa de al lado responde. Está sentado con otro, quien a su vez ya estaba hablando por su celular. Miro para el otro costado donde mi vecina mantiene una conferencia por Skype en su netbook. Para no quedarme afuera, twitteo sobre mi próximo curso en la universidad; será en México y será virtual.
¿Y si reconociéramos que la figura organizadora de este tiempo ya no es la de la comunicación en línea, sino la de la red? ¿Y si admitiéramos que un mundo como éste no se corresponde con lo secuencial y tampoco está organizado desde opuestos? Me surge otra pregunta al mirar el zócalo que aparece en la pantalla gigante de este bar: “periodismo independiente versus periodismo militante”. ¿Y si aceptáramos que por eso mismo todos los enfrentamientos binarios desertifican nuestra comunicación en tanto nos reducen sólo a la dimensión informativa? Se me ocurre otra pregunta: ¿y si los comunicadores intentáramos escaparnos de ese encierro dicotómico que nos comprime en la linealidad verticalista de lo comunicativo?
Y pienso: en un mundo en línea, tal como el de la dimensión informativa, hay un narrador centrado. Se sabe clara y previamente quién emite y quién está destinado a ser sólo el receptor de la información. Se sabe qué hay que emitir. Se emite desde un centro. En cambio, en un mundo interconectado, lo comunicacional se teje entre muchos, desde el sentido “enactuado”, rebasa la dimensión informativa y se despliega en múltiples registros. Respecto de las competencias del comunicador importan otros elementos: la modalidad del vínculo, las articulaciones, los particulares modos de unir aquello que antes de la comunicación estaba separado. Creo que mi abuela diría: si es para invierno hacelo en punto inglés, si es para verano tejelo en calado fantasía. Yo no sé tejer, pero valoro la sabiduría de las abuelas.
Si el sistema de medios de comunicación se pensara sólo como una mercancía, entonces podría considerarse que su despliegue respondiera a un solo tejido o estrictamente a las lógicas economicistas del más por más. Pero la comunicación es un derecho reconocido mundialmente y por tanto esa lógica no alcanza: la comunicación como fenómeno complejo y fluido propicia procesos abiertos a la diversidad, cada vez más vinculados con su entorno de manera nutricia y viva.
Ojalá los comunicadores podamos alejarnos de lo comunicativo como único registro de nuestra tarea, de pensar a la comunicación únicamente como producto, de concentrar nuestras competencias en la transferencia, en lo ya terminado y logremos abrirnos a otra calidad comunicacional. Una en la que no se hable de oposiciones binarias como si no hubiera nada en medio. Una en la que se reconozca el continuo y también las posiciones: para quién y para qué digo lo que digo. Qué racionalidad comunicacional quiero impulsar en el mundo. Qué mundo quiero propiciar. En otros países los periódicos dicen explícitamente a qué partido apoyan. Si eso también aquí ocurriera, me pregunto: ¿habría tantos espacios en los medios que hablaran de los medios de comunicación?
Pienso que éste es un buen momento para los comunicadores pues tenemos muchas preguntas y también empezamos a explorar algunas respuestas. La comunicación estratégica desde los nuevos paradigmas ofrece una guía que especifica cómo salirnos de lo comunicativo para abordar y desplegar la multidimensionalidad de lo comunicacional en torno de la situación que aborda la nota, el video o el programa radial. Atendiendo a la dialógica propuesta por Morín, desde la Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario bregamos por desplegar otras competencias en los comunicadores sociales, porque pretendemos una comunicación de otra calidad. En la dialógica los antagonismos no se reprimen ni se superan resolviéndose en una unidad superior, sino que permanecen y son constituyentes de los fenómenos complejos. La búsqueda es la de una comunicación como encuentro sociocultural, abierta a diversas racionalidades comunicacionales; no sólo la del dominio que es la racionalidad propia de la dimensión informativa. Una comunicación en sintonía con la figura de la red haciéndose y deshaciéndose fluidamente; una comunicación de otra calidad. Me gusta este bar, ya mismo lo twitteo y lo guardo en el GPS de mi celular...
* Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario.

fuente: Página 12

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Estados Unidos real: ¡es la lucha por la riqueza nacional, estúpido!


Análisis de los últimos datos oficiales en materia de pobreza, desigualdad y programas sociales (artículo publicado en el Suplemento de Tiempo Argentino del domingo 23 de septiembre).

El pasado 12 de septiembre, la Oficina de Censos de EE.UU. publicó los resultados de su informe "Ingreso, pobreza y cobertura de seguro médico en los Estados Unidos: 2011". Transcribimos las conclusiones sobresalientes: 1) La mediana de ingreso de los hogares fue de 50.054 dólares en 2011, disminuyendo un 1,5% en comparación a 2010, y un 8,1% en relación a 2007, antes de la recesión; 2) La tasa de pobreza oficial del país en 2011 fue del 15%, con 46,2 millones de personas en la pobreza; 3) En 2011, la tasa de pobreza de las familias y el número de familias pobres fueron de 11,8% y 9.5 millones, respectivamente. En 2011, 6,2% de las familias de parejas casadas, 31,2% de las familias con jefe de hogar mujer y 16,1% de las familias con jefe de hogar hombre vivían en la pobreza; 4) El número de personas sin cobertura de seguro médico disminuyó de 50 millones en 2010 a 48,6 millones en 2011. Igual con el porcentaje de personas sin cobertura: del 16,3% en el 2010 al 15,7% en el 2011. En otras palabras, el número de personas con seguro médico pasó de 256,6 millones en 2010 a 260,2 millones en 2011. Asimismo, el porcentaje de personas cubiertas por seguro médico gubernamental aumentó de 31,2 al 32,2% en igual período. En cuanto al programa Medicaid (programa nacional de salud para familias de escasos ingresos y recursos), el porcentaje de individuos cubiertos aumentó del 15,8% en 2010 a 16,5% en 2011. Por su parte, el Medicare (programa nacional de seguro social y asistencia en salud para discapacitados y adultos mayores a 65 años de edad), , también registró un aumento del 14,6 al 15,2%; 5) En el 2011, 9.7% de los niños menores de 19 años de edad (7,6 millones) se encontraban sin seguro social; y 6) Basado en el índice de Gini, la desigualdad de ingresos aumentó en 1,6% entre el 2010 y 2011.

Humanización de los números e impacto socioeconómico de los planes/programas sociales
Varios de los más importantes centros de estudios estadounidenses con un enfoque, si se quiere, popular y realmente democrático, fueron sumamente críticos con los resultados arrojados por el informe aludido. No porque desconfiaran de los números, sino más bien por la omisión de conclusiones vitales. Y en un país al borde de las elecciones presidenciales, con un conservadurismo amenazando recortar drásticamente la inversión social, tal omisión reviste una sospechosa intencionalidad. Para suplir dicha falta, recurrimos a la especialista Melisa Boatech, directora del Centro para el Progreso Americano, quien nos explicó lo siguiente: 1) Entre 2000 y 2011, EE.UU. padeció dos recesiones y vivió dos recuperaciones. No obstante estas últimas, los niveles de pobreza continuaron aumentando en 7 de los 11 años de ese período. Si bien la Gran Recesión terminó tres años atrás, la riqueza generada por la recuperación económica sigue sin ser compartida. Mientras que el ingreso del 5% más alto se vio incrementado, el nivel de pobreza no disminuyó, y los ingresos de la clase media declinaron.
2)Los programas de seguro social mantuvieron a millones de personas fuera de la pobreza. Es cierto que los niveles de pobreza son altísimos. Ocurre que hubieran sido mucho mayores de no haber existido los programas sociales como por ejemplo los denominados Seguridad Social y Seguro contra el Desempleo. En 2011, el primero permitió alejar de la pobreza a 21,4 millones de personas. De no haberse implementado, la pobreza en adultos jóvenes hubiera quintuplicado los actuales valores. Idéntico rol cumplió el segundo de los programas referidos, destinado a auxiliar a familias cuyos jefes de hogar fueron despedidos por razones económicas. En 2011, el Seguro de Desempleo impidió ingresen bajo la línea de pobreza a 2,3 millones de ciudadanos. A propósito y por desgracia, este programa está siendo prematuramente cortado. En 2010 había salvado a 3 millones de personas.
3) Creo interesante hacer notar que la información presentada en las estadísticas oficiales no registra la importancia de los créditos impositivos otorgados por el gobierno federal a las familias trabajadoras, así como tampoco los programas de asistencia nutricional. Acá hay que destacar las políticas que la actual administración implementó para aliviar el sufrimiento de la clase media. En efecto, la Ley de Recuperación de 2009 incluyó la expansión del crédito al impuesto a las ganancias (restituye o disminuye este impuesto) y del crédito al impuesto en niños, ambos destinados a familias de trabajadores con ingresos bajos y medios. El resultado para 2010: 1,6 millones de personas fuera de la pobreza. En 2011, el primero impidió que 5,7 millones de estadounidenses engrosen la lista de pobres. Dichos programas tienen fecha de caducidad este 2012. Si el Congreso no la extiende, perjudicará a millones de familias. Asimismo, no podemos dejar de citar el impacto positivo de los programas de asistencia nutricional en materia de lucha contra la pobreza y el hambre. Gracias a la implementación del programa homónimo, y mensurando la ayuda alimenticia como ingreso adicional, 3,9 millones de personas pudieron escapar de la pobreza en 2011. Igual sucede con los programas Medicaid y Medicare. Al respecto, cabe destacar que la tasa de niños pobres sin cobertura fue mayor (13,8%) que la de niños totales (9,4%). Además, la población de hispanos sin cobertura es la mayor comparada con otros grupos raciales y étnicos. Entre 2010 y 2011, el porcentaje de hispanos desprotegidos mejoró levemente, pasando de 30,7 a 30,1. Por último, es bien conocido por todos que si se llegara a implementar el Medicaid en toda su extensión, un adicional de 17 millones de ciudadanos pobres y sin cobertura se verían beneficiados. Tal extensión está siendo bloqueada por un número de gobernadores, a pesar de que la implementación total del programa esté cubierto prácticamente en su totalidad por el gobierno federal. Pero no se limita a esto la amenaza en ciernes. Se están realizando esfuerzos nada menores desde la comisión de presupuesto parlamentaria del Partido Republicano para recortar el gasto destinado al Medicaid en 810.000 millones de dólares. Ello implicará la pérdida de cobertura para 19 millones de estadounidenses de bajos ingresos en la próxima década.
4) En 2011, 1 de cada 4 niños menores de cinco años vivieron en la pobreza (25,1%). Cuando analizamos esta franja etárea en los grupos de afroamericanos y latinos, ese porcentaje sube a 42,7 y 36%, respectivamente.

