Seguidores

lo que defiendo, lo que muchos defendemos, no es un nacionalismo pelotudo... sino un par de ideas, resignificadas hoy, libertad e igualdad... ideas profundamente mestizas aquí en Abya Yala, y aunque respeto toda otra posición cultural-política, creo, sinceramente, que es desde esta Gran Tierra, unidos, en comunidad, aceptando profundamente nuestra realidad mestiza -el uno- es que el Abya Yala florecerá... y que todos los enormes esfuerzos de Occidente por destruirnos, por separarnos, por vulnerarnos y conquistarnos, demostrarán inversamente la magnificencia de nuestra sonrisa, de nuestro futuro... por los Padres Libertadores del Pasado, Por los Hermanos Libertadores de Hoy, por Nosotros y los que Vienen... SUMAQ KAWSAY!... y eso tal vez parezca anárquico...pero tal vez esta anarquía sea un nuevo orden... opuesto al actual, sin dejar de reconocer lo alcanzado... por todos...

domingo, 28 de abril de 2013

“China es uno de los países mejor gobernados del mundo”

 
El corresponsal internacional del diario catalán La Vanguardia explica por qué considera que a Beijing le es viable el sistema de partido único, da detalles sorprendentes sobre el modelo de vida norcoreano y critica a la Rusia de Putin por sepultar el legado de Gorbachov.
Rafael Poch, corresponsal internacional del diario catalán La Vanguardia, es un cronista europeo de primer nivel. Ha escrito tres libros sobre Rusia (Tres días de agosto, Tres preguntas sobre Rusia y La gran transición), y dos obras más recientes de alto impacto informativo como La actualidad de China, un mundo en crisis, una sociedad en gestación y La quinta Alemania. Obras didácticas, llenas de matices. Versiones de los hechos históricos, de la sociedad de estos países, nutridas con fuentes diversas que pueden ir del político al campesino, del periodista al activista. Además, Poch ha sido corresponsal en Europa del Este, Moscú, Pekín y Berlín. En todos estos destinos fue y es testigo de las grandes transformaciones del mundo contemporáneo.
–Durante su corresponsalía en Pekín usted viajó en muchas ocasiones a Corea del Norte. ¿Cómo valora la información que se está dando en los medios de la crisis actual?
–Se presenta el conflicto nuclear restringido únicamente a que Corea del Norte tiene, o parece ser que tiene, una bomba atómica. El tema es mucho más complicado, como todo el mundo medianamente informado sabe. Desde los años ’50, desde la guerra, Corea del Norte ha estado amenazada por el arma nuclear. Hasta los años ’90, con la disolución de la URSS, esa amenaza estaba contrarrestada por el paraguas soviético. Cuando desapareció, los coreanos se plantearon hacerse con la bomba porque la amenaza se mantuvo en los mismos términos, hay armas nucleares en Corea del Sur, hay recursos nucleares en Guam a efectos de bombarderos estratégicos, de misiles preparados para ser utilizados. Por tanto, esto, sumado a lo que ha ocurrido en los últimos años, que una serie de naciones han sido atacadas por no tener bombas nucleares, Yugoslavia, Irak, es lo que llevó a la dirección de Corea del Norte a la conclusión de sentido común de que había que hacerse con la bomba, que es supuestamente lo que han hecho.
–Esta tensión militar, aumentada por el Sur y Estados Unidos, ¿es lo que impide el deshielo del régimen?
–La dirección norcoreana tiene muy claro desde Kim Il Sung, desde el abuelo, que había que cambiar el sistema económico, que había que hacer reformas y abrirse. Pero también tienen muy claro que eso no sería posible mientras no hubiera un cambio en la situación geopolítica. Si no cesaba la amenaza nuclear estratégica contra ellos, no podían hacer la reforma económica. Y cómo conseguir que cambiase, pues con la bomba atómica como carta de negociación. Los líderes norcoreanos, los gobernantes asiáticos en general, suelen ser muy inteligentes. No son repúblicas bananeras, pueden ser tiranías tremendas, pero son gente que piensa las cosas. Han visto todo lo que ha ocurrido en Asia oriental, lo que ha pasado en China. Del mismo modo que los chinos vieron lo que pasaba en Hong Kong o Singapur; vieron cómo cambiaba la economía global y después de Mao hicieron lo que hicieron. Los norcoreanos no son diferentes en eso. Saben que deben cambiar y, de hecho, han llevado a cabo intentos, pero no pueden realizarlos mientras la situación geopolítica no cambie.
–Durante su estancia en China, escribió una crónica en la que afirmaba que era una ventaja para este país no tener democracia porque se libraba de las políticas cortoplacistas derivadas de las legislaturas de cuatro o cinco años.
–Aquí podríamos hablar de las ventajas de la dictadura, para formularlo en términos crudos. El concepto dictadura contiene realidades muy diversas y muchos matices. Hay dictaduras 100% nefastas, hay dictaduras que económicamente son eficaces y, muy pocas, políticamente menos impresentables. Hay muchos matices y en Occidente tendemos a obviarlos. En Medio Oriente el sistema iraní es superior considerablemente al catarí o el saudí. Hay mucha más libertad, mucho pluralismo, muchos más derechos para las mujeres, más respeto para las minorías, judíos incluidos. Pero esto lo desconoce el lector de diarios.
Por eso cuando hablamos de dictadura vale la pena enfocar de qué estamos hablando en un país concreto. Estoy de acuerdo en que la dictadura china, con todos sus inconvenientes –como la falta de pluralismo, que tiene repercusión en la corrupción, imposibilita el oxígeno a la sociedad civil, todo lo que ya sabemos–, tiene una cierta capacidad de programar y planificar. Con la crisis que estamos viviendo en Occidente, donde la política está siendo controlada por la economía, la financiera concretamente, en China la gran superioridad que tienen es que es la política la que sigue gobernando a la economía. Esto les da una capacidad de previsión y continuidad, en el sentido de que no tienen la esclavitud de las elecciones a cinco años vista.
–También China es un país rodeado por un inmenso cerco militar norteamericano.
–La relación de Estados Unidos con China es ambigua, ambivalente. Por un lado son socios económicos, cada vez más socios en el terreno internacional, porque no se pueden tomar muchas decisiones sin contar con China, y al mismo tiempo está el reflejo del imperio dominante, hegemónico, una de cuyas tareas principales es impedir que surjan competidores o potencias alternativas a su gobierno. Entre estos dos polos se mueve la política americana, por un lado coordina aspectos económicos, por otro está creando un cerco militar alrededor de China. Empezó con Bush, pero se ha recrudecido clarísimamente con Obama, que profundiza en la idea de que China está creciendo demasiado y hay que tener sus vías de comercio en un puño, y sus vías de aprovisionamiento energético lo más amarradas posible.
Ahí está la intervención en África que está creciendo. La crisis siria, la de Irán, que es el máximo suministrador de gas y crudo a China. Todo eso forma parte de la misma jugada. No digo que China justifique toda la política mundial, pero es inevitable relacionar todo lo que está ocurriendo en África con China. Su presencia allí es exitosa políticamente. En otros aspectos es restrictiva y agresiva con el medio ambiente, pero tremendamente benévola porque no exige condiciones a las dictaduras africanas, y también hace cierto trabajo o desarrollo positivo. Sobre todo su máxima bondad es que para los países africanos abre la posibilidad de vender sus minerales a unos o a otros. Antes tenían un solo comprador.
Este cerco militar es muy significativo. El conflicto de Corea del Norte está también dentro de este contexto. Y los conflictos con Japón, disputas territoriales en el Mar de China oriental, con Vietnam, con Filipinas. Todo esto sube de tono desde el momento en que está dentro de un corsé de alianzas militares americano.
–¿Cuál es la relación en China entre población y recursos?
–Es la proporción entre lo que ellos llaman mucha gente y poca tierra. China es un país superpoblado y tiene que dar de comer a mucha gente; un país que tiene recursos limitados y cuyo gran acierto ha sido regular la urbanización. No ha sido la barra libre por la que todos los excedentes del mundo agrario acudieran a las ciudades sin ton ni son. No ha sido como ocurriera en Nigeria o en India, o en Brasil, con los problemas de las megaurbes. China es el único país del mundo en desarrollo que no tiene los cinturones de miseria habituales en las ciudades de estos otros países. Ha sido así porque ha habido una regulación autoritaria del proceso de urbanización, que se basa en retener al campesino en la tierra. Con cupos. El resultado ha sido una organización general mucho más ordenada, compatible con un programa de construcción de viviendas y una situación en el campo mucho más desahogada que en India, por ejemplo.
Y la clave aquí es Mao. Su sistema de tenencia de tierra, que es colectivo, privado o una cosa mixta, en el que lo que está claro es que cada uno tiene el trozo de tierra que necesita para subsistir. Eso crea una retaguardia para todo ese proletariado nuevo que ha acudido a las ciudades, pues, en caso de crisis, gran parte de ellos tienen la posibilidad de volver al pueblo y no morirse de hambre. Yo creo que China, aunque suene muy fuerte, es de los países mejor gobernados del mundo. Si uno atiende a las enormes dificultades que tiene el gobierno de China, dificultades objetivas de recursos, de enorme población, desde ese punto de vista es un país bien gobernado, lo cual no quiere decir que no cometan errores.
–Usted afirma que la cultura de gobierno chino es la meritocracia.
–Son los rasgos generales, no es una receta para el éxito, pero evita muchos fracasos. Desde el año ’98, el de la crisis asiática, en Beijing se dice: “Cuidado, que dependemos demasiado de las exportaciones, hemos de ir a un desarrollo más diversificado, aprovechar nuestro mercado interior, si hay un enfriamiento global nos vamos a quedar con el culo al aire”. Desde entonces, buscan la cohesión social, lo que significa desarrollar el mercado interno: tener una población capaz de consumir, una población pobre no es capaz de consumir, ¿no?
–Pasemos a su corresponsalía en Moscú. Siempre habló maravillas de Mijaíl Gorbachov.
–Es inevitable hablar bien de él. Lo primero, porque fue el hombre que acabó con la guerra fría. Esto era una mala relación, un mal. Situaba el peligro de una confrontación nuclear, no digo que este peligro no exista hoy, que en algunos aspectos está hasta más descontrolado, pero aquello era realmente una gran amenaza. Basta recordar la crisis de los misiles de Cuba, que estuvimos a un tris de una conflagración suicida.
En Gorbachov, desde el punto de vista de la historia rusa, hay un aspecto fundamental. Recibió el poder absoluto, era secretario general del Partido Comunista, y fue el primer zar ruso que en lugar de acumular más poder, en buena lógica del poder moscovita, en la tradición milenaria moscovita, lo hizo al revés. Transfirió su poder a cámaras representativas. Eso supuso un cambio histórico en la lógica de poder rusa. Y supone un cambio de paradigma para la nación.
–La reforma de Boris Yeltsin le pareció desastrosa.
–La reforma rusa de Yeltsin fue un despropósito manifiesto que contaba con el consentimiento y el aplauso de toda la elite occidental. The Economist y el Financial Times estaban diciendo cada día qué bien lo estaba haciendo Rusia y qué mal lo estaba haciendo China. Cuando los resultados eran escandalosos por discrepantes. Fue una sucesión de despropósitos desde el principio, liberalizar los precios cuando ni siquiera Rusia tenía el control del Banco Central.
–¿Qué representa el gobierno de Vladimir Putin años después?
–Fue nombrado por Yeltsin. Era un agente del KGB, pero no de la inteligencia o del espionaje, sino un funcionario muy pedestre. Aunque era un hombre con cierto espíritu de cuerpo, con cierta rectitud y amoldado a los tiempos. Trabajaba para el alcalde de San Petesburgo, un neoliberal extremo, y Yeltsin se fijó en él en ese contexto. Por un lado, un guardia civil, por otro, el guardaespaldas de un neoliberal. Yeltsin era consciente de que tenía que haber hecho lo que hizo, destruir el viejo sistema, esa era su mentalidad, pero también era consciente de que había sido un desastre considerable y había que poner cierto orden. En esa reflexión Putin encajaba con las dos cosas.
“Lucha de clases y ensamble de iPhones”
En un tramo del reportaje, Rafael Poch habla sobre el modelo productivo del gigante asiático y sobre cómo su rol cada vez más preponderante en la economía global no evita la multiplicación de conflictos sociales a nivel doméstico.
-En su libro comenta que las leyes laborales son papel mojado por la pugna de las diferentes regiones por atraer inversión.
-Es uno de los muchos problemas que hay en China. Porque este país es un mundo, hay un gobierno central que más o menos gobierna, pero cuyos impulsos muchas veces se pierden en la enormidad del país, en sus múltiples gobiernos locales. Cada provincia es un Estado. Sichuan tiene más habitantes que Alemania, más de 80 millones.
-600 mil muertos al año por estrés o extenuación en las fábricas.
-China es la fábrica del mundo y hay mucha explotación. Es evidente. Así se construye el iPad y estas cosas. Exactamente lo mismo, o un poco peor, ocurre en Bangladesh, o en India o en todo el mundo en desarrollo. Lo que pasa es que otra vez no es noticia allá. En China sí, porque nuestra crítica a la explotación es muy selectiva y muy ideológica.
-Ellos dicen que lo que oprime, lo que aprieta al trabajador chino, son los precios a la baja de los clientes extranjeros.
-El capitalismo es explotador por definición, el chino también, no hay ninguna posibilidad de embellecerlo. Lo que pasa es que la manufactura china es muy subalterna, es decir, gran parte de lo que se produce en China son empresas occidentales establecidas allí. Creo que el 50 por ciento de la exportación china a Estados Unidos era de empresas estadounidenses que fabrican en China. Todo está muy interrelacionado. ¿Quién tira de las cuerdas de esa explotación? Creo que en primer lugar el capitalismo central y en segundo lugar el capitalismo periférico, donde está China.
-En su libro citas casos de huelgas que han llegado a buen fin, han mejorado las condiciones de los trabajadores. Pero, ¿qué proporción hay entre protestas con éxito y fracasos que se saldan con muertos y presos?
-Es difícil de valorar, hay muchas revueltas que terminan en injusticias y fracasos para la comunidad. Pero el hecho de que a los dirigentes de provincias o distritos no les convenga el disturbio, determina que ellos intenten que las revueltas no se produzcan y que traten de cortarlos antes de que se gesten. Existe la lucha de clases, los de arriba que están robando y los de abajo que son robados. El gobierno de no tiene pluralismo político, con realidades de espejismo muy crudas, y al mismo tiempo es un sistema abierto que se considera imperfecto.

