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lo que defiendo, lo que muchos defendemos, no es un nacionalismo pelotudo... sino un par de ideas, resignificadas hoy, libertad e igualdad... ideas profundamente mestizas aquí en Abya Yala, y aunque respeto toda otra posición cultural-política, creo, sinceramente, que es desde esta Gran Tierra, unidos, en comunidad, aceptando profundamente nuestra realidad mestiza -el uno- es que el Abya Yala florecerá... y que todos los enormes esfuerzos de Occidente por destruirnos, por separarnos, por vulnerarnos y conquistarnos, demostrarán inversamente la magnificencia de nuestra sonrisa, de nuestro futuro... por los Padres Libertadores del Pasado, Por los Hermanos Libertadores de Hoy, por Nosotros y los que Vienen... SUMAQ KAWSAY!... y eso tal vez parezca anárquico...pero tal vez esta anarquía sea un nuevo orden... opuesto al actual, sin dejar de reconocer lo alcanzado... por todos...

jueves, 5 de septiembre de 2013

pasado menemista... futuro massapratgaymacrista?... presente argentino o te gustaría ser parte de un país en serio?de tercera categoría según cánones occidentales, ...argeeeeeeeeeeeeeeentos!

  en la vida hay que elegir...

y hacerse cargo

“ESPAÑOLES DESAHUCIADOS”. 