¡Es la lucha por la riqueza nacional, estúpido!
El movimiento de indignados Occupy Wall Street cumplió esta semana su primer aniversario, coincidente por otra parte con la publicación de las estadísticas oficiales sobre pobreza, ingresos y cobertura médica en Estados Unidos aquí analizada. Triste para el pueblo estadounidense, que no tiene más opción que Obama si pretende revertir la gravísima crisis social y económica del país. ¿Y por casa como andamos? Los sectores políticos más reaccionarios de la Argentina -al igual que el Partido Republicano- anunciaron que de ser gobierno, anularían la Asignación Universal por Hijos, entre otros recortes del "gasto público". Convendría que los argentinos y argentinas que anhelan volver al modelo económico entre 1976-2003 tomen nota de lo aquí expuesto, aunque por supuesto, nada les hará cambiar su forma de ver y administrar el país. En EE.UU., como en Europa y en la Argentina, la lucha que se está librando es la lucha social por el control y usufructo de la riqueza nacional.
 
fuente: Facebook

La yegua

Por José Pablo Feinmann -

Una vez muerta Eva Perón, el gobierno justicialista emprende los preparativos de su velatorio. Esa muerte había sido señalada en el devenir de la historia nacional con una precisión raramente vista. Tuvo lugar a las 20 y 25 del 26 de julio de 1952. Durante los años que aún le restaron, el gobierno de Perón instauró en ese hito temporal un noticiero que informara al país de sus avatares.
El locutor decía: “El noticiero de las 20 y 25, hora en que Eva Perón entró en la inmortalidad”. Los restos de Eva son trasladados al Congreso Nacional y ahí quedan a la espera de la veneración popular, del amor sin límites de los que ella, cariñosamente, llamó sus grasitas. Sólo ella podía llamarlos así. Se forman largas colas para pasar junto a su figura blanca, embalsamada, mirarle la cara breve y dolorosamente –los que en serio la lloraban, que eran la mayoría– y seguir, dar paso a otro, y a otro y a todos los demás, que ya eran multitud. Al anochecer, el tiempo se pone lluvioso, húmedas las calles y barrosas. “Hasta el cielo se ha puesto a llorar”, dice un tango de Troilo. Bueno, algo así. Las luces son escasas. La cola avanza muy lentamente. Es, imposible dudarlo, una ceremonia fúnebre, un adiós que no se quería, un adiós que –casi como todos, aunque tal vez más– es un hueco que nada podrá llenar. Ella era irremplazable.
En este cuadro de dolor popular (que Borges, en su cuento El simulacro, definirá, con clara precisión y desdén de clase, como “el crédulo amor de los arrabales”, frase que marca a fuego, una vez más, la visión de los civilizados sobre el amor de las almas sencillas, intocadas por la cultura, manipulables, el alma del pueblo bárbaro, siempre materia mansa en manos de los demagogos) surge el personaje central del cuento de Viñas, La Señora muerta. Se llama Moure, y no ha ido al sepelio para ver a la “señora muerta”, ni para besar el féretro ni para aguantarse esa llovizna de julio, fría como la muerte que da marco a todo, pero impiadosa con los huesos, penetrándolos hasta el sufrimiento; tanto, como si nunca fuera a irse de ahí. Moure sí, Moure quiere irse de ese lugar macabro. Pero no quiere irse solo. Tuvo una idea ingeniosa, la perfecta idea de un piola de Buenos Aires, ya que no otra cosa es él, Moure, que fue a la cola de los “crédulos de los arrabales” para hacerse un levante, levantarse una de las tantas minas que estarían hartas ya de esperar su turno y bien podrían volver otro día, mañana por ejemplo, o pasado mañana o la semana siguiente, si nadie sabe cuánto va a durar eso. Mientras el público siga llegando, mientras la cola no disminuya, llueva o no llueva, la cosa va a seguir. Se acerca a una mujer y le da conversación. Al poco tiempo pregunta la pregunta cuya respuesta lo puede meter esa noche helada con una mujer en una cama, ardoroso y hasta desbocado. Le pregunta si no está cansada. Ella lo mira, tiene una cara serena, adolorida, pero ya resignada a ese dolor y tal vez a todos los que vengan de aquí en más. Ella no sabe qué decir. Probablemente no se autorice el cansancio, lo sienta indigno, una traición a la muerta, que se murió por no cansarse nunca, por trabajar hasta el último aliento por los pobres. ¿Así le va a pagar? ¿Con el cansancio mezquino de no tolerar una cola que lleva hasta su cara blanca, que ella quiere ver, y quiere que también ella la vea, porque ella, ahora que es inmortal, puede verlo todo, más que cuando vivía, más que cuando no era como es ahora, como Dios, inmortal? Moure se impacienta. “¿Quiere irse?” “Cuando me sienta bien cansada.” “Pero mire que tenemos para rato.” “¿Lo dice en serio?” “Yo siempre hablo en serio.” “¿Y cuánto dice que falta?”
Moure le acerca el dato: “Unas tres horas”. Antes les ha echado una mirada a los de adelante y vio que eran muchos, demasiados, todos amontonados, indescifrables, turbios en medio de esa oscuridad mojada. Para ella, tres horas son muchas. Aunque, agrega, a la gente le gusta esperar. “Esperar algo, cualquier cosa...”
Algunos soldados, con caras de sueño, reparten sopa, un líquido que echa humo y promete calor. Ella no quiere sopa. De chica se la hacían tragar. “Era un asco.” Moure se siente más firme, la victoria es suya. La cosa viene por el lado del hambre. De pronto, ella lo sorprende con una pregunta que no esperaba, brava la pregunta, difícil: “¿A usted le gustaba?” “¿Quién?” “La Señora. ¿Quién va a ser si no?”
La mujer desconoce que a Moure la Señora le importa poco, que no está ahí por la Señora. Que ahora está ahí por ella, y la mira fijo, y le calcula apenas veinticinco años. “Si me la pierdo soy un... era joven”, dice.
Decide avanzar. No aguanta más. Tiene que resolver ese asunto enseguida. Se le ocurre hablarle del sueño. Si lo tiene, él la puede llevar a dormir. “¿Tiene sueño?” “Hambre tengo.” “¿Quiere...?” “Sí.”
Ya está. La saca de la fila. Buscan un taxi. Ella dice que la lleve a algún lugar cercano. Parece que su cansancio suma tanto como sus ganas de comerse algo, de calentarse el estómago. Moure le dice al taxista a dónde quiere ir y también que no conoce mucho la zona, que él lo guíe. El taxista cumple con su tarea. Llegan al primer lugar. En esa época a los hoteles transitorios les decían “muebles”. (Aunque Viñas evita decirlo en su relato. Buscan un “lugar”.) El lugar está cerrado. “A otro”, ordena Moure. Pero la deriva fracasa una y otra vez. Nada está abierto. La mujer empieza a reírse. Le divierte ese largo paseo en busca de nada. De puertas de chapa con candados enormes. Y esos carteles desteñidos que apenas pueden leerse, aunque todos dicen: Cerrado. “¿Los llevo a otro?”, dice el taxista. “Sí –dice Moure–, pronto. Pero pronto, por favor.”
“Y toparon con otro portón, una gran tabla pintada de gris cerrada con un candado, y la risa de esa mujer aumentó mientras Moure pensaba que lo que a ella le correspondía era quedarse en silencio, tomarlo de la mano y tranquilizarlo (...), pero las mujeres se ponen nerviosas y no sirven para nada y por eso son mujeres.”
“¿Todo está cerrado?”, grita, casi, Moure.
El chofer dice que sí y hasta parece asombrado por la ignorancia de su pasajero: ese hombre no sabe nada de nada, nada de lo que sucede en ese día y hace que suceda esto: que todos los hoteles estén cerrados. Sugiere: “En la provincia”. “¿Seguro?” “No, seguro no.”
Y le explica. Cautelosamente le explica. Como si reflexionara. Buscando darle algo de paz, de serenidad: “Hay que aguantarse. Es por la Señora”. “¿Por la muerte de...?” necesitó Moure que le precisaran. “Sí. Sí.” Locamente estalla: “¡Es demasiado por la yegua ésa!”.
Entonces, bruscamente, esa mujer dejó de reírse y empezó a decir que no, con un gesto arisco, no, no, y a buscar la manija de la puerta.
–Ah, no... Eso sí que no –murmuraba hasta que encontró la manija y abrió la puerta–. Eso sí que no se lo permito... –y se bajó.
Se trata de un gran cuento de David Viñas, antiperonista de toda la vida, pero un hombre que siempre tuvo su corazón del lado de los humildes. No es por otro motivo que su narración cala hondo en la conciencia autónoma, lúcida, de esa mujer sencilla. Que dice no, eso sí que no. Que pone un límite. Que afirma su opción libre, su amor no manipulado, no “bárbaro”, por la señora muerta que ese día no pudo ver. Viñas jamás habría escrito una blasfemia como la de Borges. Si algo revela la elección de la mujer ante Moure, decirle no, decirle “eso sí que no se lo permito” es su amor auténtico por la Señora. Su amor, que tal vez sea “el amor de los arrabales”, no es “crédulo”. Este adjetivo lo usa la derecha rancia y despectiva de este país para denigrar las opciones de los humildes. Su amor es tan crédulo que los tiranos lo atrapan con facilidad y lo instrumentan para sus proyectos propios, siempre opuestos a los transparentes valores de la república, de la cultura. Queda planteada una difícil pregunta para las clases poseedoras, los “dueños de la tierra”, como los llamó Viñas en una de sus primeras novelas: ya que ese amor, el de los arrabales, es tan crédulo, tan fácil de manipular, ¿por qué tanto les cuesta apropiárselo? ¿Por qué se lo apropian los tiranos y no los hombres de luces, de cánones y latines, los hombres “de bien”?
Tampoco Moure evita dejar caer sobre Eva Perón el adjetivo con que más se la señalaba en las reuniones oligárquicas o en los casinos de oficiales: yegua. El Diccionario de Salamanca ubica al adjetivo yegua dentro del lenguaje masculino. Significa vulgar. Pero también: “Mujer llamativa o que tiene muy buena figura”. Nadie ignora que una “mujer pública” como era Eva Perón y también una “mujer llamativa” o con muy “buena figura” configura en el imaginario soez de las clases altas la abominada figura de la hetaira. Ajena a la mujer de la burguesía, que pertenece ante todo a su familia, a su hogar, a la crianza de sus hijos. Sin embargo, los seres marginados por la cultura y la jactancia de clase de los dominadores saben dónde poner sus amores. No son crédulos de los arrabales sobre los que las clases altas deban imponer su linaje y conducirlos. Son seres libres, libremente han elegido sus opciones y libremente las defenderán. Si alguien les dice “yeguas” a las mujeres por las que han decidido ser representados, dirán con simpleza, pero para siempre: –Eso sí que no se lo permito.