fuente Miradas al Sur

domingo, 21 de abril de 2013

La patria es el otro

El miércoles 4 de abril de 2012 un evento climático desgració la vida del Conurbano oeste de la provincia de Buenos Aires. 

Se trató de un tornado cuya zona de desarrollo se extendió desde la localidad de La Reja hasta La Plata. El saldo sería la devastación. Ruptura de casas, casillas, vehículos, tendidos eléctricos, postes, árboles y más. Un día después, cientos de compañeros de distintas organizaciones y expresiones militantes nos íbamos organizando para coordinar esfuerzos en la limpieza y asistencia de las zonas más afectadas, entre las que se destacó el distrito de Moreno. La reconstrucción duró meses. Fue el nacimiento, en plena acción solidaria, del colectivo Unidos y Organizados.
Paradójicamente, casi un año después, martes 2 de abril de 2013, cuatrocientos milímetros de agua en pocas horas desataron una catástrofe en La Plata que tuvo como saldo principal la irreparable pérdida de más de cincuenta vidas. La ciudad destruida, familias quebradas por las pérdidas humanas, decenas de miles de ellas que vieron cómo el agua se llevaba sus esfuerzos de años, sus proyectos, sus sueños. Las marcas de una tragedia.
Llegó el día después, y con él, la indignación, la bronca, los enfrentamientos, los piquetes. Y entre eso una persona pública encaró, puso el pecho con la decisión de quien no acepta los dictados de los manuales del quehacer político correcto, lo hizo con la grandeza que puede tener una persona a quien la daña el dolor ajeno. Corrían las horas del mediodía del miércoles 3 de abril. Y bajó, en medio de montoneras de gente irritada y desesperada, contra todos los consejos de sus allegados. Era Ella, como luz que abre tinieblas y nos muestra con docencia de madre dónde debíamos estar todos nosotros. Unos pocos la insultaban, muchos la abrazaban sin poder creer que allí estaba, otros les preguntaban qué hacer. Ella sabía bien qué hacer, siempre supo qué hacer y cómo hacerlo. Y los organizó… Y nos organizó.
Comenzó el trabajo en toda La Plata, coordinado desde la Facultad de Periodismo. El trabajo realizado fue arduo, constante, muy ordenado y lleno de empuje. Decenas de miles de militantes de todo el país pasaron en algún momento por algún barrio de La Plata a extender su mano solidaria. Si hay alguna cosa de rigor que uno debe destacar es la responsabilidad y la disciplina de los que coordinaron las acciones. Los que más poder de decisión y responsabilidades tenían fueron también los que menos durmieron y los que más trabajaron. 
La solidaridad del pueblo argentino fue clave, también lo fue la presencia del Estado nacional que puso todas las áreas de todos sus ministerios a trabajar coordinadamente para los platenses. La combinación de donaciones de los argentinos (particulares, comerciantes y empresarios), apoyo institucional y coordinación desde Unidos y Organizados, con apoyo del Ejercito Nacional, fueron las postas del despliegue Nacional y Popular que solucionaron con hechos concretos las demandas de más de cien mil personas. Se limpió toda la ciudad (arroyos, calles, zanjas y casas) y se desinfectaron los focos infecciosos. Postas de salud, Anses, Pami y DNI fueron descentralizadas por todos los barrios para atender los problemas y facilitar el acceso de los vecinos a los programas y beneficios anunciados por la presidenta. Pasamos de la urgencia y la tragedia de los primeros doce días, a la reconstrucción a través de los COL (Centros de Organización Local) que funcionarán en cada una de las localidades resolviendo las temáticas puntuales de los vecinos, con recursos propios de la Nación y que perdurarán a lo largo de este año y tal vez más.
Provocaron sorpresa muchas notorias ausencias y algunos precarios esfuerzos concretos en el terreno afectado de parte de aparatos institucionales y políticos con capacidad de reacción. Más allá de las declaraciones rimbombantes en las redes sociales y los relatos de deseos en los oligopolios mediáticos, creo que los argentinos y sobre todo los platenses esperaban más de algunos sectores.
La solidaridad fue la fuerza motora que nos impulsó hacia la concreción de los objetivos de Unidos y Organizados en La Plata. Son jornadas como estas las que solidifican los vínculos y donde se forjan lazos que permiten que nos conozcamos y que compartamos más con compañeros de otras organizaciones. No debe ser la teoría, sino la acción y las decisiones, el campo en el que se consolide nuestro espacio político. La posibilidad de transformación de la realidad es hoy un poco más palpable. El saldo organizativo es inmejorable. La moral está muy alta. Muchos comprendimos a la jefa estratégica del Movimiento Nacional en aquel histórico acto de Vélez del 27 de abril de 2012. Espero que todos estemos en sintonía con lo que nos demanda la hora.
Las jornadas "La Patria es el Otro" alcanzaron una dimensión extraordinaria gracias al despliegue militante, la coordinación de todas las fuerzas y el factor más importante: la puesta en vanguardia de Cristina al frente de las operaciones (como Perón y Evita en San Juan luego del devastador terremoto). Despierta orgullo saberse acreedor de una filosofía de vida que recoge lo mejor de las tradiciones de nuestro pueblo. Como joven, creo que la recuperación de la política y de la historia es el mayor logro de nuestra generación. Y esto sucedió gracias al coraje y la inteligencia de esos dos patriotas a los que todos los argentinos les debemos demasiado. 
El pueblo platense sufría y nosotros, como peronistas y militantes, estuvimos a la altura. Cumplimos… Lo demás no importa nada. 