Por Miguel Angel Garcia

Continuando con la serie de artículos ¿Qué pasa en Europa? de nuestro colaborador Miguel Angel García, donde ya consideramos la situación de Italia (http://espacioiniciativa.com.ar/?p=12129). Hoy nos toca abordar la situación Española.
Españoles desahuciados
“Desahucio” significa en España “desalojo”, además de lo habitual también entre nosotros, sin esperanzas o sin curación alguna. En la Europa del dogma neoliberal estos tres significados se suman: el desalojado se vuelve un desahuciado integral.
En 2012 hubo 43.858 desalojados por hipoteca impaga, a los que se suman los desalojados por alquileres vencidos, que fueron 54.718. ¡Son casi cien mil familias en un año! Y hay todavía cerca de 200 mil juicios en curso por hipoteca impaga, más una cifra superior (no publicada) de desalojos en curso por alquileres vencidos. Entre 2007 y 2011, se han producido 349.438 ejecuciones hipotecarias en toda España, encabezadas por Andalucía (68.053), Cataluña (65.670) y Comunidad Valenciana (65.220).
El prejuicio corriente en el exterior relaciona esta situación con la burbuja inmobiliaria pinchada al inicio de la crisis española. Pero los de la burbuja eran en su mayor parte inversores que especulaban con una futura demanda de casas de vacaciones para turistas y jubilados del norte de Europa, que nunca llegaron, mientras que las víctimas de la hipoteca son casi todas familias de trabajadores, cuyas viviendas se encuentran en los tristes barrios periféricos de Madrid, Barcelona y todas las mayores ciudades, y no en las graciosas (y vacías) localidades frente al mar.
El mecanismo verdadero consta de los siguientes pasos: (1) crisis y, como resupuesta, política económica que reduce crédito y demanda interna; (2) desocupación prolongada, que se extiende paso a paso a toda la familia; (3) imposibilidad de pagar las cuotas, y por lo tanto juicio y veloz desalojo; (4) ulterior caída de la demanda interior, mayor restricción del crédito, más desocupados y desalojados. A su paso la máquina deja el tendal de vidas
despedazadas: familias que terminan en la calle, agravando la condición de inempleabilidad de sus miembros; niños que comen solo en la escuela, y que ven llegar las vacaciones como una maldición bíblica. Malnutrición infantil, con una punta de desnutrición abierta que crece.
La plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH)
En España sin embargo la capacidad de lucha de la población no fue del todo anulada, como en Italia. Pudo nacer un movimiento como la PAH, que hace frente a los bancos con una sucesión de movilizaciones que recorre toda la geografía del paìs. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca fue fundada en Barcelona en 2009. En pocos años consiguió una visibilidad elevada, presencia en las mayores ciudades del país, confianza de los trabajadores y atracción de un activo formado por jóvenes “indignados”, sindicalistas de las Comisiones Obreras y de la UGT y abogados democráticos.
En la prehistoria de la PAH estuvo el movimiento “V de Vivienda”, nacido en 2006. Era un movimiento de jóvenes marginados, precarizados y antisistema, organizados por medio de las redes sociales, que sufrían una falta de alojamiento que los obligaba a seguir viviendo en la casa de los padres. Llegó la crisis, y la PAH se transformó rápidamente en otra cosa. Incorporó a trabajadores desocupados y otras categorías que estaban siendo entonces desalojados de sus viviendas por los bancos, vueltos víctimas inermes por la crisis ideológica de los grandes partidos, responsabilizados ellos mismos por su desgracia, reducidos a enfrentar individualmente a las poderosas y despiadadas instituciones bancarias.
El mérito principal de la PAH fue su pragmatismo y flexibilidad: supo aprender de la realidad que quería modificar. Es así como inventó “espacios de expresión”, en los que las víctimas de la hipoteca pudieran escucharse unos a otros, y recuperar en una dimensión social lo que les aparecía como un mero fracaso personal “… las personas que se acercan por primera vez a la PAH están, más que cabreadas, moralmente abatidas, y se muestran resignadas… Desorientadas, desatendidas por la Administración, amenazadas por las entidades bancarias y con cuadros depresivos…, el proceso de ejecución se alza como una trituradora que arrasa con todo lo que se le pone por delante. Las familias se sienten culpables de la situación que atraviesan y lo atribuyen a un fracaso personal. … Este proceso de culpabilización se acentúa si las personas tienen hijos a su cargo. La angustia, la tensión permanente y el insomnio se apoderan de sus vidas en un proceso que, si no se endereza, puede acabar en la desestructuración familiar. Para hacernos una idea del sufrimiento que conlleva, hay que tener en cuenta que una gran parte de las personas que han atravesado esta experiencia han pensado en un momento u otro en quitarse la vida. (Ada Colau y Adrià Alemany, Vidas Hipotecadas, ed. Romanyà Valls, S.A., Barcelona)
Las formas de lucha son muy variadas: asambleas, formación de nuevas PAH locales, manifestaciones de protesta, escraches. Esta última forma, tomada de la experiencia argentina, se concreta en volanteadas y piquetes informativos en la puerta de los bancos, explicando a los clientes lo que la banca hace con sus deudores. Hubo una extensión radicalizada de los escraches en la casa de los dirigentes bancarios, que fue abandonada porque daba el flanco a la represión violenta del movimiento.
Al llegar a este punto conviene recordar algunas características del sistema español de hipotecas que explican las formas de lucha elegidas por la PAH.