fuente: FTNP

martes, 25 de septiembre de 2012

Integración suramericana: cara o ceca (base de un proyecto soberano o herramienta de sujeción a los intereses foráneos)

Por Rubén León Guillén
El último 22 de agosto se realizó la cuarta sesión del Seminario anual del Foro San Martín. La charla en esa oportunidad estuvo a cargo del compañero Rubén Guillén, militante peronista de toda la vida, Licenciado en Economía (UBA), Magister en Sociología (Academia de Ciencias de la República Checa), Doctor en Economía (UBA) y Doctor en Teoría Económica (Universidad Pierre Mendés France, Grenoble II, Francia), cuenta además con posgrados en Administración de la Innovación Tecnológica (Universidad Nacional Autónoma de México) y en Promoción de Pequeñas y Medianas Empresas (Universidad George Washington, EE.UU.).
Ha ejercido la investigación y la docencia en la Universidad de Buenos Aires, y ha participado en actividades académicas en distintas universidades del exterior. Publicó diversos libros y artículos en el país y en el exterior, y ha presentado trabajos en distintos eventos científicos internacionales.
Se ha desempeñado en diversos puestos públicos. Entre ellos, fue Coordinador de varios programas del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Munidal, Director del Banco de la Nación Argentina y Presidente de Nación Leasing S.A. (empresa perteneciente al Grupo del Banco Nación).