El miércoles 4 de abril de 2012 un evento climático desgració la vida del Conurbano oeste de la provincia de Buenos Aires. 

Se trató de un tornado cuya zona de desarrollo se extendió desde la localidad de La Reja hasta La Plata. El saldo sería la devastación. Ruptura de casas, casillas, vehículos, tendidos eléctricos, postes, árboles y más. Un día después, cientos de compañeros de distintas organizaciones y expresiones militantes nos íbamos organizando para coordinar esfuerzos en la limpieza y asistencia de las zonas más afectadas, entre las que se destacó el distrito de Moreno. La reconstrucción duró meses. Fue el nacimiento, en plena acción solidaria, del colectivo Unidos y Organizados.
Paradójicamente, casi un año después, martes 2 de abril de 2013, cuatrocientos milímetros de agua en pocas horas desataron una catástrofe en La Plata que tuvo como saldo principal la irreparable pérdida de más de cincuenta vidas. La ciudad destruida, familias quebradas por las pérdidas humanas, decenas de miles de ellas que vieron cómo el agua se llevaba sus esfuerzos de años, sus proyectos, sus sueños. Las marcas de una tragedia.
Llegó el día después, y con él, la indignación, la bronca, los enfrentamientos, los piquetes. Y entre eso una persona pública encaró, puso el pecho con la decisión de quien no acepta los dictados de los manuales del quehacer político correcto, lo hizo con la grandeza que puede tener una persona a quien la daña el dolor ajeno. Corrían las horas del mediodía del miércoles 3 de abril. Y bajó, en medio de montoneras de gente irritada y desesperada, contra todos los consejos de sus allegados. Era Ella, como luz que abre tinieblas y nos muestra con docencia de madre dónde debíamos estar todos nosotros. Unos pocos la insultaban, muchos la abrazaban sin poder creer que allí estaba, otros les preguntaban qué hacer. Ella sabía bien qué hacer, siempre supo qué hacer y cómo hacerlo. Y los organizó… Y nos organizó.
Comenzó el trabajo en toda La Plata, coordinado desde la Facultad de Periodismo. El trabajo realizado fue arduo, constante, muy ordenado y lleno de empuje. Decenas de miles de militantes de todo el país pasaron en algún momento por algún barrio de La Plata a extender su mano solidaria. Si hay alguna cosa de rigor que uno debe destacar es la responsabilidad y la disciplina de los que coordinaron las acciones. Los que más poder de decisión y responsabilidades tenían fueron también los que menos durmieron y los que más trabajaron. 
La solidaridad del pueblo argentino fue clave, también lo fue la presencia del Estado nacional que puso todas las áreas de todos sus ministerios a trabajar coordinadamente para los platenses. La combinación de donaciones de los argentinos (particulares, comerciantes y empresarios), apoyo institucional y coordinación desde Unidos y Organizados, con apoyo del Ejercito Nacional, fueron las postas del despliegue Nacional y Popular que solucionaron con hechos concretos las demandas de más de cien mil personas. Se limpió toda la ciudad (arroyos, calles, zanjas y casas) y se desinfectaron los focos infecciosos. Postas de salud, Anses, Pami y DNI fueron descentralizadas por todos los barrios para atender los problemas y facilitar el acceso de los vecinos a los programas y beneficios anunciados por la presidenta. Pasamos de la urgencia y la tragedia de los primeros doce días, a la reconstrucción a través de los COL (Centros de Organización Local) que funcionarán en cada una de las localidades resolviendo las temáticas puntuales de los vecinos, con recursos propios de la Nación y que perdurarán a lo largo de este año y tal vez más.
Provocaron sorpresa muchas notorias ausencias y algunos precarios esfuerzos concretos en el terreno afectado de parte de aparatos institucionales y políticos con capacidad de reacción. Más allá de las declaraciones rimbombantes en las redes sociales y los relatos de deseos en los oligopolios mediáticos, creo que los argentinos y sobre todo los platenses esperaban más de algunos sectores.
La solidaridad fue la fuerza motora que nos impulsó hacia la concreción de los objetivos de Unidos y Organizados en La Plata. Son jornadas como estas las que solidifican los vínculos y donde se forjan lazos que permiten que nos conozcamos y que compartamos más con compañeros de otras organizaciones. No debe ser la teoría, sino la acción y las decisiones, el campo en el que se consolide nuestro espacio político. La posibilidad de transformación de la realidad es hoy un poco más palpable. El saldo organizativo es inmejorable. La moral está muy alta. Muchos comprendimos a la jefa estratégica del Movimiento Nacional en aquel histórico acto de Vélez del 27 de abril de 2012. Espero que todos estemos en sintonía con lo que nos demanda la hora.
Las jornadas "La Patria es el Otro" alcanzaron una dimensión extraordinaria gracias al despliegue militante, la coordinación de todas las fuerzas y el factor más importante: la puesta en vanguardia de Cristina al frente de las operaciones (como Perón y Evita en San Juan luego del devastador terremoto). Despierta orgullo saberse acreedor de una filosofía de vida que recoge lo mejor de las tradiciones de nuestro pueblo. Como joven, creo que la recuperación de la política y de la historia es el mayor logro de nuestra generación. Y esto sucedió gracias al coraje y la inteligencia de esos dos patriotas a los que todos los argentinos les debemos demasiado. 
El pueblo platense sufría y nosotros, como peronistas y militantes, estuvimos a la altura. Cumplimos… Lo demás no importa nada. 
 

viernes, 19 de abril de 2013

siempre la quise a Cristina, o la Presi en tuits...


La Presidenta de la Nación, a través de su cuenta en twitter, se refirió a la situación en Venezuela, su encuentro con Mujica y el recuerdo de Hugo Chávez.
http://www.cadena3.com/admin/playerswf/fotos/ARCHI_179531.jpg
Mujica

“Aeroparque. Tango 01. Me está esperando Pepe para viajar a Lima. ¿Qué Pepe? Mujica, el Presidente de Uruguay. Sí, soy medio terca, y además estoy vieja. Pero después de todo…es una suerte poder llegar a viejo,¿no? Sobre todo si tu vida sirvió para hacer cosas que tu Patria necesitaba. Tranqui. Está todo bien”.

Nuevo Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires

“Hoy lo conocí al nuevo Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Mario Poli. Me visitó en la Casa Rosada. Cuando lo felicité por su designación, lo invité a conocer la Capilla de Gobierno donde hace años colocamos un retrato de Monseñor Angelelli. Había leído en una entrevista que le hizo La Nación con motivo de su nombramiento donde hablaba de su admiración por el obispo de los pobres. Y le pedí que si podía venir, lo bendijera. Recordó las palabras del mártir de La Rioja asesinado por la dictadura: “Con un oído en el evangelio y el otro en el pueblo”. Se acercó y tocó el retrato. Me encantó el gesto.

El secretario gral de SMATA, Pignanelli me obsequió una fotografía del Papa Francisco con un marco impresionante que lleva el escudo papal. Lo hice colocar en la capilla. Quedaba una sola pared libre, allí está. También lo bendijo

Le gustó mucho el Patio de Malvinas. Casa Rosada está preciosa (eso lo digo yo). Recorrió la Galería de los Patriotas, se detuvo en el retrato del cardenal Arnulfo Romero, asesinado x la derecha salvadoreña. Otro mártir. También se detuvo a admirar los frescos que hemos descubierto bajo 7 cms de pintura en el Patio de las Palmeras. Creemos que datan del Siglo XIX. Se sorprendió. Lo despedí en la puerta. Agradeciendo visita y bendición y deseando suerte para su misión”.

Maduro Presidente

“Falta poco para llegar a Lima a reunión de apoyo de Unasur a Venezuela. Ayer fue una mañana a puro teléfono, con Dilma, Juan Manuel, Sebastián, Nicolás, Ollanta y hoy a las 21 nos reuniremos en Lima. Después partimos a Caracas, llegaremos a la madrugada. Mañana asume Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.  Unasur debe seguir siendo un muro infranqueable a cualquier aventura antidemocrática y golpista. Unasur de pie y a full. Como siempre. No se puede aceptar el desconocimiento a la voluntad popular y a las instituciones de la democracia. Provenga de donde provenga y apoye quien la apoye. Se entiende, ¿no?

Venezuela puede contar con Argentina. De la misma manera que otros países fueron apoyados y ayudados en situaciones difíciles. Recuerdo Ecuador-Colombia, Evo en Bolivia, Correa y su virtual secuestro, Colombia-Venezuela, Néstor, Hugo y Juan Manuel en Sta Marta. Todos los que necesiten la mano solidaria y el corazón, allí estará Unasur y cada uno de sus presidentes, sin condicionamientos. Hoy es Nicolás Maduro, Presidente electo de Venezuela en jornada cívica ejemplar, democracia para todos… y todas.