Letra muy muy chica
En España la incautación de la vivienda dada en prenda por parte del banco no extingue la hipoteca. Esto puede parecer poco significativo si no se considera que el cliente deja de pagar las cuotas por la crisis, o sea precisamente cuando el valor de mercado de su vivienda baja, a veces dramáticamente. La familia puede encontrarse en la calle (esto sucede corrientemente hoy) y a la vez cargada con una deuda enorme, que los intereses vuelven una condena de por vida. Pequeñas “avivadas” en el contrato agravan la situación; el banco pone la casa en remate, pero entre la situación del mercado y la táctica del banco para esconder la información, es corriente que la subasta quede desierta. En este caso el banco tiene derecho a quedarse con la casa al 50%. Entre esto y la caída de los precios inmobiliarios el banco termina apropiándose de la vivienda por un cuarto del valor sobre el que contrató la hipoteca. Lo que significa que tres cuartos de la deuda siguen en pie a pesar de la pérdida de la casa, más los intereses.
Estos últimos son siempre muy altos. Para conseguirlo pusieron en la letra chica de las hipotecas una llamada “cláusula suelo”. Las hipotecas se regulan por el índice Euribor; gracias a esta cláusula los intereses siguen el Euribor cuando sube, pero no cuando baja. Cuando como ahora el índice baja, se beneficia el banco, pero no el deudor.
Cuando firmaron el contrato los bancos exigieron la presencia de garantes dueños de propiedad (generalmente la casa-vivienda). Suelen ser los padres o hermanos del deudor. Ante la falta de pago el banco ejecuta simultáneamente todos los garantes además del titular, los desalojos son por “racimos” familiares. Es fácil intuír lo que significa cuando la persona desalojada queda en la calle, y también los familiares que hubieran podido alojarlo temporáneamente. No es extraño que, fuera de la vista de los turistas, en Barcelona, Madrid o Valencia vuelvan a crecer las “chabolas” (villas miseria).
La política neoliberal no cayó sobre España como un relámpago en un día sereno. Durante años los gobiernos locales se desprendieron de su stock de casas en alquiler social, con el pretexto de que la intervención del Estado es siempre mala. Hoy en día, cuando haría falta, la vivienda social virtualmente dejó de existir. Esto en un país que tiene el record mundial de casas vacías, en su mayor parte en poder de los bancos.
Campañas de la PAH: la Dación en pago
Dación en pago significa que el acreedor puede valerse apropiándose de la casa, sea cual fuere su actual valor de mercado, y que esta acción extingue la deuda. La posibilidad existe en la legislación española, pero es opcional, y el banco nunca la elige si sale perdiendo, aún cuando puede terminar ganando en el medio período. La dación en pago no resuelve todos los problemas de la familia desalojada, pero sí despeja el más importante, el de asumir una deuda de por vida por un bien que no se posee. Un aspecto importante de la propuesta es su carácter retroactivo, que elimine la deuda también para los centenares de miles de familias que fueron ya ejecutadas.
La PAH combinó presiones institucionales (parlamento nacional, gobiernos locales e instituciones europeas) con campañas de información y de lucha de carácter nacional y numerosas iniciativas de las PAH locales, muy eficaces estas últimas para convencer a los bancos de aceptar la dación en pago para evitar el descrédito en barrios y pequeñas ciudades. La principal iniciativa nacional es la ley presentada en Diputados por el bloque mixto en 2010, a instancias de la PAH, bloqueada desde entonces por la acción de la mayoría de gobierno y el principal partido de oposición.
La campaña informativa ha tenido muy buenos resultados: según recientes encuestas apoya la posición de la PAH el 80% de los españoles, incluyendo centenares de Ayuntamientos, sindicatos, asociaciones de jueces y de abogados, movimientos populares. Esto no ha modificado la posición contraria del Partido Popular en el gobierno, y del PSOE en la oposición. Los banqueros por lo visto tienen fuertes enganches en las alturas.
Los argumentos de los políticos son dignos de una novela de Dickens: que el Estado no puede intervenir, porque es un contrato entre privados (después intervino, pero para dar miles de millones de euros a la banca). Que era un contrato libre entre las partes, y que nadie había encañonado al otro para que firmara. Entre partes igualmente poderosas, como se ve… Por último, dijeron que en cualquier caso no era aceptable la retroactividad, porque iba a desaparecer la seguridad jurídica. Poco después “reformaron” la ley laboral, empeorando las condiciones para los trabajadores, retroactivamente.
La “dación en pago”, tan violentamente rechazada cuando se trata de familias de trabajadores, fue empleada extensamente con los verdaderos culpables de la “burbuja”, los inmobiliarios especuladores. Sus edificios y barrios a medio terminar fueron aceptados como pago que extingue la deuda; el Estado intervino para compensar a la banca por la pérdida.
Campañas de la PAH: «Stop desahucios»
Esta campaña intenta detener la máquina del desalojo automático, sin ninguna consideración por las consecuencias sociales ni la oferta de alternativas a sus víctimas. Entre las consecuencias figuran eventos altamente dramáticos como el suicidio, la pérdida de la custodia sobre los hijos menores, la disgregación familiar, la caída forzosa en el vagabundaje y la marginalidad.
