por Adrián Corbella
La
imagen del periodismo como Cuarto Poder, como fuerza encargada de
vigilar el desempeño de los tres poderes en que clásicamente se dividen
los Estados (al menos desde tiempos de la obra magna de Montesquieu, “El
Espíritu de las Leyes”) es muy conocida. Se desarrolló en otros
tiempos, cuando el gran temor de los hombres era el posible abuso de un
Estado que aparecía como un monstruo todopoderoso y omnipresente.
Y
esto fue así en tiempos en que los diarios, principales medios
periodísticos durante muchísimas décadas, eran medios relativamente
débiles, pequeños o medianos davides que luchaban con coraje contra
enormes Goliaths estatales que parecían invencibles.
Esto fue así durante mucho tiempo … pero ya no lo es …
Hoy
los diarios son una gota de agua en el mar. Quedan pocas de esas
pequeñas y medianas empresas periodísticas. Los medios se han extendido y
fusionado. Hay grandes conglomerados multimediáticos, monopólicos u
oligopólicos, que controlan diarios, revistas, editoriales, imprentas,
canales de TV, radios, empresas proveedoras de TV por cable y de señales
de banda ancha de Internet, fábricas de papel para diarios, productoras
de contenidos televisivos, institutos que dictan cursos de capacitación
para periodistas, docentes, abogados … jueces …
Son
grandes grupos multimediáticos que a veces pertenecen o están asociados
a bancos, a consultoras, a corporaciones de todo tipo. Son actores
económicos que juegan en las Ligas Mayores, que tienen mucho más poder
que muchos gobiernos y cuya dirección no está sometida al control
periódico del voto popular.
Estos
grupos fijan agenda, construyen sentido común a su antojo, naturalizan
visiones que no son objetivas y lógicas sino profundamente ideológicas,
ensalzan o denostan a figuras de la política, la cultura, el
espectáculo…
En
países donde los gobiernos se amoldan a los intereses de estos grupos,
se establece un lazo indisoluble, tan profundo que es difícil definir si
los medios trabajan para los gobiernos o si, por el contrario, no es al
revés : si no son los gobiernos los que se transforman en
representantes de estos grupos mediáticos. Estos grupos a su vez, merced
a su asociación con encuestadoras de opinión, consultoras financieras
internacionales y empresas medidoras de rating tienen un poder muy
concreto frente a cada acto electoral democrático, por su capacidad de
llegada hacia la población.
En
países donde los gobiernos se atreven a afectar intereses de estos
grupos, la lucha se hace salvaje . Los grupos mediáticos se erigen en
fuerzas políticas opositoras que actúan desde las sombras, y mueven las
piezas de un ajedrez que incluye a políticos neoliberales,
intelectuales, periodistas y corporaciones varias. Este último fenómeno,
tan común en la América Latina del siglo XXI, se da en todo lugar en
el que los gobiernos no acatan la férrea dirección político-ideológica
de las corporaciones
En
una entrevista realizada por el responsable de Wikileaks, Julian
Assange, el presidente ecuatoriano Rafael Correa declaró con absoluta
claridad :
“ Usted ha manifestado su temor de que el poder estatal limite la libertad de expresión. Eso ya casi no existe en América Latina. Son idealizaciones, son mitos. Por favor entiéndase que aquí el poder mediático era, y probablemente es, mucho mayor que el poder político. De hecho normalmente tiene poder político en función de sus intereses, poder económico, poder social y, sobretodo, el poder informativo. Han sido los grandes electores, han sido los grandes legisladores, los grandes juzgadores, aquellos que han puesto la agenda mediática, han sometido gobiernos, presidentes, cortes de justicia … Saquémonos esa idea de ‘pobres y valientes periodistas, angelicales medios de comunicación tratando de decir la verdad’, y tiranos, autócratas, dictadores, tratando de evitar aquello… No es verdad … ¡Es al revés! … Los gobiernos que tratamos de hacer algo por las grandes mayorías somos perseguidos por periodistas que creen que por tener un tintero o un micrófono pueden desahogar hasta sus desafectos, porque muchas veces es hasta por antipatía que se pasan injuriando, calumniando, etc. Medios de comunicación dedicados a defender intereses privados… Por favor que entienda esto el mundo, lo que pasa en América Latina . Cuando yo llegué al gobierno había siete canales de televisión nacionales, no había televisión pública. Todos privados. Cinco pertenecían a banqueros . Se imagina usted si yo quería hacer una medida contra la banca para evitar la crisis y los abusos que están sucediendo en Europa, particularmente en España. Tenía una campaña despiadada a nivel de televisión, para defender los intereses de sus dueños, los propietarios de esta cadena de televisión que eran los banqueros. Que no nos engañemos, saquémonos esas falsedades y estereotipos de gobiernos malvados persiguiendo angelicales y valientes periodistas y medios de comunicación. Frecuentemente es al revés Julian. Esta gente disfrazada de periodistas, trata de hacer política, desestabilizar a nuestros gobiernos, para evitar cualquier cambio en esta región, y perder el poder que siempre han ostentado.” (1)
Pero
estos grupos económicos que tan bien describe Correa no las tienen
todas a su favor, ya que internet le da a ellos un poder de penetración
antes impensado, pero genera, a la vez, la posibilidad de que todo el
mundo pueda expresarse, opinar, escribir, criticar, con mucha libertad a
través de instrumentos como los blogs, facebook, twitter, you tube… (2)
Algunos
especialistas en cuestiones mediáticas, como el español Ignacio
Ramonet, plantean la necesidad de un Quinto Poder (3), vinculado a estas
y otras formas de comunicación popular, cuya función será suplir el
espacio que el Cuarto Poder (convertido casi en el Primero) ha dejado
vacante. Con distintos aspectos de esta lucha, profundamente cultural,
ideológica, política, se vinculan los intentos de instaurar mecanismos
de censura en la red (4), por un lado, y fenómenos como el movimiento
del software libre o el pensamiento hacker, por el otro (5).