Hugo Chávez

Mañana a Caracas, sin Hugo. Va a ser fuerte y extraño al mismo tiempo. Sus funerales fueron tan impresionantes que estaba como aturdida. El sábado por la mañana voy a ir al Cuartel de la Montaña, donde descansa. Quiero estar un poco más sola, sin tanta gente, ni tanto ruido. ¿Por qué será que los que viven con demasiada intensidad nos abandonan demasiado pronto? ¿En algún momento habrán pensado o sentido que era necesario apurarse tanto, porque el tiempo no alcanzaba para lo que querían hacer? Seres únicos, entrañables y extraños a la vez. Irrepetibles. Sus ausencias se sienten más que sus pasadas presencias.

fuente: LPU

otro logro K...

Un escenario vacío


 Por Luis Bruschtein
En un año electoral, la derivación de estos cacerolazos tiene un sentido bastante claro, mayoritariamente hacia el centroderecha, pero como expresión política mantiene el déficit inicial de no poder manifestarse en forma propositiva y se sostiene todavía como un reflejo por la contraria a lo que haga el gobierno nacional. La convocatoria por una Justicia independiente no alcanza para identificar a esa masa que en su mayoría desconoce el contenido de los proyectos de reforma judicial. Si hay que definirla de alguna manera, más que una marcha por la Justicia independiente se trató de una marcha opositora. Cualquier cosa que haga el Gobierno identificará por la contraria a esos manifestantes.
Es el tercer acto de este tipo, callejero, opositor y expresamente definido como ajeno a las políticas partidarias y con un fuerte sesgo del mensaje granmediático. Ya forman parte del escenario político. Juegan un papel que cada partido de la oposición intenta capitalizar. Son actos que tienen un epicentro porteño donde el centroderecha de Mauricio Macri tiene preeminencia electoral. Y su composición proviene fundamentalmente de un amplio sector de la clase media y alta de los barrios del norte de la ciudad. En el sur más populoso, el cacerolazo ni se sintió. Sin embargo, el centroizquierda opositor, tanto Hermes Binner como Pino Solanas, también tratan de aprovechar. Los dos dirigentes del centroizquierda tratan de ver en estos actos ingredientes cívicos y progresistas que todavía distan de ser cualidades distintivas de los cacerolazos. No porque nunca podrán serlo, sino porque por ahora pesa más la antipolítica y la intolerancia, dos cualidades que obstaculizan el civismo y el progresismo.
Cada uno de los cacerolazos fue menos espontáneo. Poco a poco, los referentes políticos de la oposición se fueron animando a participar. Ayer estuvieron todos. La convocatoria también proviene cada vez menos de las redes sociales. Los grandes medios y los mismos partidos de oposición la vienen convocando con gran despliegue desde hace varios días. La antipolítica ha sido el factor más regresivo de estas marchas, por lo que todos estos elementos que acercan estas convocatorias a la política constituyen un avance, aun cuando en esta oportunidad la respuesta fue notoriamente menor a la anterior.
Desde la mañana, frente a la Catedral, había un escenario montado, plantado allí como un desafío ciudadano a la movilización que se anunciaba. El desafío, si se quiere simbólico, estaba en que alguien pudiera ocupar ese escenario, en que pudiera surgir una voz que expresara al conjunto para pasar a un debate político de otro nivel. Pero el escenario se mantuvo vacío durante toda la marcha opositora. Pese a todos los referentes políticos que marcharon, desde Pino Solanas hasta el Momo Venegas, pasando por Raúl Castells y Eduardo Amadeo, Elisa Carrió y Ricardo Alfonsín, el escenario se mantuvo vacío. Ese vacío representó las limitaciones de una dirigencia política que abusó de un discurso antipolítico y también de ese sector social que fue el que más lo incorporó.
Los sectores populares, en cambio, tienen una tradición política más compleja porque están acostumbrados a intermediar sus reclamos a través de la organización, ya sea de los gremios, los movimientos sociales o las sociedades de fomento. En general, la cultura política de un amplio sector de las capas medias y altas porteñas actúa en forma más primaria. En parte porque ese sector ha sido llevado a creer solamente en el discurso granmediático y detesta cualquier otra forma de organización o expresión colectiva.
Ese discurso mediático es autorreferencial y excluyente porque para venderse necesita transmitir que es el único posible. Le quita a la reflexión la posibilidad de coexistir con otra al mismo tiempo. El otro no es alguien que piensa distinto sino que es un chorro, un vago, un ignorante o un déspota, alguien que no merece consideración. En la conformación de esa cultura chata de rechazo a lo colectivo, de baja intensidad democrática, sin matices que la enriquezcan, el único que habría podido subirse a ese escenario vacío frente a la Catedral para dirigirse a los manifestantes, y ser aceptado por éstos, hubiera sido Jorge Lanata, porque ése es su lenguaje y los representa en su máxima expresión, más que los políticos que marcharon. Mientras no haya un político que pueda ocupar ese escenario simbólico para hablar en representación de ese colectivo, estos cacerolazos son actos políticos, pero que se expresan más con un lenguaje mediático amarillista tan sólo insultante, que no explica ni propone.
Desde esa soberbia autorreferencial se suele concebir a los sectores populares como ignorantes que solamente se movilizan por la gorra y un choripán y que sólo participan en política por cuestiones punteriles y de caudillismos. Hay una base de esa cultura en la experiencia histórica que proviene de las viejas izquierdas del siglo pasado y, por supuesto, del peronismo. Ese acervo histórico debilitado y hasta enviciado, se fue renovando en los años ’90 con nuevos entramados de organización y relacionamiento y sobre todo a partir del 19 y 20 de diciembre del 2001 hasta la actualidad. Tiene una nueva complejidad que ha podido a lo largo de los años recuperar el diálogo y la expresión política como un aspecto de lo necesario. Resulta interesante comparar las formas de expresión política más limitada de un cacerolero porteño de clase media y alta con el discurso más elaborado de otro manifestante de algún movimiento social. Las cosas fueron cambiando. Mientras el piquetero crecía a partir de su propia experiencia, de su participación en un colectivo que lo enriquecía, un amplio sector de la clase media era colonizado por la cultura mediática fast food o de pensamiento chatarra.
De todos modos, la participación de referentes políticos en la marcha opositora de ayer constituyó un avance en relación con la antipolítica y la tensión violenta, muy agresiva, de los cacerolazos anteriores. La intolerancia sigue marcando estas marchas, que no pueden romper esas contradicciones primarias. Por un lado se expresan en política, pero son antipolíticas. Y además, una marcha en defensa de la democracia o de la república –como ellos quieren plantear– tendría que ser la más tolerante y abierta. Esa es otra diferencia con las marchas de los movimientos sociales, donde fue desplazada esa tensión agresiva de los primeros años. En la marcha del 24 de marzo pasado, bastante más importante cuantitativa y cualitativamente que la de ayer, casi ningún movimiento avanzó con los palos y las caras tapadas que los caracterizaron al principio.
De hecho, la participación en estos cacerolazos puede constituir una forma de educación política como lo fue para los sectores más humildes. Puede ser una forma de maduración si logran romper la dependencia con el formato del simplismo mediático que empobrece la expresión política. De lo contrario, nunca podrán sobrepasar el nivel de discusión de tachero de radio prendida que está absolutamente convencido de que sabe todo. Cuando el escenario que ayer se veía ostensiblemente vacío pueda ser ocupado, y el grupo social que se manifiesta pueda aceptar una voz que lo represente, los cacerolazos habrán dado un salto cualitativo hacia un debate político de mejor nivel.

Fuente: Página 12

viernes, 12 de abril de 2013

¡AL FIN!





por el padre Eduardo de la Serna.
Me parece muy bien lo que dice la mesa de enlace… que debe desaparecer el gobierno. Como desapareció Chávez. Afortunadamente. O como desapareció una Abuela de la Plaza en la inundación. Porque no hay que olvidar que este gobierno es como el golpe del76, con esto de que la justicia no sea como es (lenta, paquidérmica, cautelosa), según un oráculo habitualmente infalible. Es evidente que estaríamos mucho mejor si estuviera al frente del Estado el siempre activo Macri, que hasta podría acompañarse del hiperquinético Bruera (al menos las relaciones con Brasil serían inmejorables)… Pero Binner el domingo votará a Capriles y todo cambiará, Solanas mantendrá su alianza con Carrio, Donda con Prat Gay, y la Biblia con el calefón. Mientras tanto, la Cámara clarinesca fallará con su habitual nota de justicia en la ley de medios (que no se llama así porque “medios” quieren tener el todo, como los mal pensados afirman), los radicales, con su proverbial decisión y coraje pensarán un poco más lo que deben decir, y las cosas empezarán a funcionar mejor en este año electoral. ¡Al fin la oposición encontró el rumbo! Porque este autoritarismo ya era intolerable. Con su acostumbrada sapiencia, el niño Maurizio reconoció que gracias a la marcha de septiembre Francisco fue elegido papa, y éste le va a hablar a Dios de tú a tú sobre Lorenzetti porque a lo mejor el Altísimo está distraído y no sabe quién es nada menos que el presidente de la Corte de Justicia. Sería bueno empezar a delinear algunas ideas porque en un abrir y cerrar de ojos llegan las PASO de agosto y si nos descuidamos algunos ni con milagro llegan al 1,5%. Pata Medina a la Secretaría de Derechos Humanos, no sería mala idea; Miguel del Sel al ministerio de Educación, Magnetto a la Corte Suprema a fin de evitar más vueltas, Carrio a la secretaría de relaciones intergalácticas, del ministerio de Relaciones Exteriores a cargo de Binner, con lo que las relaciones con Venezuela serían impecables. Obviamente la mesa de Enlace estará a cargo del Ministerio de Agricultura, lo cual creará ciertos problemas por algunos tractorazos sorpresivos que La Nación disimulará. El ministerio de Ciencia puede quedar vacante, total allí deberían lavar los platos, como dijo el otrora todopoderoso; Ricardito se ocupará del Archivo General de la Nación y Donda de la secretaría de Turismo (aunque quizás este cargo deba discutirse un poco más ya que pareciera ser reclamado por varios, Rodríguez Larreta entre otros). Durán Barba quedará a cargo del diseño de las nuevas pecheras, limpitas, claro, y Scioli reafirmará una vez más su lealtad, mientras Sergio Massa sonreirá ante las cámaras, las de la TV y las de Tigre, mientras habla mal de todos en “la” Embajada. Menos mal que algunos se han puesto las pilas y con clara vocación democrática muestran la hilacha de su vocación de gobierno. Gobierno que goza del consenso de las amplias mayorías, por cierto. Menos mal, porque esta dictadura de los votos ya era insostenible.