Las PAH en este caso recurren a movilizaciones masivas en la puerta de la casa a riesgo de ser desalojada, impidiendo de hecho la acción del ejecutor judicial. Como el trámite debe recomenzar desde el principio, el deudor gana algo de tiempo, que puede ser utilizado para comprometer a las autoridades locales, obtener alternativas de alojamiento, acordar con el acreedor acuerdos razonables. El más común es seguir viviendo en la propia casa hipotecada, pagando un alquiler al banco.
Estas iniciativas son riesgosas, porque se trata de actos de desobediencia civil. Las PAH apelan a una justicia superior. En efecto, las ejecuciones hipotecarias y los desahucios masivos por razones económicas en el Estado español violan, entre otros, los artículos 24 (sobre la tutela judicial efectiva) y 47 (sobre el derecho a la vivienda) de la Constitución española; el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), ratificado por el Estado español; y más concretamente las Observaciones Generales del comité DESC de Naciones Unidas números 3 (obligaciones de los estados miembros), 4 (derecho a una vivienda) y 7 (prevención de desahucios forzosos).
Campañas de la PAH: «Vivienda Social»
A diferencia de las dos anteriores, esta campaña tiene un carácter estratégico, y requiere la intervención de las autoridades políticas. Trabaja en la contradicción entre un parque de casas desocupadas sin igual en el mundo y el abandono de los desalojados en el calle, dada la liquidación del stock de vivienda social de los ayuntamientos. Las PAH proponen un amplio arco de medidas, enraizadas en la legislación del Estado social:
1. Condicionar las ayudas públicas que perciben bancos y cajas al hecho de que alquilen las viviendas en proceso de ejecución hipotecaria a la familia expropietaria por una renta que en ningún caso supere el 30 % de los ingresos que percibe la unidad familiar.
2. Expropiar el usufructo de las viviendas procedentes de ejecuciones por un período mínimo de cinco años para alquilarlas a las familias desalojadas por una renta que no sobrepase el 30 % de sus ingresos.
3. Expropiar las viviendas ejecutadas en manos de entidades financieras por el mismo precio por el que se están adjudicando en subasta. Así, la PAH calcula que con el fondo del FROB podrían adjudicarse casi un millón de pisos, y por tanto se dispondría de un amplio parque público.
Campañas de la PAH: «Obra Social»
Cuando las gestiones con los bancos y con las administraciones locales no consiguen resultados para realojar a la familia desalojada las PAH recurren a la “Obra Social”. Este es un tipo de iniciativa que consiste en ocupar edificios de los que los bancos expulsaron a sus habitantes, y alojar allí a las familias que quedaron sin hogar. No es infrecuente que los Ayuntamientos den una mano a los ocupantes: es demasiado evidente la justicia del reclamo. No se trata de ocupaciones salvajes: las PAH negocian con las autoridades locales y con los bancos propietarios, por ejemplo un alquiler razonable.
Campañas de la PAH: «Rebelión de las ciudades»
Los Ayuntamientos (Municipios) se encuentran en una situación imposible. Son las principales víctimas de los recortes impuestos por la “troika” europea, y a la vez son los que ponen la cara ante la población. Los ayuntamientos de los barrios populares que circundan las grandes ciudades se encuentran virtualmente en la quiebra: disminuyen dramáticamente los ingresos por el cierre de empresas y la desocupación generalizada, y aumentan los gastos por el aumento de los casos sociales (necesidad de comedores en las escuelas, familias caídas en la indigencia, familias en fuerte crisis, con suicidios y separaciones, etc.). Es común que su endeudamiento sea tan alto como el de las familias de su territorio.
En 2010 las PAH iniciaron una campaña para promover la protesta de los Ayuntamientos ante el gobierno central. Las medidas relacionadas con la habilitación en uso de las viviendas desocupadas tienen una ventaja: no tienen un costo fiscal adicional. Otra medida es la reescritura del protocolo de actuación de los Servicios Sociales, para que suspendan la pérdida de custodia de los hijos a las familias amenazadas por el desalojo. En un año se unieron a esta campaña algo más de 200 ayuntamientos.
Conclusiones sin epílogo
La cuestión de los desalojos es uno de los hilos de una crisis fenomenal, una crisis a la vez financiera, económica, política y moral. La España de los Pactos de la Moncloa, nacida en 1977, está muriendo ahora, 36 años después, en medio del hedor de corrupción y de soberbia de la Casa Real, del Partido Popular y del Psoe. Las PAH pueden ser un elemento de la futura nueva España. La cuestión de la vivienda puede ser un eje vertebrador del movimiento obrero y popular no inferior al sindicato y a la huelga fabril. En tiempos de crisis y desocupación ciertamente mayor que este último. Hay una experiencia argentina, la huelga de los inquilinos de 1907 en Buenos Aires, que tuvo una importancia central en la formación del movimiento obrero del país. Los tiempos cambiaron, pero el capitalismo neoliberal parece empeñado en volver al pasado.
Nota: la información sobre el tema es en España de escasa para abajo. Hemos consultado prensa local, ediciones locales de El Periódico de Barcelona y de El País de Madrid, mails de amigos residentes allá. Por medio de estos últimos hemos conseguido “Vidas hipotecadas”, de Ada Colau y Adriá Alemany, editado por Romanyà Valls, Barcelona, que nos ha sido muy útil. Un gracias a todos.

fuente: Iniciativa

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