Integración suramericana: cara o ceca. [Base de un proyecto
soberano o herramienta de sujeción a los intereses foráneos]
Para los países periféricos, como los de América del Sur, la integración política y económica resulta imprescindible para garantizar sus soberanías reales en ambos órdenes y para sostener cualquier proyecto de transformación que responda al interés de las grandes mayorías sociales. Pero no cualquier tipo de integración sirve. Si se omite un puñado de cuestiones fundamentales, puede redundar en un aumento del poder del capital concentrado y en una pérdida de soberanía.
La redefinición del capitalismo a partir de la ruptura del modelo que emergiera en la última posguerra mundial, instaló una nueva configuración internacional, la globalización, bajo la hegemonía económica del capital financiero. Este proceso indujo la constitución de grandes bloques político-económicos internacionales, que han servido para garantizar el intercambio económico y la circulación de capitales, con preeminencia de los financieros, en espacios políticos homogéneos.
Esos espacios garantizan que los flujos de mercancías, de capital, de dinero y de instrumentos financieros se muevan con libertad, mientras abaratan sensiblemente los costos de sus movimientos. Así, quienes lucran con ellos ganan más, mientras la reducción o, en ocasiones, la eliminación lisa y llana de los gravámenes a esa circulación impiden que parte del excedente generado con esas transacciones se redistribuya a través del Estado.
Un espacio político homogéneo también permite relocalizar espacialmente las distintas actividades de las cadenas de valor, de acuerdo con la conveniencia de sus eslabones dominantes; de manera tal que la acumulación de capital coagula allí donde les resulta más rentable. Nuevamente, evitando gravámenes que permitirían redistribuir esa renta.
Una vez que el capital concentrado condiciona al poder político, interrumpe las cadenas de valor en el espacio integrado y relocaliza geográficamente sus eslabones, aprovechando las ventajas de otras localizaciones. Siguiendo esa lógica las grandes plantas industriales migraron buscando mano de obra y energía baratas, y menor presión impositiva. Lo que es un tiro de gracia para el Estado de bienestar característico de la social democracia, porque lo desfinancia.
Va de suyo que las unidades económicas de capital reducido -las pymes-, per se fijas al territorio, son ajenas a este proceso. Y mucho más aún los productores agropecuarios tradicionales, para los que esto es absoluto. La estructura capitalista actual responde al capital concentrado.
El laberinto
El proceso de integración de América del Sur tiene lugar en ese marco. Por eso, además de las consideraciones estrictamente económicas y de las de economía política, requiere una visión abarcadora, en términos de economía geopolítica.
Si bien la concentración del capital y la internacionalización de la economía hacen al capitalismo, desde sus primeros pasos, la actual concentración, hegemonizada por el capital financiero, no tiene precedentes. Hoy el capitalismo es un sistema mundial, con un control centralizado que sigue en el norte, desde donde las corporaciones transnacionales hegemónicas (CTH), lideradas por la banca, dominan la actividad económica mundial. Pero su dominio es dispar.
Las CTH son las únicas que pueden extraer una renta monopolista -creciente, dicho sea de paso- y aplicarla allí donde les resulta más conveniente. Pero hay quienes respetan su lógica de acumulación sin sucumbir a su control directo. El mayor exponente al respecto es China.
Bajo las CTH el resto de la economía, en cualquier territorio, se reduce a un apéndice. Directa o indirectamente todos los sectores quedan subordinados a ellas, que pueden sacrificarlos cuando les convenga. Su subordinación es directa cuando son complementarios de las CTH, e indirecta cuando ocupan franjas o sectores que no les interesan a éstas -mientras dure ese desinterés-.
Esta situación es el resultado del triunfo económico y político del poder corporativo transnacional, hegemonizado y liderado por los EE.UU., cuyo propio Estado ha sido colonizado por él. Además de sus implicancias económicas, tiene profundas consecuencias políticas y sociales. Entre ellas, la erosión de las soberanías nacionales, la extinción de la social democracia y del Estado de bienestar y la creciente marginación social.
El capitalismo actual pone en cuestión las soberanías nacionales. La mayoría de los Estados formalmente soberanos no tiene capacidad para gobernar sus propios asuntos políticos y económicos por fuera de la lógica de las CTH. Mientras cada día aumentan los contingentes humanos que no cuentan para el sistema, que suman miles de millones.
El único Estado que pudo llevar a cabo una estrategia de largo plazo cabalgando sobre esa lógica pero con independencia es China. Por eso, si bien es la gran potencia industrial emergente, la crisis no ha llamado a su puerta.
Es un caso singular, incomparable e inimitable por una cuestión estrictamente política: allí el poder real lo concentra el Partido Comunista. Y luego de décadas de acumulación sostenida de capital y de modernización orientadas por un plan, no es el gobierno chino el que tiene que negociar con las CTH, sino que son ellas quienes tienen que negociar con él.
Al mismo tiempo, los EE.UU., con o sin su colateral, la OTAN, cuentan con un amalgama de potencia de fuego, distribución mundial de bases de todo tipo y redes de inteligencia y de operación para el sojuzgamiento de masas, de magnitud tal que, salvo excepciones -principalmente China y Rusia, en ese orden- nadie puede enfrentarlos con alguna chance de éxito.
Esta estructura capitalista singular ha derrumbado varios de los mitos fundantes de la cultura occidental del siglo XX. El mito del progreso social se ha extinguido, y con él, la cultura del trabajo y del esfuerzo y el american dream en sus diversas acepciones locales. También la figura del ciudadano del Estado de bienestar.
La lógica de reproducción económica, política y social del capital transnacional hegemónico licua las soberanías nacionales y prescinde de todas las formas previas de generación de consenso político y social urbi et orbi. Entre ellas la democracia y el sentido mismo de sociedad liberal.
Por eso, para quienes no constituyen una mega economía, como nuestros países, la integración en un bloque político-económico es imprescindible para sobrevivir como Estados independientes. Pero la integración por sí sola no resuelve el problema. Más aún, puede agravarlo y constituirse ella misma en “el” problema.
La cuestión no es sólo quiénes y cómo se integran, sino también quiénes conducen el proceso. La historia de la Unión Europea (UE) es la mejor ilustración al respecto.
La UE: “eso no se hace”
La parte fundamental de la conformación político-económica de la UE se desarrolló en la globalización. Incluso la UE misma ha sido producto y productora, en una parte importante, de la lógica de reproducción de ese poder corporativo transnacional. Hecho que ha emergido con claridad a partir de la crisis que se iniciara en 2008.
La UE es el principal aliado político, económico y militar de los EE.UU., pero subordinado. Su autonomía es limitada y las tensiones entre ambos aliados terminan traccionando los acontecimientos a favor de los EE.UU. Con De Gaulle murió todo intento de una Europa efectivamente europea y las negociaciones con los EE.UU. -con Gran Bretaña como caballo de Troya- responden a la lógica de las CTH, mayoritariamente estadounidenses.
A diferencia de los EE.UU. la UE es un conglomerado heterogéneo político, económico, social y cultural. No hay un pueblo europeo ni la UE ha sido resultado de una aspiración popular.
Las condiciones monetarias de Maastricht (que la tasa de inflación de cada miembro no supere en 1,5 puntos porcentuales al promedio de los tres Estados con menor inflación en la Eurozona; que su tasa de interés de largo plazo no supere en más de 2 puntos porcentuales al promedio de los mismos; y que el déficit fiscal de cada uno no supere el 3% de su PBI y su deuda pública el 60% de éste) resultaron un cepo para cualquier política autónoma de desarrollo de los menos avanzados.
Peor aún, el sometimiento a esas condiciones junto con la imposibilidad de devaluar la moneda metieron a las economías menos dinámicas en una trampa debido a su pérdida de competitividad, obligándolas a decidir entre vivir del endeudamiento permanente o ajustarse, bajando el gasto público y los salarios.
El objetivo de Maastricht ha sido garantizar la estabilidad de precios, o su contracara, el valor de la moneda, para preservar el interés del capital financiero. No buscó facilitar el desarrollo de los países menos avanzados sino preservar al capital financiero a pesar de ellos. Los ganadores eran los más fuertes, en particular, Alemania.
Como en todo proceso de sojuzgamiento, también hubo zanahorias. Los fondos comunitarios mediante los cuales los países más desarrollados de la Unión financiaron obras de infraestructura en los menos desarrollados, lo fueron. Formalmente destinados a “equilibrar” el desbalance entre ambos, sirvieron en gran parte para facilitar el flujo de mercancías dentro de la lógica de las CTH.
El problema de la agricultura en la UE ilustra las implicancias del dominio de las CTH sobre el resto de la economía. Si bien se lograron grandes niveles de productividad, la parte del león se la llevan las CTH, que ocupan los extremos de la cadena agrícola. En el inicio, los bancos junto con las productoras de semillas, agroquímicos y productos veterinarios. En el final, las grandes comercializadoras. Un extremo fija los costos, el otro los precios, y ambos succionan la ganancia. Por eso esta agricultura no puede subsistir sin subsidios.
Alemania, con sus corporaciones, es el centro hegemónico de la UE, desde sus orígenes. Segunda economía del mundo y primer exportador europeo tiene un solo interlocutor efectivo: Francia. El resto se subordina al eje Berlín-París, excepto Gran Bretaña, cabeza de playa de los EE.UU.
Condicionamientos a la soberanía económica suramericana
Las economías suramericanas se insertan en el comercio internacional fundamentalmente mediante producciones primarias. Alrededor del 70% de las exportaciones del subcontinente son productos primarios directos o con muy bajo grado de industrialización, siendo esta proporción un poco menor en los dos mayores países del MERCOSUR, Argentina y Brasil.
En general se trata de producciones a gran escala signadas por la presencia de las CTH, que son las grandes beneficiarias de la extracción de los recursos naturales suramericanos.
Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay juntos dedican 47 millones de hectáreas, 44% de su tierra cultivada, a la soja transgénica, nave insignia del agro negocio en manos de las CTH y de sus socios locales. Mientras Argentina y Brasil juntos producen el 90% de la soja de la región.
El actual modelo agrícola extractivo de grandes superficies se asemeja al de la megaminería. Los dos extraen recursos de la tierra: la megaminería, metales valiosos, y la agricultura industrial nutrientes, convertidos en granos. Megaminería y agricultura industrial también tienen en común el consumo de agua, mayor en la agricultura, y la generación de efectos ambientales negativos. La megaminería abandona colas de mineral y residuos tóxicos, la agricultura industrial deja acumulaciones de plaguicidas diseminadas que persisten por años y décadas.
Como la agricultura industrial requiere poca mano de obra -y cada vez menos, por las mejoras tecnológicas- expulsa población rural. Y como no hay una demanda correlativa de mano de obra urbana, esa población termina en las periferias urbanas, reducida a la marginalidad.
La agricultura industrial invade todas las tierras con capacidad para desarrollarla desde el punto de vista de la lógica de los negocios. Lo que en los países originales del MERCOSUR se ha convertido en un fenómeno extendido. Las masas de migrantes rurales traspasan así las fronteras para asentarse en las periferias urbanas allí donde en principio se supone que las oportunidades de empleo son mayores: las grandes ciudades de Argentina y Brasil.
El aumento de la marginalidad y la violencia urbana no le es ajeno, sino una de sus consecuencias directas. Por lo tanto, desde el punto de vista económico (que es el punto de vista social) sus costos deberían imputarse a la agricultura industrial. A los que habría que sumarle desde la necesidad de implementar “planes sociales” para contener a esa población, pasando por el aumento de la demanda de infraestructura y de servicios públicos básicos, hasta los costos sociales propios de la marginalidad, entre ellos los que ocasionan la violencia y la droga.
El costo que una sociedad paga por cada tonelada de soja obtenida mediante esta agricultura no se limita a los que imputa la lógica de los negocios. Por el contrario, hay que sumarle los costos sociales, la pérdida de suelo y los costos ambientales. También el crimen que este proceso implica desde el punto de vista social y cultural, y las consecuencias políticas y geopolíticas del despoblamiento rural, de la pérdida de soberanía alimentaria y del dominio de las CTH en la producción y en la comercialización agrícola.
Las CTH también son determinantes en la industria. Como en la UE, son ellas quienes usufructúan y hegemonizan los intercambios en la parte de América del Sur que hoy tiene mayor grado de integración, el MERCOSUR. Quizás el ejemplo más ilustrativo es la complementación de la industria automotriz de Argentina y Brasil.
Pero Brasil merece un análisis particular, porque es un factor desequilibrante de base, económico y político. Su economía representa el 59,5% del producto bruto interno de América del Sur y el 75% del correspondiente al MERCOSUR. La que le sigue, la argentina, sólo alcanza al 10,8% y al 13,5%, respectivamente. Es decir, apenas equivale al 18% de la brasileña.
La base del desequilibrio es política. Por más de medio siglo Brasil ha llevado adelante un proyecto de desarrollo hegemonizado por la burguesía bandeirante paulista, que ha sido la principal aliada de los EE.UU. en el subcontinente. El territorio que ocupa esa burguesía también se constituyó en el principal asiento de las CTH. Así, ese proyecto no ha tendido puentes a sus socios, lo que se ha visto claramente en su actitud frente al proyecto del Banco del Sur.
Por último, el subcontinente está desarticulado y en general las grandes obras de infraestructura necesarias para integrarlo brillan por su ausencia. Aún en el caso de mayor envergadura y dinamismo, el argentino-brasileño, las grandes obras están ausentes, y tras décadas de llevar adelante el MERCOSUR restan las de base, como el enlace ferroviario entre ambos países.
No hay planes ni proyectos que garanticen el desarrollo de una centralidad suramericana. El dinamismo económico de la integración está en manos de las CTH.
El “talón de Aquiles”
El problema de la soberanía política y económica en América del Sur es de difícil solución, porque no hay ninguna posibilidad de contar con una conducción política única, como la de China. Por el contrario, aquí el tablero está ocupado por piezas de distintos tamaños, potencialidades y conformación, lo que en un principio facilita el despliegue de las CTH.
Frente a ese estado de situación habría que nacionalizar el subsuelo y los recursos hídricos. La minería y demás actividades extractivas deberían estar en manos de los Estados, o bajo su control directo, en el peor de los casos, quienes también deberían intervenir en el desarrollo, producción y comercialización de insumos agrícolas, así como en las exportaciones primarias. Asimismo deberían utilizar su capacidad para inducir un desarrollo industrial estratégico, garantizar las inversiones fundamentales, y acometer las grandes obras de infraestructura, entre otras cosas.
Pero, habida cuenta de que una de las mayores ventajas de las CTH es su disponibilidad de capital y su capacidad de financiamiento, para lograr un proceso de integración autónomo y en favor de las grandes mayorías sociales, hay una cuestión primera y fundamental derivada de dos temáticas indisolublemente ligadas: la monetaria y la financiera (no debe perderse de vista que la moneda es el producto más genuino de la soberanía de un Estado). La moneda y las finanzas son restricciones de primer orden que condicionan la integración suramericana, y sin una estrategia al respecto no se puede proyectar un bloque subcontinental soberano.
La primera cuestión es autonomizar el espacio económico común respecto de los emisores de divisas claves. Los intercambios en el interior de la UNASUR deberían efectuarse sin utilizar dólares, euros o cualquier otra divisa emitida por un poder extranjero. En su lugar se debería conformar una moneda de cuenta respecto de la cual se alinearían las distintas monedas nacionales, administrada por una Autoridad Monetaria Suramericana (AMS). La alineación debe ser flexible, para que cada Estado conserve su soberanía al respecto.
Una vez establecida y generalizado su uso, la AMS puede transformarse en banca central circunscripta a esa moneda y a los intercambios en el interior de la UNASUR. Luego, puede ser utilizada como activo de reserva, tanto por los Estados como por los particulares.
Como complemento correspondería conformar un Fondo Suramericano de Préstamos, cuyos recursos se pueden fundar con una porción de las reservas de oro y divisas de los países miembros y con los aportes de moneda común que efectúe la AMS.
Por otra parte, un proceso de integración entre economías muy disímiles y en un territorio aún desarticulado, necesita políticas de desarrollo y homogeneización, acompañadas de obras de integración en transporte, energía y comunicaciones. Para eso hay que disponer de financiamiento sin otra condición que el interés de la UNASUR y de sus miembros. Lo que requiere la conformación de un Banco Suramericano de Desarrollo, ajeno al BID, al BIRF y a toda otra institución ajena al subcontinente. Se trata de retomar la idea del Banco del Sur, potenciándola.
La posibilidad de ejercer una política monetaria autónoma es excluyente para el ejercicio pleno de la soberanía política y económica. Y la posibilidad de disponer de una banca de fomento propia lo es para el desarrollo autocentrado. Desarrollo autocentrado y soberanía política van de la mano y no se pueden alcanzar sin soberanía monetaria ni capacidad financiera propia. Toda política de integración soberana que lo ignore no es más que una expresión de deseos.
Economía y política
Un proceso de integración como el que han iniciado los países de América del Sur es fundamentalmente político. Sin embargo, de acuerdo con lo que se ha dicho aquí, la cuestión económica es clave y para tratarla hay que reflexionar en términos estrictamente económicos y no con la lógica de los negocios privados, que hoy es dominante.
Por otra parte, un proyecto soberano y autocentrado no es ni más ni menos que eso. Lo cual implica que su desarrollo no debe estar condicionado por ningún poder extranjero. Lo que también se debe aplicar respecto de China.
Por último, para realizar una gestión comunitaria de la economía se necesita una gran alianza política y económica orientada por una visión estratégica. Y su instalación no depende directamente de los Estados, sino de los pueblos. La cuestión de la democracia real y de la justicia social van de la mano con el proyecto de integración. Si no, desde el punto de vista del interés popular, lo que resulte será más de lo mismo en otra presentación y con una dosis potenciada.