Las
corporaciones multimediáticas evidentemente ya no son el Cuarto Poder.
Son actores político-económicos de primera categoría. Son jugadores muy
poderosos que no están limitados por las trabas jurídicas que
generalmente acotan el accionar de los gobiernos ; pueden incluso darse
el lujo de acusar a todo aquel que quiera regularlos de afectar la
“libertad de prensa” y atentar contra la democracia. Son actores cuyos
directivos, que generalmente permanecen en las sombras, no se someten
nunca al voto popular y no son criticados por ostentar durante décadas
el poder. Son una amenaza a las libertades individuales de las personas
mucho mayor que la de cualquier gobierno medianamente democrático … En
realidad, casi ningún gobierno tiene tanto poder como ellos…
América
Latina está siendo un protagonista fundamental de este fenómeno, que ha
adquirido una perturbadora desnudez en algunos países. Esto se da en
aquellos estados en los que grupos mediáticos se han transformado en
ejes desembozados de coaliciones políticas opositoras que han pasado a
cumplir tareas desestabilizantes, y a veces simplemente golpistas, a
cara descubierta (6).
Venezuela,
Ecuador, Bolivia y Argentina son buenos ejemplos de este proceso. El
fenómeno es tan atípico que en Argentina, donde en 2009 se aprobó una
Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual -alabada
por Frank La Rue, Relator de Libertad de expresión de la ONU (7)- con
los votos del oficialismo y parte de la oposición, no se logra su
aplicación plena. No se lo logra a dos años y medio de la aprobación de
la ley, y a medio año de la reelección del gobierno que impulsó la ley
por mayoría absoluta (54%, casi 12 millones de votos) , debido a la
enorme influencia que estos grupos multimediáticos conservan dentro de
algunas fuerzas políticas “opositoras” y en sectores de la corporación
judicial.
Y
se da la paradoja de que la prensa “independiente”, “profesional”,
furiosamente opositora al gobierno argentino, trabaja con entera
libertad y hace críticas durísimas y destempladas, mientras que el
puñado de medios que comulgan con la cosmovisión del gobierno no sólo
son denostados por el establishment periodístico sino que sufren
salvajes agresiones de parte de manifestantes derechistas
ultraopositores (8).
No
en vano algunos intelectuales afines al kirchnerismo sostienen que el
masivo apoyo de militantes jóvenes al gobierno argentino tiene una razón
muy concreta : ven a las autoridades no como el poder, sino como un
contrapoder. (9).
Y, como es lamentablemente habitual, la prensa que no está con el poder, con el verdadero poder, recibe agresiones (10)… la
otra, que aunque se declare opositora es la que tiene detrás a los
grupos de poder corporativo más fuertes de la sociedad, trabaja sin
problemas …
En
otros países de la región este proceso que vincula tan abiertamente a
los medios y el poder real ha avanzado menos (Brasil, Uruguay)
Pero,
incluso en aquellos países donde sigue teniendo plena salud la
simbiosis gobiernos neoliberales-medios concentrados, la gente empieza a
advertir el fenómeno, comienza a ver a los medios como un actor
político decisivo … y claramente alineado.