fuente: http://comandoamelia.blogspot.com.ar/2013/04/al-fin-por-el-padre-eduardo-de-la-serna.html

LA DEFENSA DEL PROYECTO NACIONAL Y POPULAR

por Enrique Mario Martinez 

 Poca duda cabe a los interesados en la política y la equidad social que nuestras debilidades son primero estructurales y luego de gestión.
Esto es: No estamos ante un escenario donde oscilamos alrededor del óptimo y mejoramos, o la inversa, exclusivamente en función de la calidad y honestidad de los funcionarios.

Hay obstáculos fuertes, que vienen de nuestra historia como Nación y de la forma en que están articuladas las relaciones de poder económico y político a escala del planeta. Nuestra claridad para caracterizar estas dificultades y a qué nos obligan es variable y allí aparecen los matices de la acción política, pero me permito señalar que se puede trazar una raya, dejando fuera a quienes crean que esos problemas no existen.
En tal marco, aparece una pregunta-duda casi permanente: ¿cómo se defiende mejor un proyecto nacional y popular?
Las variantes centrales son dos, aunque es claro que puede recorrerse combinaciones de ellas:
1. Poniendo el énfasis en las debilidades, para caracterizar mejor los adversarios y nuestros posibles errores, así como fortalecer la propuesta.
2. Entregando nuestra confianza plena ya no a las intenciones, sino también a la lucidez absoluta de la conducción política, de modo tal de concentrarnos en reforzar cada iniciativa que de allí provenga.
Estas opciones son tradicionales en la política criolla. Sin embargo, en cada tiempo histórico se ponen en tensión diferente, según la impronta que marca el primer nivel de conducción política. Fue muy distinta, por caso, la situación con Juan Perón en el gobierno antes de 1955 o con Juan Perón exilado. El primer Perón controlaba cada detalle y la militancia buscaba reforzar; el segundo Perón daba líneas estratégicas y aquí el debate era amplísimo.
En la actualidad se produce una situación nueva, con algunos matices curiosos. Todos sabemos que estamos en mitad del río, pero hay cierta tendencia, que cree apoyarse en los reflejos más notorios de la Presidenta, a considerar que si discutimos los riesgos de no llegar a la otra orilla o de que la corriente nos vuelva hacia atrás, estamos debilitando el proyecto.
Es enteramente razonable que aparezca ese reflejo. Hasta es legítimo.
El problema es que, como en tantas otras situaciones, no llegamos a tener clara la cadena de inferencias que tiene esa actitud.
Si reprimimos las miradas de análisis y de posibles cuestionamientos, si la adhesión debe ser lo único explícito, más allá que esté implícita por definición, se favorece las conductas políticas en que la adhesión personalista es lo dominante excluyente, al punto que resulta imposible entender en esos personajes sus pensamientos más íntimos, su mirada más profunda, que todos tenemos.
Cuando para ser reconocido y promovido un actor político cree que su discurso debe comenzar con “como dijo la Presidenta” y cuando esa lógica se disemina por los activistas políticos y por los medios de comunicación, se construye un escenario peligroso, donde por empezar se pasa a desconfiar de la lealtad y convicción popular de quien no se exprese en esos términos.
Me apresuro a negar la validez del argumento que sostiene que analizar las debilidades favorece a los adversarios internos y externos. Eso se ha manifestado otras veces en la historia y lo que ha conseguido es debilitar la fortaleza ideológica de los proyectos populares, por desaparición de los debates.
En estos días ese error está llegando hasta los detalles banales y menores, al cuestionar un periodista por una pregunta a un diputado nacional; u omitir por completo la difusión de la asistencia a los inundados de La Plata organizada por el Gobierno provincial, como si la única ayuda hubiera provenido de militantes. Pero no son las anécdotas las que originan este comentario. Es la necesidad de reflexionar, y mucho, sobre el hecho que falta recorrer un largo camino aún y que los enemigos no son los que dicen eso, sino justamente quienes quieren volver hacia atrás.

fuente: Propuestas Viables

Así en la tierra como en el cielo

Por José Natanson

unque en su uso convencional suele equipararse a la habilidad de seducir o fascinar, la acepción más adecuada de carisma es aquella que, siguiendo los clásicos estudios de Max Weber, lo define como un vínculo de dominación basado en la creencia de que el líder posee ciertas características extraordinarias, extracotidianas y no asequibles a cualquier otra persona (1). Como suele explicar Eduardo Fidanza, el profesor argentino que mejor ha leído al gran sociólogo alemán, el carisma no es tanto un rasgo del líder como un reconocimiento de la masa, que le atribuye a su jefe la capacidad de hacer cosas fuera de lo común. El carisma es resultadista: se verifica en los hechos, sean éstos la multiplicación de peces y panes, la batalla de Austerlitz o la recuperación del crecimiento económico.

Por sus propias características, el carisma muere cuando muere el líder, o cuando éste pierde los atributos que supuestamente tenía, o cuando la masa así lo cree. Para evitarlo, para hacer perdurar un tipo de liderazgo que no se hereda ni se transmite, la solución histórica ha consistido en crear alguna forma de organización, que por más imperfecta que sea es también, en palabras de Perón, la única capaz de derrotar al tiempo. La organización permite extender un poder que entonces se sostiene, objetivado, en una institución, a menudo compuesta por un conjunto de reglas, un cuadro administrativo y una cierta tradición, y cuyo modelo más pulido y perdurable es, desde luego, la Iglesia Católica, heredera directa del carisma de Cristo.

Adivinos romanos

Las democracias modernas no gozan de las ventajas de la Iglesia, que eligió a un monarca plenipotenciario responsable de gobernar sobre 1200 millones de almas en un cónclave de apenas 115 personas, todos varones, ancianos y conservadores, tras una ronda de reuniones tan tormentosas como opacas y sobre las cuales no se ofreció ninguna explicación, pues nadie comunica los motivos por los que se optó por un candidato en lugar de otro. Bajo los imperativos mucho más exigentes de las democracias representativas, las sucesiones quedan sometidas a un complejo juego de actores, que incluye al líder saliente pero también a su partido, la oposición, poderes extra-institucionales como los medios de comunicación y por supuesto la sociedad, que es la que en definitiva tiene la última palabra.

Y esto vale incluso para Venezuela. Hugo Chávez, el más carismático de los líderes de la nueva izquierda latinoamericana, designó un sucesor en vida, aunque el elegido, su vicepresidente Nicolás Maduro, aún deba pasar por el test de las urnas. Al hacerlo, Chávez actuó al revés que Perón, que a los 78 años, consciente de que el final se acercaba y en medio de una guerra civil peronista que desangraba al país, eligió una frase tan bella como vacía: “Mi único heredero es el pueblo”, dijo Perón, por motivos sobre los que es difícil especular ahora pero entre los cuales no convendría excluir un mix contradictorio de omnipotencia senil y cobardía. Los resultados son conocidos.

Chávez, decíamos, hizo exactamente lo contrario: señaló a Maduro, y con ello demostró sabiduría para anticipar el final pese al dolor inevitable que implica, a la vez que ofrecía una señal de futuro optando por la mejor alternativa posible. Tan persuasivo como Perón pero dotado de una sensibilidad de la que el general siempre careció, Chávez recurrió a una imagen igual de expresiva –“Mi opinión es clara como la luna llena”– y confirmó de paso que la belleza del discurso no es incompatible con la responsabilidad de la decisión política.

Menos mágica que la vaticana y menos trágica que la chavista, la sucesión cristinista también tiene su gracia. Si se mira bien, casi todos los temas que están en el centro del debate político se encuentran condicionados de un modo u otro por esta cuestión, desde la gestión del subte hasta el salario de los docentes bonaerenses. Privada por el momento de aspirar a un tercer mandato, la presidenta deberá, tarde o temprano, definir un sucesor, y en este sentido la experiencia reciente de otros presidentes del giro a la izquierda latinoamericano tal vez resulte útil: en Chile, Ricardo Lagos potenció la ascendente popularidad de Michelle Bachelet designándola primero como ministra de Salud y luego de Defensa, para finalmente impulsarla a la Presidencia. En Brasil, Lula empujó a una mujer competente pero desconocida, Dilma Rousseff, que se había desempeñado exitosamente al frente de Petrobras, ubicándola como jefa de la Casa Civil, equivalente a la Jefatura de Gabinete argentina. En ambos casos, líderes weberianamente carismáticos –Lagos, primer presidente socialista desde Allende; Lula, primer presidente obrero y de izquierda– apostaron a candidatas nóveles, y ganaron. ¿Podrá imitarlos Cristina? Tal vez sí, aunque hay que señalar dos diferencias: la primera es que el PT brasileño y la Concertación chilena son organizaciones mucho más estructuradas y disciplinadas que el gelatinoso peronismo argentino. La segunda es que el hecho de que Bachelet y Dilma fueran mujeres implicó en su momento un acontecimiento importante para sus países, que obviamente no es posible imitar en Argentina, donde el género no constituye ya una carta novedosa.

