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lo que defiendo, lo que muchos defendemos, no es un nacionalismo pelotudo... sino un par de ideas, resignificadas hoy, libertad e igualdad... ideas profundamente mestizas aquí en Abya Yala, y aunque respeto toda otra posición cultural-política, creo, sinceramente, que es desde esta Gran Tierra, unidos, en comunidad, aceptando profundamente nuestra realidad mestiza -el uno- es que el Abya Yala florecerá... y que todos los enormes esfuerzos de Occidente por destruirnos, por separarnos, por vulnerarnos y conquistarnos, demostrarán inversamente la magnificencia de nuestra sonrisa, de nuestro futuro... por los Padres Libertadores del Pasado, Por los Hermanos Libertadores de Hoy, por Nosotros y los que Vienen... SUMAQ KAWSAY!... y eso tal vez parezca anárquico...pero tal vez esta anarquía sea un nuevo orden... opuesto al actual, sin dejar de reconocer lo alcanzado... por todos...

lunes, 25 de junio de 2012

El ladrillo de la Palabra. Arquitecturas Emancipatorias renaciendo.

por Diego Burd


 En su ensayo sobre La Revolución como Pasado[1], Casullo recordaba que uno de los logros de la política del neoliberalismo fue la capacidad de vaciar de significados a un conjunto de palabras que circulaban en los lenguajes de izquierda: tales como emancipación social, gobierno de los pueblos, lucha de clases… toda la arquitectura del lenguaje revolucionario parecía que caí con el muro de Berlín.
  El ensayista argentino describía de manera hermosa como el lenguaje neoliberal nos colonizaba a través de los medios masivos de comunicación, ellos configuraron un lenguaje que nos permitía, según Casullo, “estar en el mundo”,  las contradicciones propias de una sociedad de clases eran ocultadas, se trataba del hacer política sin políticos.
 Casullo dirá, que en este contexto:
   “La política del mercado preside como fetiche del perpetuo proyecto de una armonización de clases. También una búsqueda de “consensos” con actores desiguales en poderes, y bajo un régimen capitalista incuestionado”.
  Las criticas y el conjunto de resistencias políticas y sociales al modelo neoliberal eran tildadas bajo el estigma de un juego de variables de palabras que iban desde anti-democráticas hasta totalitarismos.
  El vaciamiento de las arquitecturas de lenguajes libertarios, implico la construcción de un sentido común que atravesó a las totalidades de las clases sociales, marco maneras de mirar la realidad de una manera prefabricada, el lenguaje es darle sentidos al conjunto de relaciones que conforman la realidad, quien construye sentidos sobre el lenguaje construye sentidos sobre el mirar de la realidad.
  El lenguaje neoliberal fue acompañado por una estética de lo político, lugares de pronunciación de la palabra, neutralización de espacios corporativos, no eran silencios y ruidos, eran virtualidades que se configuraron como la realidad, lenguajes y estéticas que recorrieron desde el espectro de la derecha a los espacios de centro-izquierda, el espacio publico, el ágora donde lo político tenia su razón de ser, fue trasladado a un set televisivo, la política sin políticos se revistió con las ropas de la estética de un producto a ser vendido, la totalidad de las mediaciones eran puesta en bajo la óptica de una mercancía a ser ofrecida como sacrificio al dios mercado.
  Mientras se construía un imaginario sobre la felicidad neoliberal, se producía un ocultamiento de las consecuencias de las practicas del neoliberalismo, invisibilizados por la lógica de exclusión del sistema, configurando un sistema de visibilidad ocupando y reconfigurando sentidos de espacios de transito de lo político, la ruta, sobre donde circulaban las mercancías, se convirtieron en el espacio donde se dirimía lo político.
   Pero las arquitecturas del lenguaje y las estéticas neoliberales, a través de un proceso de descontextualización podían mostrar los efectos del conjunto de políticas económicas, sin mostrar el conjunto de causalidades que derivaban y concluían en ese entramado de protesta social. Había desnutridos, pero no creadores de hambre, había desocupados, no creadores de desocupación… había consecuencias no creadores de efectos.
  Los derroteros de la historia, o las consecuencias de la aplicación de las medidas neoliberales sobre un tiempo, hicieron que la arquitectura de los lenguajes que sustentaban ese modelo de “estar en el mundo” entraran en crisis, lógicas de un lenguaje que nos cruzaba nuestros días, comenzaron a entrar en un estado de sospecha continuo, “mercado”, “libertades económicas”, “neutralidades”, jergas que eran utilizadas por el gobierno de los técnicos, ocultos detrás de la legitimidad de un titulo de economista de universidad extranjera, lengua que se nos presentaba neutra ante los discursos cruzados por las ideologías de lo político, rápidamente se configuraron como el rey desnudo ante sus súbditos, antiguo ejercicio de la falacia de autoridad quedo en evidencia cuando se produjeron cambios en nuestras regiones.
   Los nuevos gobiernos nacionales populares se han ido construyendo sobre un marco de legitimidades que rompen parte de las arquitecturas de los lenguajes de las izquierdas que pensaban la institucionalidad republicana democrática como una trampa de las burguesías, pero sin comprender, que esas legitimidades permiten convertirse en espacios de prácticas sobre las posibilidades de modificaciones a futuro que configuren una nueva practica emancipatoria, el camino elegido es poner en tensión los limites del modelo republicano liberal, no solo en sus marcos institucionales, sino el de las practicas de las clases sociales, que desde siempre reclaman “calidad democrática”.
  Las modificaciones en el proceso de redistribución de la riqueza, de movilidad social ascendente, la vuelta del Estado como soporte de los intereses de los sectores subalternos de la sociedad, la democratización del vivir se para muchos de nuestros hermanos mas necesitados, el visibilizarlos después de décadas de ocultación neoliberal, configuran un nuevo “estar en el mundo”, marcado por mas dignidad, donde pueden romper el esquema de la temporalidad de una condena al presente continuo mortífero a la construcción de un horizonte de expectativas donde proyectar esperanzas, posibilidades de una democracia social.
   En los sectores subalternos, los procesos latinoamericanos de cambio social, representan una modificación de las subjetividad, se apropian de los proyectos porque en ellos se ven representados, se sienten participes de la construcción de un proyecto abierto.
   Podemos decir, que los gobiernos nacionales y populares del sub-continente están construyendo una nueva arquitectura de lenguaje político emancipatorio, las palabras vaciadas en las décadas neoliberales, que se vaciaron de contenido, son configuradas con nuevos sentidos, entramados de voces buscando constituir un espacio de disidencia sobre los consensos entre desiguales, nuevamente la palabra emancipación social vuelve a dar vuelta en el aire, el concepto de democracia vuelve a ser pensado mas allá de las lógicas de las formalidades, conceptos en busca de sustantivos que le den una cadena de significados para conformar una nueva manera de ver el mundo.
   Reconstrucción del ágora publica, donde las palabras se ponen en tensión, en debate, una arquitectura del lenguaje que acompaña las bases del edificio económico-social sobre lo que se asientan las palabras y sus significados, esas trincheras de ideas que renacen y dan sentido a “nuestro estar en el mundo”.   


[1] CASULLO, Nicolás, Las cuestiones, FCE, Buenos Aires, 2008

fuente: Poemas Urbanos

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