En
una nota realizada por periodistas de “La Jornada” de México, publicada
en Argentina por el diario “Página 12” (11), los estudiantes y
profesionales del movimiento #soyel132 no pueden ser más claros al
respecto : acusan a los medios de manipular y controlar el sistema
político mexicano …
Al
respecto, por ejemplo, el artículo de Página 12 cita el testimonio de
un tal Antonio, al que se presenta como ingeniero en electrónica y
comunicaciones por el TEC de Monterrey, quien afirma :
“viviendo
afuera me di cuenta de lo que realmente pasa, de cómo los medios
manipulan la información […] estoy hasta el gorro de los gobiernos que
hemos tenido y de que las televisoras descaradamente impongan
candidatos”.
También es significativo el
testimonio de Omar, estudiante de Ciencias Políticas en la Facultad de
Estudios Superiores en Acatlán, UNAM, quien dice : “este despertar ha
causado mucha empatía, porque busca democratizar a los medios y al país,
pero también cambiar la forma de hacer política en México. Casi no veo
televisión, prefiero los medios imparciales y literatura
latinoamericana. Me informo por Twitter o Facebook.”, o el de Paula, de
la Facultad de Arquitectura de la UNAM, quien afirma “aunque no veo los
canales de Televisa y TV Azteca, hay mucha gente que sólo tiene esa
opción y no es justo que sólo les muestren la información que quieren.
Somos pocos quienes nos informamos por Internet y por la redes
sociales.”
El
problema también aparece en otros continentes. En una entrevista
concedida a “Página 12”, Erriko Finalis, miembro del Secretariado
Ejecutivo de Syriza, coalición izquierdista griega que incluye a muchas
fuerzas de izquierda y a los verdes, afirmó :
“Están
usando a Grecia de conejillo de Indias de un experimento que si sale se
aplicará en el resto de Europa. Los argumentos que usan se sostienen
gracias a un bombardeo mediático que no tiene empacho en difundir
mentiras. La idea de que los griegos trabajan mucho menos que los
alemanes, o que los jubilados germanos están pagando por la jubilación
anticipada de los griegos, es uno de los tantos mitos difundidos por los
medios.”(12)
Como
se ve, en muchos lugares los grupos mediáticos son vistos no como un
baluarte de la sociedad frente a la arbitrariedad del poder (estatal),
sino como actores principalísimos del juego de poder (estatal y
corporativo) que domina a las sociedades ; incluso se los ve como
eslabones de un mecanismo de opresión social …
En
palabras de Gabriela Martínez, estudiante de la Facultad de Ciencias
Políticas de la UNAM de México, e integrante de #yosoy132 :
“me di cuenta de que estamos controlados, que vivimos como dentro del libro 1984, de George Orwell, en un mundo donde no nos permiten expresarnos libremente”
En
el mundo de la globalización y de Internet, en el mundo donde las
fronteras políticas caen y los grupos económicos de todo tipo se
extienden como pulpos rapaces, el ominoso “Gran Hermano” ya no es
necesariamente un actor político-gubernamental.
Evidentemente,
cada vez resulta más claro para más gente que grupos económicos con el
poder que hoy tienen las corporaciones multimediáticas son incompatibles
con cualquier definición de democracia.
Adrián Corbella, 13 de junio de 2012.
NOTAS :
(1) : Entrevista al presidente ecuatoriano Rafael Correa realizada por Julian Assange : http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=pkWpUOf0oy0
(2)
: En el caso argentino hay una proliferación de cibermilitancia
kirchnerista que utiliza para difundir su mensaje opositor a los medios
concentrados los más diversos medios : cientos de blogs, incontables
twitteros y muchos grupos K en Facebook que reúnen miles de personas.
(3) : Ver por ejemplo : http://www.nos-comunicamos.com.ar/content/explosion-del-periodismo-de-medios-de-masas-a-masa-de-medios
(4) : Como fue el caso del intento de la ley SOPA y diversas iniciativas de los europeos. Ver por ejemplo : http://www.guioteca.com/internet/sopa-el-proyecto-que-puede-censurar-a-internet/
(5) : Sobre el pensamiento hacker puede consultarse : http://www.taringa.net/posts/info/1519620/Manifiesto-Hacker_-The-Hacker-Manifesto_-Traduccion-Correcta.html o http://www.kleper.net/wiki/doku.php/filosofia/hacker
(6) : Nuevamente es útil analizar : http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=pkWpUOf0oy0
(7) : VER http://www.afsca.gov.ar/web/blog/?p=2306
(8) : Ver por ejemplo : http://www.diarioregistrado.com/Sociedad/61021-la-agresion-al-movil-de-678.html
(9) : Leer al respecto una interesante entrevista a José Natanson : http://www.niapalos.org/?p=6877
(10) : Ver también : http://www.elciudadanoweb.com/?p=303912
fuente: mirando hacia adentro
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