Esto no significa, por supuesto, que el kirchnerismo no pueda construir un candidato propio capaz de disputar con éxito las presidenciales del 2015. Un gobierno que pese a todo sigue garantizando la estabilidad económica, que puede exhibir indicadores sociales favorables y que mantiene un control férreo de la estructura del Estado siempre tiene chances. Si la política es entre otras cosas un sistema de signos, y a riesgo de caer en el juego de los adivinos romanos que creían vislumbrar el porvernir en el vuelo de los pájaros o las vísceras de las ovejas, podríamos decir que el futuro político del kirchnerismo parece –sólo parece– orientarse en torno a dos grandes líneas: la apuesta a la juventud, evidenciada en la designación de jóvenes militantes de La Cámpora en posiciones importantes de poder y en la elección –a todas luces fallida– de Amado Boudou como vicepresidente; y la sabbatellización desperonizante reflejada en la creación de Unidos y Organizados y en el ascenso de figuras no provenientes de la estructura del PJ: el tardo-frepasismo como etapa superior del cristinismo. Quizás este tipo de orientaciones implícitas sean las pistas más firmes sobre los planes de la Presidenta.

Guerra Fría

Intentemos, en el final, vincular los dos ejes de esta nota: la sucesión papal y la presidencial latinoamericana, en el contexto del giro a la izquierda en la región.

Un buen punto de partida es la hipótesis, muy difundida en medios progresistas tras la designación de Bergoglio, de que el nuevo Papa podría desempeñar un rol equivalente al que en su momento jugó Wojtyła contra el comunismo, esta vez contra los gobiernos de izquierda. La idea merece una puesta en cuestión, en primer lugar por el detalle histórico de que el campo soviético se derrumbó menos como consecuencia de una conspiración vaticano-norteamericana que como resultado de sus propias inconsistencias. Si Juan Pablo II y aun Ronald Reagan cumplieron un rol, fue más el de zarandear un edificio que ya exhibía grietas por todas partes que el de demolerlo con una grúa. Pero además se trata de otras coordenadas de tiempo y espacio: los gobiernos actuales no tributan al materialismo dialéctico sino que están liderados por dirigentes que son muchas veces creyentes, incluso muy creyentes: es el caso de Chávez, que se declaraba admirador de Cristo, al que –en una de esas interpretaciones tan propias de él– definía como el “primer comunista”; es también el caso de Correa, formado en colegios y universidades salesianas; el de Lula, cuyo partido fue fundado por sindicalistas y cristianos de base, y el de Cristina.

Al mismo tiempo, la Iglesia venezolana apoyó el golpe de Estado contra Chávez del 2002, la Iglesia brasileña intervino contra la candidatura de Dilma por sus declaraciones favorables al aborto y el matrimonio gay (lo que obligó a la entonces postulante del PT a un inexplicado giro en su posición) y la Iglesia argentina no dudó en enfrentarse al kirchnerismo en pleno conflicto del campo. Las paradojas y contradicciones abundan: en Uruguay, el país latinoamericano en el que la separación Iglesia-Estado llegó más lejos, el Frente Amplio aprobó una ley de despenalización del aborto… vetada por Tabaré Vázquez (en cambio su sucesor, Pepe Mujica, no asistió a la asunción de Francisco porque, dijo, el suyo es un país laico).

Bolivia, por su parte, es un caso especial, porque la recuperación de las tradiciones indígenas que está en el centro simbólico del programa de Evo Morales implica una vuelta a los cultos precolombinos, es decir precristianos, que es leída como un desafío por la cúpula de la Iglesia (al mismo tiempo, la evocación enlaza con algunos tópicos de la globalización: hay por ejemplo una línea directa entre pachamamismo y ecologismo).

Pero no perdamos de vista la mirada general. A juzgar por sus primeros gestos, Francisco se propone un plan de reforma de la Iglesia en vistas a un reacercamiento a la sociedad, en particular a los sectores más castigados (la vieja ironía sobre la Teología de la Liberación dice: “Cuando la Iglesia optó por los pobres, los pobres ya habían optado por los evangélicos”). Si es así, entonces quizás pueda darse una feliz coincidencia entre las políticas de inclusión social de la izquierda latinoamericana y el nuevo Papa, aunque también es necesario reconocer que estos programas no son resultado de la gracia divina sino de una decisión política que muchas veces implica afectar factores de poder, por ejemplo cobrando retenciones o nacionalizando el petróleo y el gas, y entonces habrá que ver cómo reacciona la Iglesia.

Pero el punto no es éste, pues todo indica que en lo que la elección del primer Papa latinoamericano y su consiguiente influencia en la región resultará más dañina será en la profundización de las conquistas –tímidas pero reales– registradas en los últimos años en materia de derechos civiles: me refiero a la unión civil entre personas del mismo sexo aprobada en Brasil, Ecuador y Uruguay, a los avances, a veces por fallos judiciales y otras por nuevas legislaciones, en la reglamentación de la interrupción legal del embarazo en Argentina, Uruguay, Venezuela y Bolivia, y en las políticas de educación sexual y salud reproductiva implementadas en toda la región. Más o menos importantes, estas conquistas aluden a un aspecto de los gobiernos de izquierda que a menudo se soslaya: su costado no populista y su conexión con la tradición liberal (hay por ejemplo una continuidad histórica entre las leyes de patria potestad y divorcio sancionadas por el alfonsinismo y las de matrimonio igualitario e identidad de género del kirchnerismo).

Hasta qué punto el nuevo Papa podrá ralentizar o detener estos avances es algo que iremos viendo con el tiempo, porque con la relación entre la Iglesia y el poder político sucede como con los matrimonios de toda la vida: cuando uno de sus integrantes cambia sobreviene un período de ajuste, irremediablemente tenso, hasta que las cosas se reacomodan y los dos vuelven a la rutina de siempre, marcada por la mutua desconfianza y los pequeños rencores acumulados e iluminada de vez en cuando por algunos rayos de alegría compartida, que casi lo justifican todo.

1. Max Weber, Economía y sociedad, Fondo de Cultura Económica.

fuente: El Diplo

Te hacés sufi y el mundo se te pone en contra

Un día Cicco, el cronista gonzo, se arrimó al mundo del sufismo, la rama mística del Islam. Dejó la ciudad, el trabajo, los vicios. Sus padres y sus amigos creyeron que se había vuelto loco. En su nueva vida conoció maestros de escuela, albañiles, biólogos y kiosqueros que habían seguido el mismo camino. En esta crónica anfibia está el recorrido espiritual de argentinos que abandonaron las grandes ciudades para leer el Corán, repetir miles de nombres sagrados e irse a dormir pensando que la muerte puede llegarles durante la noche.

No vas a conocer jamás alguien tan ambicioso como un derviche –o sufi, como gustes llamarlo-. No te dejes engañar por la sencillez de la ropa. No hay nada de este mundo que lo haga sentir satisfecho. Pueden venir a ofrecerle el paraíso: riqueza, ríos de vino y vírgenes dispuestas a atenderlo y él dirá: “Mejor no”. No busca nada del palacio y sus encantos. A él sólo le interesa el Rey.
***
Parece que el término sufi viene de lana -“suf”- la ropa que visten los primeros místicos del Islam. Pero aún los expertos no se ponen de acuerdo. Hay quienes rastrean el origen en la palabra pureza –safa-, o en los compañeros de banco –ashab-i suffa- del Profeta Muhammad –paz y bendiciones- quienes habían dejado todo atrás para estar junto a él y pasaban sus días esperándolo sentados junto a la mezquita.
En su mayoría, los primeros sufis son pobrísimos –de ahí también el término derviche y fakir-, y el estado de muchos de ellos es tan elevado que a veces no pueden completar las oraciones rituales sin caer al suelo en éxtasis. Los viajeros occidentales los ven y piensan que están locos o endemoniados o que algo raro les pasa.
“El sufismo consiste en no poseer nada”, lo define uno de los primeros derviches en el siglo X, “y en no dejarse poseer por nada”.
***
Una vez que te vestís como derviche, te transformas en derviche. Es automático. Las mujeres dejan de mirarte. La gente que antes te tenía en alta estima, ahora piensa que no le llegas ni a los talones. Antes calificabas para muchas cosas, ahora no. Con el tiempo, entendés por que los maestros insisten tanto en que te vistas como ellos. Su ropa te limpia del polvo de este mundo. Y te prepara para tu encuentro con el Amado.
***
Te hacés derviche y el mundo en seguida se pone en tu contra. Tus padres no te entienden, tus amigos no te entienden, tus hijos no te entienden.¿El trabajo? Trabajás lo justo y necesario. El mundo ve cómo le das la espalda y lo abandonás. Es natural que se sienta herido.
***
Si sos derviche tenés una práctica diaria. Cuando recién empezás recitás el dikr –el recuerdo de Dios- de los iniciados: pronunciás 1500 Allah, y otros nombres divinos. Cuando sentís que podés asimilar más repeticiones, pasás al dikr de los preparados, y allí descubrís que de los 5000 Allah que repetís, mitad son con la lengua y la otra mitad, te indican, se pronuncian con el corazón. “¿Con el corazón?” te preguntás. Y es ahí cuando las cosas se ponen interesantes.
***
Un siglo atrás, un maestro derviche envía a un luchador a pegarle a tres de sus discípulos. El primero aprieta los puños y se contiene de devolver el golpe. El segundo lo acepta, resignado. Y el tercero, un viejito, agradece. “Estos son los tres niveles de mis discípulos”, explica el maestro. “El primero sabe que todo viene de mí pero aún se resiste. El segundo lo acepta pero no encuentra lección alguna en ello. El tercero, sabe que todo, bueno o malo, es parte de mis regalos a él”.
De eso trata el camino del sufi: rendirse a la voluntad de Dios. Para los derviches, el pinchazo es la vacuna que tal vez te salve la vida.
***