Rubén Guillén

fuente: Agenda de Reflexión

REFLEXIÓN SOBRE EL ESTADO DE ÁNIMO COLECTIVO, por Enzo Giacinti p/Construcción Colectiva

REFLEXIÓN SOBRE EL ESTADO DE ÁNIMO COLECTIVO, por Enzo Giacinti p/Construcción Colectiva

Escrito por Enrique Mario Martinez en Construcción colectiva HOY. Y EL MAÑANA
Hay una creciente crispación social como no había visto nunca en mi vida, amigos que se pelean por diferencias políticas, familias que prefieren no tocar ciertos temas para evitar disgustos mayores.
Hay una lógica de trinchera donde se defiende de manera cerrada una posición u otra, se escucha cada vez mas en el taxi, en el kiosco, ¿de que lado estas? Las discusiones se dan en un clima de casi de barrabrava

Hay una escalada de violencia verbal que esta siendo acompañada de algunos hechos de violencia física realizadas tanto por funcionarios, gremialistas, como por ciudadanos indignados, todos injustificados y condenables, pero no lo señalo por que busco establecer un origen o una causa primera, sino como hechos que forman parte de una violencia política sobre la cual es necesario que todos los tomemos conciencia, por que se sabe como comienza, pero no como termina
El gobierno nacional tiene aquí un rol central con sus discursos y/o acciones puede promover el debate y el encuentro de mínimos denominadores comunes desde el cual superar este clima de enfrentamientos, o pueden también ser nafta que va al fuego con aires de solución.
Genera indignación cuando el gobierno a la acción corrupta la premia con la impunidad y los privilegios son ejercidos como si fueran derechos en vez de responsabilidades y obligaciones
Genera mucha perplejidad primero y rabia después ver y escuchar, día a día, como de uno y otro lado se plantee que los hechos no existen, ¿Quién lo dice? y ¿A quien afecta? Es la cuestión central a determinar en primer término y en función de eso se da por verdadero o falso, se ataca o se defiende a rajatabla.
Somos muchos los que no nos sentimos parte de esta lucha fratricida, y en esos muchos, hay quienes votaron a Cristina Fernadez de Kirchner y otros que prefirieron otras opciones electorales. Entre el aplauso permanente que transforma cualquier cosa en un hecho épico, bisagra de la historia y quienes se obstinan en ver siempre el vaso medio vacio, entre ese blanco y este negro, hay una amplia gama de colores y tonalidades donde esta esta mayoría silenciosa de los argentinos.
Desde casi nuestro nacimiento como pueblo vivimos en la larga noche de las ideologías cerradas. Hemos crecido entre antinomias falsas y certidumbres ajenas nos abismamos en la repetición de la tragedia que consiste haber naturalizado la violencia política que implica creer en términos absolutos que el infierno es el otro, entendiendo por otro, unitarios o federales, conservadores o revolucionarios, river o boca, peronistas o radicales, marxistas o liberales, etc etc etc “el otro” viene a arrebatarnos el presente y son asimismo la negación del pasado, “de nuestro pasado”, para imponer otro, por que, quien controla el pasado, maneja el presente y construye el futuro.
En consecuencia así planteado al otro, o se lo asimila o se lo destruye, no hay otra posibilidad por que no esta el reconocimiento de la singularidad de lo diverso que es lo que te da los matices y en este mundo, reinan los caudillos y el Caudillo entiende la política en términos bélicos.
En una guerra la racionalidad queda, se vive en un incertidumbre que requiere rápidas respuestas de coyuntura.
En una guerra no hay tiempos de evaluar y corregir errores, se trabaja sobre las consecuencias y eventualmente se busca culpables
En una guerra no hay negociación posible, negociar con el enemigo equivale a traicionar la causa, los principios, dialogar es mostrarse débil y solo pide consensuar el que se sabe derrotado.
En una guerra la verdad no existe, la neutralidad tampoco
Esta concepción bélica en la política se ha transformado en nuestra segunda piel, se habla de militantes, de cuadros, de resistencia, las personas que combinan elocuencia con eficacia son denominadas “las espadas” y los que actúan según se les ordena sin importar las consecuencias, se les llama”soldados”.
Pero que una y otra vez a lo largo de nuestra historia busquemos, apoyemos y elijamos caudillos para resolver los problemas y generar una sociedad mas igualitaria y propera, dice mucho mas de nosotros mismos que de los propios caudillos que hemos elegido, una y otra vez.
Nuestro comportamiento como sociedad es según reza el dicho popular “queremos un omelet pero que no nos rompan los huevos”, el animémonos y vayan es deporte nacional y nuestro gusto por los atajos y el rápido beneficio de coyuntura, con una actitud muy permisiva y hasta de valoración positiva al funcionario, empresario, gremialista etc corrupto, casi me animaría a decir por que íntimamente por que de estar en ese lugar muchos se piensan actuando igual, todo esto en síntesis me lleva a decir que el modelo político que mejor se complementa con esta organización social, es el caudillo y cuanto mas caudillo mejor
He aquí el origen de mucho de nuestros males, y su naturaleza es política a la vez que moral, Comprenderlo es advertir la continuidad de un pacto de ciudadanía hegemónico y excluyente atravesando cambios políticos de apariencia muy divergente.
Por eso antes que un nuevo contrato social, necesitamos que como sociedad realicemos un nuevo contrato personal en que cada uno nos comprometernos a no mentir, en no usar al prójimo, a renunciar a los atajos y la viveza criolla, comprometernos cada uno e imaginar los cambios que deberían sobrevenir en la política y en la forma de gobernar y actuar en la vida cotidiana en consecuencia
Necesitamos de este compromiso personal y colectivo para dejar atrás la impronta cultural que se ha transformado en nuestra segunda piel, que es la lógica del gallinero, cuya violencia genera las condiciones de su reproducción y ponernos los pantalones largos como sociedad dejando de buscar soluciones de satisfacción garantiza en lideres predestinados, fundamentalistas, iluminados, necesitamos este compromiso, para hacer cumplir que las acciones de gobierno sean en su mayor medida pensando en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. De otro modo nuestra historia será la de Sísifo, solo que en nuestro caso veremos repetir la tragedia de que las fiestas de bonanza económica, siempre los platos rotos los pagan los jóvenes, los trabajadores y mas humildes, los cuales con suerte a algunos les toco algo mas que las migas de la torta.
@EnzoGiacinti
https://www.facebook.com/enzo.giacinti