En 1986, un hombre planta en el país la semilla de la orden de Sufi Naqshbandi, a la que pertenecés. Es un psiquiatra de Mar del Plata llamado Eduardo Rocatti. Rocatti dirige un grupo de Gurdjieff –el maestro ruso que aplica el esoterismo oriental  a la psicología moderna-. En el grupo hay maestros de escuela, albañiles, odontólogos, biólogos, kiosqueros. Le va tan bien que si prendés la tele local, ves sus anuncios en los cortes.
Como un siglo atrás, cuando Gurdjieff recibe iniciación de los sufis Naqshbandis, Rocatti decide buscar un maestro vivo por cuenta propia. En 1985 vuela a Konya, Turquia, donde conoce a un vendedor de alfombras, discípulo de un maestro Mevlevi, la orden sufi fundada por Rumi, que lo impresiona. Rocatti le pide conocer a su maestro. “Mi maestro”, le advierte, “no es para vos. El tuyo vive en Chipre. Su nombre es Mawlana Sheik Nazim”.
Al año siguiente, Rocatti conoce a Mawlana, se maravilla, se islamiza y recibe el nombre Abdul Nur. A su regreso, celebra dikrs –encuentros donde se recuerda a Dios a través de sus nombres divinos- e inicia a decenas de personas, autorizado por su  maestro.
Al cabo de un tiempo, Abdul Nur se aleja de la orden y se va a vivir a Tucumán. A los discípulos los invita a irse con él. Van casi todos. Quedan un puñado de Naqshbandis en pie en la Argentina que pueden contarse con los dedos de una mano: entre ellos Ahmad y Hamida, un matrimonio de biólogos. Ante el desconcierto de quedar solos, escriben una carta a Mawlana pidiéndole indicaciones. La respuesta llega. “No hay motivos para la confusión, pues no los hay en el corazón al cual ustedes están conectados”, les dice. “Un verdadero guía es aquel que conduce a la gente fuera de toda confusión”.
Hamida viaja 20 veces a visitar a su maestro, traduce y edita doce libros con sus charlas. Mawlana dice que la siente como de la famila.Y los pocos derviches de fines de los ‘80, nunca más vuelven a sentirse solos.
***
A los sufis, les encanta dar cifras. Así que, con los años, vas apuntando un puñado que te llaman la atención: En toda época, conviven 124.000 santos. El Sagrado Corán contiene 600.000 letras y un santo puede sacar de cada una de ellas 12.000 significados. Cada movimiento de Mawlana, esconde 1200 secretos y  cuando uno besa su mano, entran en su corazón 12.000 conocimientos.
Los derviches te dan cifras abrumadoras. Tus cálculos mentales no pueden abarcarlas y entran en cortocircuito. El camino del sufi es, te dicen, como sumergirse en el océano. No hay tiempo para detenerse a contar las gotas.
***
De los más de dos mil naqshbandis que existen en la Argentina, algunos son públicos y llevan ropa tradicional, a la que llamamos sunna –gorro, pantalones bombines y camisa de mangas largas- y hay otros naqshbandis de placard que jamás reconocerías por la calle. Aún conservan trabajos en atención al público, en empresas, en inmobiliarias que los obligan a mantener las apariencias ante el mundo. Se dice que la recompensa por reproducir un solo hábito del Profeta, en estos tiempos, equivale a cien personas que entregan su vida por Dios. A gran dificultad, gran gratificación.
***
Conocés en un seminario a Shahabuddin, sheik de Glew, barba blanca ensortijada, rostro resplandeciente como piedra milenaria, el gesto de alguien que vivió muchas vidas, y uno de los hermanos más antiguos de la orden Naqhsbandi. Su nombre significa meteoro: el modo que emplea Dios para destruir demonios. Estar cerca de Shaha, es recibir parte de ese impacto celestial.
Un día, le preguntás qué se siente ser derviche. “Uno no viene acá a aprender nada. Lo que hace es dejar los malos hábitos para conectarse a una realidad más elevada. Estoy en este camino hace más de 20 años”, te dice, “y se pone cada vez mejor”.
Lo visitas a Shaha a Glew donde reúne a 50 derviches en una casa sin cartel alguno. Cinco años atrás levanta, a pedido de Mawlana, el maqam del Grand Sheik Abdullah, la extensión espiritual de su tumba: una forma de acercar su presencia. Desde que termina el maqam, el barrio se aquieta. El aguantadero de la cuadra se vende y se mudan nuevos vecinos. Nadie vuelve a escuchar música a todo volumen. “El maqam”, dice Shaha, “irradia luz espiritual continua”.
***
Todo derviche es un esmerado consejero. Muchos de ellos han pasado vidas tan duras como la tuya: hablan desde la experiencia. “La religión”, dice el Profeta –paz y bendiciones-, “es consejo”. El Islam no es exclusivo de las mezquitas. Se lo llama din: una forma de vida. Hay un camino seguido por Muhammad, que el derviche busca seguir al pie de la letra: lo imita para ir al baño, comer, tener pareja o dormir. La gente piensa que una pauta de conducta es un castigo. Pero si estás dentro, sabes que es una bendición. Si la sigues, el fuego de este mundo no te tocará.
***
En cuatro años, ves a más de 20 familias de derviches dejar la capital, siguiendo el consejo del Mawlana de llevar una vida sencilla fuera de las grandes ciudades. Parte el sheikh y su familia de Buenos Aires a Tandil. Se va Yakub con su esposa y su bebé a La Consulta en Mendoza donde hay otras 25 familias de sufis. A Yakub lo visitabas al departamento de sus suegros en Belgrano para que te enseñara las oraciones en árabe. El que no se va, es porque aún no termina su casa. Si un hermano no tiene dinero para construir, se asegura un lote en alguna comuna Naqshbandi. Hay derviches que deciden hacer las valijas y dejar su vieja vida atrás aún sin conocer a Mawlana en persona. Te preguntás: si eso no es estar enamorado, qué es.

Cómo te transformás en sufi
El primer sufi que conocés en tu vida se llama Suleyman, es fotógrafo, estudia psicología y vive, seis años atrás, en una casita en zona norte. Es, para entonces, el sheikh de Buenos Aires. Lo encontrás luminoso, como si tuviera un spot sobre la cabeza.
Con el tiempo te enterás de la historia de Suleyman. En 1994, se interesa por la meditación y viaja por África, Malasia, Tailandia, e India. Vive en ashrams y conoce a gurúes varios. Tres años más tarde, asiste en Buenos Aires a una charla sobre sufismo dada por un sheikh de Alemania, que lo impulsa a viajar a Chipre a conocer al maestro del sheikh. “Es difícil transmitir la impresión que provoca un maestro como Mawlana”, te cuenta hoy. “El estado espiritual que transmite su presencia basta para demostrar su condición de maestro. Gracias a él, descubrí la espiritualidad en la vida cotidiana. Dejé de buscar por agua, y me dediqué a aprender a nadar.”
Una primavera, Suleyman te recibe en su casa. Tiene plantas de tomate y rosales en el fondo. Llevas facturas pero su familia ya tiene preparada la merienda. Como nunca has visto a un sufi en tu vida, hablas mucho y preguntas mucho. Hasta que él te frena. “Estás lleno de palabras”, te advierte. “¿Cómo podés vivir así?”
***
Llegás a la puerta del sufismo desahuciado. Probás con el budismo zen, con el control mental, con la alquimia, con el budismo tibetano y descubrís que, cuando las papas queman, nada de eso te saca del horno. Probás hacer carrera en la vida y descubrís que todos los que han llegado al lugar que aspirás están más perdidos que vos. Golpeaste cada puerta que te ofrece el mundo y en ninguna hallaste nada. Los sufis te ofrecen las llaves del último cerrojo. Detrás, el dueño de casa, espera.
***
Cuando le preguntás a Suleyman sobre las reuniones derviches de los jueves, donde se juntan a repetir los nombres divinos, lo único que dice es: “Cuando vengas, vas a pensar que estamos todos locos”.
***

Todos los sufis respetan los pilares del islam: no asociar nada ni nadie a Dios, practicar las cinco oraciones, pagar el zakat –el 2,5% de los ahorros anuales a los pobres-, el ayuno del mes de ramadán y, en la medida de las posibilidades, hacer la peregrinación a Meca, la casa de Allah.
Pero no todos los musulmanes son sufis. De hecho, creen que tener maestro es asociar alguien a Dios, la transgresión más severa  en este camino. Los derviches, sin embargo, lo ven distinto. “Al que no tiene guía”, dice Mawlana Sheikh Nazim, “lo guía su propio ego”. “Seguir un camino espiritual sin un maestro”, lo escuchás decir al Sheikh Burhanuddin “es someterse a una cirugía sin anestesia”. “Sin un maestro”, dice Sheikh Hisham, “sos un loser”.
El islam moderno, politizado y cargado de petrodólares que uno ve en los medios, toma su conocimiento del papel. El sufismo, la fuente original, al conocimiento le pone el cuerpo.