fuente: Propuesta viables

lunes, 24 de septiembre de 2012

Manuel Castells, crisis y alternativas




Entrevista de Francisco Guaita
En vísperas del lanzamiento de su nuevo libro, el sociólogo apuesta a que una articulación entre internet y plazas reocupadas, puede reinventar democracia y sociedades.
Manuel Castells parece más dispuesto que nunca a derivar, de sus teorías, salidas políticas. En las próximas semanas, lanzará la primera edición, en castellano, de “Redes de indignación y esperanza”, su nuevo libro. El autor de obras como la trilogía “La era de la información”, que ayudaron a descifrar tendencias de largo plazo de la sociedad y de la democracia contemporáneas, está convencido de que es necesario intervenir rápido, antes que ellas se pierdan.
Observador atento y colaborador activo de los “indignados” españoles, este sociólogo de proyección internacional acostumbra vaticinar que el cambio de mentalidades, desead por el  movimiento, requiere tiempo. Pero, ¿será posible esperar?
Castells también ha observado que la vieja democracia se cerró sobre si misma, debido a dos factores principales. Una pequeña oligarquía, ligada a las finanzas, se enriquece gracias al Estado. Son los aplicadores en títulos públicos, cuyos rendimientos billonarios ya no están directamente ligados a la producción: dependen de gobernantes dispuestos a mantener tasas de intereses elevadas; a librar los bancos de control; a reprimir presupuestos  estatales volcados a otras clases sociales - como la manutención de los servicios públicos, jubilaciones y programas redistributivos.
Y esta oligarquia, que tiene amplios recursos para patrocinar campañas electorales, abastecer la mídia tradicional y producir intensa acción de “lobby”, asociase, en la mayor parte de los países, a una clase de “políticos profesionales” que tiende al autismo. Preocupados en conservar su poder, rechazan las múltiples oportunidades de democracia que las nuevas tecnologías ofrecen. Recurren con frecuencia a la violencia policial. Amenazan permanentemente a la propia libertad en internet.
Es en la red, como se sabe, que Castells ve, hace mucho, la esperanza. Aquí, los ciudadanos están multiplicando las formas de producir colectivamente, cambiar sin hacerse dependientes de dinero, establecer redes de información recíproca. Esta inmensa red de nuevas relaciones democráticas y participativas no se extendió a las instituciones porque tal transposición no interesa ni a la oligarquía financiera, ni a los políticos profesionales.
Castells no se arriesga a prever el desastre de esta confrontación latente. Sabe que hay riesgos: si el sistema se mantiene hermético, los movimientos “se radicalizarán inevitablemente” - y eso tal vez incluya violencia, lo que puede hacer el juego a las clases dominantes.
Contra este y otros riesgos, Castells apuesta en el propio movimiento - y en una nueva ola de  protestas posible. Gracias a la indignación, dice él, las sociedades comienzan a superar el miedo que las mantenían inertes. Ahora, para que no genere apenas rabia, esta indignación necesita convertirse en esperanzas y en alternativas. Es este desafío lo que el profesor catalán -  expulsado de España por el franquismo y de Francia por ser considerado articulador de los movimientos de 1968 - parece estar dispuesto a encarar. A continuación, ofrecemos la edición de la entrevista que él concedió, el 17 de julio, a la red de TV internacional Rusia RT. (Antonio Martins, Outras Palabras).

Usted acostumbra decir que el poder no está en la Casa Blanca, ni en los mercados financieros, pero sí en nuestro propio cerebro. ¿Por qué este es un secreto de las élites?

Manuel Castells: Bien, es porque si ellos nos confesaran eso, perderían el poder. El poder real no es el poder de la policía o del ejército: estos son utilizados en último caso, cuando las cosas están muy mal para el interés de los poderosos. Lo más importante, si usted quiere tener poder sobre mí, es conseguir que yo piense de una forma que favorezca lo que usted quiere, o que me resigne. Ahí está el poder! Por tanto, lo esencial es el poder que está en la mente, e la mente se organiza en función de redes de comunicación, redes neurológicas en nuestro cerebro, que están en contacto con las redes de comunicación en nuestro entorno. Quien controla la comunicación controla el cerebro y de esa forma controla el poder.
Movimientos como el Ocupa intenta apoderarse de las plazas e de las calles para decir que eso no funciona, quieren que el poder venga de las personas. Esa es una demanda que, para muchos, no tendrá ningún resultado en la política o en la economía. ¿Qué cree usted sobre eso?

Manuel Castells: Depende de lo que usted entiende como resultado. Si usted quiere decir que de eso sale un partido poíítico, que gane las elecciones en los próximos dos años, no es posible tener saberlo, tener certeza. Todos esos movimientos cogen los frutos a largo plazo. El lema más difundido de los indignados y de las indignadas, es “vamos despacio, porque vamos lejos”. Vamos lejos para dónde? Si se produce un cambio en la mente de los ciudadanos, después de algún tiempo el se convertirá en cambio social.
Los datos muestran que, en España, aproximadamente 70% de los ciudadanos concuerdan con las críticas de los indignados. La mayoría de los ciudadanos también piensa que no pudiera cambiar las cosas a corto plazo. Las dos cosas son compartibles? Las personas piensan que el movimiento tiene razón, pero no tiene las herramientas.
Si es una gran mayoría, ¿por qué no hay transformaciones?

Manuel Castells: No, porque no tienen en quién votar. El propio movimiento no quiso crear un partido, para no reproducir la vieja política. Existe un abismo tan grande, entre lo que sus integrantes piensan y el sistema político real, que no hay una expresión política capaz de representarlos. Por ejemplo, si el Partido Socialista hubiese sido capaz de pensar que un movimiento así pudiera revitalizarlo, hubiera un camino. Pero, los socialistas se envolvieron totalmente con la especulación financiera. Ellos aceptaron el Banco de España y fueron totalmente incapaces de avizorar el sistema financiero, porque eso no les interesaba. Hay una gran lista de motivos por los cuales los indignados desaprueban a los socialistas y los socialistas nunca hicieron  nada para cambiar.
Las élites políticas de todos los países optaron por este rumbo. Piensan que no hay problemas, siguen con sus negocios, la única cosa que cuenta son los votos cada cuatro años, con una ley electoral que los grandes partidos hicieron para que sólo ellos mismos pudiesen ganar. En los Estados Unidos, si usted no es demócrata o republicano, no tiene ningún chance. Además, si usted no tiene mucho dinero, no puede ganar, simplemente. No se consigue votos, si no se compra la campaña con dinero. Las críticas, en todo el mundo, sugieren que este tipo de democracia no es suficiente. En consecuencia, sobre esas reglas del juego, gastar toda la energía para hacer la política formal, es una operación sin sentido. Reproduce los viejos esquemas de los grupos de izquierda trotskistas, marxista-leninistas, de todos los tipos, que siempre estuvieron en las instituciones pero, que nunca llegaron a nada. O que intentaron la revolución armada - lo que ninguno quiere, porque es un movimiento claramente no-violento. Entonces, tiene que hacer otra cosa, y van por ese largo camino de la transformación de las conciencias, para que en algún momento los ciudadanos puedan tomar otras decisiones, y de ahí pudieran surgir nuevas fuerzas políticas.
¿Con otro cambio en el juego? ¿No es necesario cambiar las reglas?…

Manuel Castells: Uno de los grupos del movimiento español - porque no es el movimiento, pero sí una galaxia — pidió que yo hiciera una propuesta de reforma de la ley electoral. Yo la hice, con un amigo especialista en ese tema. Es una propuesta de voto proporcional, de limitar el poder de los grandes partidos, hacer que, en el parlamento, las personas que no votan estén presentes - inclusive visualmente,  no como representantes, pero con visualización. Si 30% de los ciudadanos no votan, esos 30% deben estar marcados, y las mayorías se deben constituir sobre el conjunto de ciudadanos, no solo sobre los que votaron.
Hay una serie de cosas que se pudiera obtener, pero hay, en las instituciones políticas y en los partidos, una enorme resistencia a ser realmente democráticos. Entre otras cosas, porque es un modo de vida, son profesionales de la política. En todos los países, la profesión que está abajo, en la lista de reputaciones, es la política. En Italia, incluyeron en un sondeo también a prostitutas y mafiosos, y ellos quedaron en una posición mejor que los políticos. Las personas alegaban: “por lo menos, estos dicen lo que hacen”.
Existe una crisis de confianza en todo el mundo en relación a la clase política. Si eso continúa, en algún momento se irán rompiendo las relaciones en la sociedad, y eso sería muy grave. En España, hay una situación relativamente calma y pacífica. Y suerte que, con 22% de desempleo y 48% entre los jóvenes, no haya muchos problemas en las calles. Este movimiento canaliza los debates y protestas, ofrece una esperanza, principalmente a los jóvenes, de que pueden comenzar a organizarse y vamos a ver lo que ocurre. Pero, si la situación continúa así, ese movimiento necesariamente se va a radicalizar.

¿Por qué las instituciones se separaran tanto de las personas? ¿Por qué el abismo se fue expandiendo?

Manuel Castells: Primero, porque las élites financieras detienen el poder económico y montaron un sistema en el cual, en vez de prestar para producir, lo que hacen es vender dinero para crear dinero artificial e montar una pirámide en todo lo que es ficticio, a nivel global. Aumentaron artificialmente los precios de los inmuebles, de las acciones, y concedieron préstamos a las personas, inclusive sin que éstas lo quisieran. Tenían miedo y no entendían, porque el negocio era vender dinero, y préstamos, en cualquier condición. De forma totalmente irresponsable, desde el punto de vista de la economía, pero muy interesante para ellos, porque todos los grandes ejecutivos que ahora están dejando los bancos salen con indemnizaciones millonarias. Para ellos, todo funcionó muy bien.
¿Cuándo la justicia va a ganar, en estas reglas del juego que usted propone reconstruir?
Manuel Castells: Cuando los ciudadanos tengan la capacidad de hacerlo. Si las personas pueden votar. Pero, primero, pueden hacerlo apenas cada cuatro años. Segundo, sobre reglas muy desiguales. Por eso, es muy complicado cambiar a través del voto.
La mayor parte de los políticos es gente más o menos honesta: no es verdad que sean todos corruptos. Pero, ¿cuál es el objetivo central de un político? Conservar el puesto. Ese es el aspecto más importante, porque, para la mayoría, es profesión. Si no hicieran eso, tendrían que trabajar como todo el mundo. Si mantienen  poder, tendrán mejores cargos, hasta porque la mayoría no tienen nivel profesional muy alto.
Entonces, la clase política se reproduce. Para entrar en un partido, usted tiene que comenzar a entrar a uno de los grupos internos. Es todo un mundo cerrado en sí mismo, y ese mundo no tiene aire. La novedad es que, con la internet, se abrieron ventanas. Porque los políticos y banqueros, juntos, controlan los medios de comunicación. No controlan los periodistas, que por suerte son de la línea de resistencia, pero orientan a los propietarios de los medios de comunicación y, por tanto, sus líneas editoriales. En consecuencia, tenemos el control de los medios, de las finanzas (y, por tanto, de la economía), el control del estado a través de una clase política que se reproduce.
Fuera de eso, solo estaba la internet. Y fue justamente desde la internet que se construyeron redes de debates, redes de organización, redes de acción. Pero,  para actuar sobre la sociedad, las personas tienen que salir, tienen que ir a las calles. Y cuando la internet, como espacio libre de comunicación, se combinó con la ocupación de los espacios públicos, transformados en ágoras, el juego comenzó a cambiar. Pero, el movimiento todavía no se traduce en grandes cambios en la  política, porque el sistema está cerrado.
¿Cuán distante está el ciudadano de la realidad retratada en los medios de comunicación?
Manuel Castells: Depende del aspecto. En España, los medios de comunicación repitieron millares de veces, durante dos años, las afirmaciones del presidente sobre el Banco Central, dijeron que los bancos nacionales eran los más seguros del mundo. Ningún medio contestó eso. O son bobos, no tiene capacidad de análisis, o cada vez que alguien serio intentaba hablar de eso, tenía un problema con la línea editorial.
El resultado es que los bancos españoles ya deben 250 billones de euros al Banco Central Europeo, y ahora dicen que van a coger más decenas de billones. La deuda, por tanto, es impagable, los bancos españoles están arruinados. Significaría decir a los ciudadanos que su dinero está en peligro, y no se sabe qué hacer. Hay el peligro de que el euro al mínimo se desvalorice, o hasta igualmente se acabe. El gobierno no puede aconsejar a los ciudadanos a que se deshagan de la moneda, mas debe tener disponible la información sobre lo que está sucediendo, y los medios de comunicación también deben hacer eso.
La internet abrió la ventana, los medios de comunicación tradicionales todavía  tienen muchos lectores en la red. Los ciudadanos se pueden comunicar, pero no son figuras de referencia, comparables a las que aparecen en la mídia. ¿Cómo podemos aprender a auto-informar?

Manuel Castells: Usted tiene razón. Pero, comienzan a surgir salidas. Primero, las personas montan su propio periódico o medio de comunicación online. No leemos El País o El Mundo o La Vanguardia enteramente. Leemos un artículo aquí y otro allá, comparamos con otras fuentes de la prensa extranjera, oímos lo que nuestros amigos nos dicen. Hacemos un mosaico de informaciones, no somos prisioneros de un solo medio.

Pero, usted acostumbra decir que el lector, el ciudadano, busca reforzar lo que piensa, y no se informa por otras vías.

Manuel Castells: Usted tiene razón. Lo que sabemos es que las personas buscan principalmente el refuerzo para sus opiniones, mas eso porque tienen poquísimas posibilidades de ser ciudadanas, de ser activas, se niegan a ser simples consumidoras pasivas. Pero, no están acostumbradas a abrir sus propias ventanas. Si su opción está entre los medios de comunicación que ya existen, la actitud probable es: “voy a ver o leer aquello de yo gusto más”.
Otra lógica se abre cuando  las personas entran en un sentido más crítico, desconfían de los medios. Ahí comienza otra actitud, que es la wiki-información: yo informo a mis amigos, mis amigos me informan, vamos discutiendo, y así se organiza un gran debate en la internet, del cual salen cosas. En función de ese espíritu crítico en la red, se examina lo que los diferentes medios están diciendo. Y ese espíritu crítico reconstruye todos los mecanismos de información, que pasan a seguir un nuevo flujo — de muchos para muchos - al revés de todos reciben un mensaje con muy pocos emisores.
Usted dice que vivimos en la sociedad de la información, pero estamos desinformados, con una educación muy pobre y, además de eso, tenemos miedo — una herramienta fundamental en todo ese mecanismo. ¿Cómo funciona el miedo, para que las reglas del juego no muden y para que las mismas personas sigan dirigiendo las estructuras de poder?

Manuel Castells: En primer lugar, la educación es pobre pero, comparando históricamente, estamos mejor formados que antes. Si hay una variable que se repite, en todos los nuevos movimientos del mundo, es el hecho de que fueron constituidos por gente bien formada. Eso no quiere decir que ganan más dinero. El activista típico es el profesional recién-graduado, o de unos 30 años, con un trabajo muy precario o desempleado. Esas personas pueden pasar a tener una actitud más crítica, apostando a un cambio de mentalidad.
Por ejemplo, los derechos de la mujer. Hace cuarenta años, ningún partido mayoritario hablaba sobre de ellos como tema principal. Hoy, si no hablan de eso, tienen un problema. Hace treinta años la idea de desarrollo  sustentable, de que es necesario defender un modelo ecológico, de que es preciso integrar la naturaleza a la cultura y no al consumo, todo eso era cosa de gente radical, ningún partido serio colocaba eso en su programa. Hoy, necesitan pintarse de verde, por lo menos un poco, porque si no lo hacen, son rechazados.
Muchas ideas no son de un partido o de un líder, son formas de concebir nuestra vida en sociedad. Esos grandes cambios en la mentalidad demoran. Precisan de tiempo, de debates, de ir más allá de los líderes.
Dentro de esos derechos, ahora entra el tema de la internet libre. Se está convirtiendo en un punto esencial, cómo fue el desarrollo sustentable, los derechos de la mujer.
Manuel Castells: Usted tiene mucha razón. En ese momento, defender la libertad en la internet es la base para defender la libertad, en todos los sentidos. Como los poderes establecidos cada vez más desconfían de la internet, la odian. Si pudiesen acabar con ella, lo harían.
Pero, no es tan fácil. Existen tantas amenazas a la libertad en la internet que los jóvenes están creando una serie de partidos y de movimientos. Van creando muchos problemas a los que intentan restringir la libertad. Poco a poco, el viejo sistema se está consolidando en partidos de derecha y de izquierda que se ponen contra lo esencial, que resisten las nuevas formas de representación democrática. De ahí, dos cosas que pueden suceder: o ellos realmente se abren y aceptan redefinir el juego democrático, o no se abren y esa es una perspectiva muy pesimista. No creo en las revoluciones violentas, pero creo en situaciones de tensión, que se van multiplicando, y en una situación de catástrofe económica y de no-representatividad política, con las personas conscientes y críticas y un sistema cada vez más presionado, que se comienza a defender.
¿Usted tiene esperanza?
Manuel Castells: Siempre — porque solo los movimientos dan, tienen esperanza. Mi nuevo libro, que será publicado en breve, se llama Redes de indignación y esperanza: son los dos sentimientos que existen en el movimiento. La indignación fue fundamental para superar el miedo, porque el miedo es la emoción que todas las sociedades se imponen para no cambiar nada. Las personas tienen miedo de que, si hicieran algo que no está dentro de las normas del sistema, en lo mínimo pierden el empleo. ¿Cómo se supera el miedo? Las propias experiencias neuro-científicas muestran que es con la indignación. Cuando se siente muy indignado, a usted no le importa lo que puede suceder. Eso ya se dio.
Si no se transforma en un sentimiento positivo, si la indignación es pura rabia, eso lleva a un enfrentamiento. ¿Cuál es el sentimiento positivo? La esperanza. La esperanza de que algo se va a mudar. ¿Cómo se construye la esperanza? Cuando las personas se juntan. Por eso, el lema en España es: “juntos, podemos”. Y la idea de que yo no puedo, y que usted no puede, pero muchos juntos, sí, podemos. La vitalidad de ese movimiento no es que apenas está en función de la internet, la vitalidad es necesaria para poder seguir haciendo algo aparentemente imposible, que es reconstruir la democracia a partir de los ciudadanos.
- Entrevista de Francisco Guaita, de la RT-TV.  Transcripción publicada originalmente en Outras Palavras (www.outraspalavras.net).
Texto gentileza de ALAI, América latina en movimiento
http://alainet.org/active/57075

fuente: Agenda de reflexión

sábado, 22 de septiembre de 2012

Invocando la Constitución, se propone dejarla de lado.

por perra intelectual

 
Tengo en mi escritorio una revista Cuestionario de octubre de 1975, dirigida por Rodolfo Héctor Terragno López, escritor, abogado, periodista y político argentino perteneciente a la Unión Cívica Radical.
En ese octubre de 1975, Terragno -radical, reitero- analiza el discurso que pronunciara Isaac Rojas el 16 de setiembre de ese mismo año en la celebración de un nuevo aniversario de la autodenominada Revolución Libertadora.
Dice el artículo que no lleva firma y al que,  por lo tanto, podemos atribuir a la dirección de la revista (las negritas son mías):
“Ante 11.000 personas, Rojas reiteró su vocación golpista:
‘Despertemos del letargo en el que estamos sumergidos y proclamemos la determinación de retornar al cauce señalado por el Preámbulo de nuestra Constitución‘, pidió.
Según el ex-vicepresidente (…) el derecho de rebelión sería, en las actuales condiciones, indiscutible: ‘La República (…) recae en otra aventura justicialista del mismo cuño que aquella a la que puso fin la Revolución Libertadora.’ ‘Ambas celadas totalitarias (la de 1946 y la de 1973) fueron urdidas utilizándose los resortes electorales mañosamente encubiertos con apariencias de corrección democrática.’ La actual situación es consecuencia de ‘una acentuada deformación de la democracia republicana de nuestra Constitución, la que se enganchó a una estupidez política imperdonable que dejó a la ciudadanía sin defensa legal contra el desborde electoral totalitario‘ (sic). “vivimos en una democradura (…) dirigida, para colmo, por un elemento de kakistrócratas (Not mía: sería lo contrario de “aristócratas”, en lugar de gobernar los mejores, gobernarían los peores) según el feliz hallazgo de nuestro joven filósofo García Venturini.’ ‘La actual es una dictadura colectivista‘ ‘…los diez primeros años de despotismo justicialista arruinaron a la Nación, los dos largos años que ya dura la recaída actual la han postrado…’ ‘El espejismo suicida… nos arrastra a todos a la segunda encrucijada totalitaria.‘ ‘Nuestra existencia nacional recorre sendas tortuosas’ ‘La incertidumbre y la inseguridad están presentes en todos los espíritus‘ (…)
Como se ve, el Almirante Rojas no habló de 1955, sino del presente [1975], señalando la urgencia de modificar este presunto estado de cosas. Implícitamente en su discurso esbozó un programa: (…) establecer el mercado libérrimo de cambio, ya que el monopolio de divisas, en manos del Banco Central, constituye ‘otro de los despojos que forman parte inherente del sistema colectivista.’ Suprimir la Junta Nacional de Carnes, Junta Nacional de Granos y demás organismos reguladores que ‘distorsionan la producción -especialmente la agrpecuaria- entorpecen el comercio y encarecen los costos’. Descargar al estado de la obligación de proveer al bienestar social. Privatizar los medios de comunicación masiva.
Mientras las acusaciones hablan, preferentemente, del despotismo y violación de la Constitución, los remedios son específicamente referidos a la economía, y consisten en regresar a un sistema privatista a ultranza.”
Notemos el “asombroso” parecido entre las consignas golpistas de aquel setiembre que denuncia Terragno y las de hoy.
No habrá sido sencillo para Terragno, radical, opositor, levantar su voz ante la inminencia del golpe de estado que sería el más espantoso de todos los golpes de la historia argentina, lo que no embellece ni muchísimo menos, a todos los anteriores.
Nadie puede creer ni por un momento que Terragno fuera filoperonista, ni tildarlo de radical arrepentido. Era y es radical. Sin embargo, su mirada sobre el golpe de estado, las maniobras destituyentes de la derecha, las alianzas ya explícitas entre el capital, los medios de comunicación y las fuerzas armadas es clara, certera y aplicable hoy mismo a la política nacional.
La pregunta es ¿tiene Rodolfo Terragno dos cerebros que se complementan? ¿Tiene algún don especial que le permitió avizorar esas connivencias cuando el resto de la oposición, en general, anhelaba la concreción urgente del “inevitable” golpe de estado? ¿O, simplemente, fue un político honesto (uso la palabra con toda intención: no la refiero a un “manolimpismo” romántico que insta al político a morir pobre) que con total honestidad y en contrario de las voces hegemónicas, advirtió en aquel setiembre del ’75, que lo que se venía era simplemente el uso de la fuerza represiva para defender un libremercadismo privatista?
¿Se necesitan dos cerebros para advertir que la misma proclama de Rojas en el Luna Park el 16 de setiembre del 75 fue la de “la gente” el 13 de setiembre de 2012 en la Plaza de Mayo? ¿Y por qué hoy no se levanta ninguna voz de la oposición para denunciar estas embestidas destituyentes? ¿Miedo? ¿Connivencia? ¿Dinero?
Los jóvenes que hoy tienen dieciocho años no conocen otra propuesta democrática y viable más que la de los gobiernos kirchneristas, y esto no por culpa del kirchnerismo, que sin dudas tiene el mérito enorme de haber generado políticas reales, con efectos reales en la gente real, que vio mejorada en gran medida su expectativa de bienestar. No mostrarles las propuestas democráticas y organizadas en forma de plataforma política de otras opciones partidarias significa, a los fines prácticos, que si una parte del electorado joven no se entusiasma con el proyecto nacional y popular del kirchnerismo, no tendrá opción democrática y deberá “elegir” propuestas antidemocráticas.
Nuevamente caemos en la falacia “civilización o barbarie”, en la que la derecha es la civilizada y el campo popular es salvaje, en la que de facto debemos aceptar que las mucamas no deben votar gobiernos que les permitan tener lotes, sino que deben elegir gobiernos que favorezcan a sus patrones.
¿Creerá la oposición que una dictablanda de las que ellos proponen no nos va a buscar a todos para limpiarnos, que no serán responsables del hambre y la exclusión, y que el pueblo los va a disculpar, en tal caso? ¿Creerá la oposición, en su delirio, que no resistiremos, que olvidaremos y perdonaremos su complicidad, que olvidaremos la consigna “como a los nazis les va a pasar: adonde vayan los iremos a buscar”? ¿Creerá la oposición, en su divorcio de la realidad, que no tiene responsabilidad en erigirse como alternativa democrática, o creerá que estamos jugando a la ruleta rusa?
Busco una oposición decente. Pago con respeto y discusión honesta.