El maestro y los sheikhs
Mawlana Sheikh Nazim es 40º maestro de la cadena Naqshbandi que se remonta sin quebrarse al profeta Muhammad –paz y bendiciones-.  A Sheikh Nazim lo llaman el sultán de los santos. Dueño del trono de la guía. Revividor de la Ley Divina. La lista sube y sube.
Ves sus discursos en vivo en la web y te llama la atención como ese viejito amoroso de 90 años tiene bajo el manto tanto poder divino acumulado. Encontrás un mapa con sus centros en el mundo señalados con un ícono. Parece el tablero de TEG de alguien que ha ganado la partida.
***
Te enterás –porque te cuentan hermanos y porque leés- de la epopeya que ha sido la vida de Mawlana: nieto de un sheik de la orden Qadiri, descendiente del místico y poeta Rumi y del Profeta –paz y bendiciones-, de niño jamás se lo ve discutir. Aún no cumple 10 y los vecinos se acercan a pedirle consejo. Estudia ingeniería química en la Universidad de Estambul. Su hermano médico muere en la guerra y la pérdida lo marca. En tiempos de veda religiosa en Turquía, Mawlana hace el llamado a la oración desde el minarete de la mezquita y lo encarcelan muchas, pero muchas veces. Acumula 114 casos en su contra. El equivalente a 100 años de prisión. Sus abogados le advierten que no lo haga más. “No puedo”, les dice, “la gente debe escuchar el llamado a la oración”. Cuando parece que transitará el resto de su vida entre rejas, asume un presidente en Turquía cuyo primer decreto es abrir las mezquitas y legalizar el llamado a la oración. El prontuario de Mawlana, por arte de magia, se esfuma.

Fuente: Anfibia

Chipre y Europa


chipre4
Para salir – sólo un ratito – de nuestras claustrofóbicas internas, les acerco uno de los didácticos textos que envía Pablo Tonelli. En éste, además de describir la situación que llevó al corralito – lo habíamos comentado aquí, no sé si recuerdan – agrega alguna información sugerente sobre el rol de esta pequeña isla en estrategias en pugna por el futuro de Europa. Que me parece un tema más interesante que el juego de “gallina” que practica Corea del Norte.

CHIPRE,  EL ÚLTIMO DESASTRE EUROPEO

Pablo Tonelli, economista
El título de la presente nota lo tomé directamente de “The Economist”, la prestigiosa revista británica, que lo incluyó en la tapa de su edición del 23 al 29 de marzo. Con ese particular sarcasmo inglés, en los artículos que publica el seminario referidos a la crisis financiera de Chipre, se afirma que  cuesta trabajo sentir nostalgia por la gestión de Jean Claude Juncker, el Primer Ministro de Luxemburgo anteriormente al frente del Eurogrupo que fue quién decidió la metodología  de financiamiento de Grecia, Irlanda, Portugal y España.
Pero esa nostalgia aparece al compararla con la de Jeroen Dijsselbloem, Ministro de Finanzas holandés y nuevo titular del Eurogrupo, cuyos dichos y propuestas, a juicio de The Economist, pusieron seriamente en riesgo la continuidad de la pequeña isla dentro de la zona euro y arrojaron temores sobre las otras economías de la periferia de Europa. El motivo: se sugirió la posibilidad de una “quita” de los depósitos efectuados por particulares en los bancos privados de Chipre, como forma de “cofinanciar” con dinero adicional aportado por la isla el paquete de recursos aprobado por el Eurogrupo. Unas contradictorias declaraciones del Ministro holandés presidente de éste, referidas a que las acciones que tuvieran lugar en Chipre servirían como modelo ante nuevas crisis bancarias en la UE encendió la alarma entre los ahorristas de los países de la periferia europea. Esta conducta es materia de la ácida crítica de The Economist.
Para comenzar, vamos a tratar de entender el problema: ¿Qué es, como se organiza políticamente y donde se encuentra Chipre?  Wikipedia  informa: “La isla de Chipre está situada en el mar Mediterráneo, 113 Km. al sur de Turquía, 120 Km. al oeste de Siria, y 150 Km. al este de la isla griega de Kastellorizo. Chipre ingresó como miembro de las Naciones Unidas el 20 de septiembre de 1960.
Geográficamente, Chipre pertenece al suroeste asiático (más específicamente, al Cercano Oriente), pero política y culturalmente, se considera como parte de Europa. Históricamente ha sido siempre un puente principal entre los dos continentes.
El gobierno de Chipre se organiza de acuerdo con la constitución de 1960, que repartió el poder entre las comunidades grecochipriota y turcochipriota.
En 1974, Turquía consiguió el control de la tercera parte del territorio, al norte del país.
En 2004 Chipre ingresó en la Unión Europea. Sin embargo, la aplicación del acervo comunitario se limita a la parte sur de la isla, hasta que se produzca la reunificación.” (Expresión de deseos de Wikipedia…que ha fracasado en los hechos)
Es decir, la República de Chipre, cuya capital es Nicosia, cuenta con el reconocimiento de las Naciones Unidas y ocupa las dos terceras partes de la isla del mismo nombre, donde se asienta fundamentalmente la comunidad grecochipriota y es parte de la Unión Europea. El Estado del Norte formado por los turcochipriotas sólo cuenta con el reconocimiento de Turquía. El PBI de la República de Chipre es muy pequeño, U$S 20.000 millones, apenas un 0,2% de la zona euro (un 4 % de la Argentina, para ubicarnos), pero  su sistema financiero equivale a cuatro veces su Producto!!!! Es decir unos U$S 80.000 millones. ¿Cómo es esto posible?  Porque la isla se había convertido en un paraíso fiscal para inversores fundamentalmente rusos, griegos y por supuesto también chipriotas, una gran masa de dinero “negro”, proveniente de la evasión fiscal o de actividades directamente delictivas.
El sistema financiero chipriota, con tres entidades que conformaban el 90 % de la capitalización bancaria ya había recibido paquetes de “ayuda” del FMI y el Eurogrupo en ocasión de la crisis bancaria de la periferia europea y su exposición en Grecia conllevó a pérdidas cercanas a los U$S 5.000 millones. La continuidad en la grave situación del sistema financiero chipriota ocasionó la solicitud por parte del gobierno de la isla de un nuevo paquete de asistencia por U$S 17.000 millones de euros (unos U$S 21.500 millones) La respuesta del Eurogrupo a esta demanda fue la que detonó la crisis.
La decisión de las instituciones de la UE fue acordar un crédito al gobierno chipriota de 10.000 millones de euros para que éste lo destinara a sanear los devaluados activos de sus bancos. Los otros 7.000 millones debían provenir de una “quita” próxima al 10 % de los depósitos mayores a los 100.000 euros y del 6,75% a los menores a esa cifra, tuvieran o no garantía. El Parlamento de Chipre rechazó estos términos. Sobrevino una situación de “feriado bancario” que duro casi dos semanas y la posterior decisión de establecer un “corralito bancario” que fijara en 300 euros los límites diarios de extracción de depósitos permitido. Corralito y nuevo endeudamiento público, que llevarán la relación entre deuda externa y PBI en Chipre a niveles cercanos al 140 % (la misma a la que llegó la Argentina precisamente en tiempos de nuestro corralito financiero!!!).
Dos niveles de problemas merecen ser considerados. El primero es cómo el sistema financiero internacional se hace cargo del problema, con las tensiones y disputas de poder implícitas. El segundo los costos políticos y sociales.
El tradicional tratamiento que la UE ha seguido en el curso de la crisis iniciada en 2008 en relación con los Bancos y los países en los cuales se desataron las mismas consistió en auxiliar al sistema financiero, a través de un conjunto de instrumentos, tanto del Banco Central Europeo como directamente comunitarios, desde líneas de crédito, a la adquisición de deuda “toxica”,  en la búsqueda del restablecimiento de su solvencia,  aproximándose a los criterios de Basilea. (Conjunto de normas internacionales sobre el funcionamiento de los Bancos). Por otra parte, los Gobiernos de los países en dificultades han recibido financiamiento para pagar los servicios de interés de su deuda pública, lo que ha conducido a un proceso de reducción brutal de su demanda interna, bajando el gasto público, el empleo y el salario para “achicar” las economías al tamaño en que puedan funcionar con la paridad actual del euro y hacer frente a su deuda anterior y los permanentes refinanciamientos. Es decir comprimir sus economías y su gasto al ritmo que permita pagar su deuda pública en las condiciones pactadas
A este tratamiento se le agregó en Chipre la polémica propuesta de quita de todos los depósitos. Ante su rechazo en los términos en que fue formulada ahora aparece una segunda propuesta, la concentración de la Banca y la absorción de las entidades con mayores problemas (proceso en curso) y una quita aún mayor sobre los depósitos no garantizados (se habla de un 40 %).Esta dureza adicional a la dureza ya manifestada se sostiene a mi juicio en la confianza de las autoridades del Eurogrupo en que la situación financiera de la periferia europea se halla bajo control luego de los ajustes y posteriores compras de activos en riesgo por el Banco Central Europeo a los Bancos.
Haciendo un pequeño ejercicio de cinismo, The Economist dice que, el temor a que los depósitos puedan ser también objeto de quita en la periferia europea (Si hay quitas en Chipre, ¿porqué no en España o Portugal?) y se provoquen fugas de capitales en esos países, no cree que le quite el sueño a Alemania, cuyos Bancos y cuyo territorio nacional han sido el destino de las anteriores corridas de depósitos y fuga de capitales durante el desarrollo de la crisis.
No me resulta extraño que la revista inglesa, tan compenetrada siempre en los intereses británicos, prefiera un salvataje de Chipre (isla muy vinculada a la historia del Imperio) caso por caso, Banco por Banco, sin quitas de depósitos, o al menos sin quitas a los depósitos garantizados, porque implican mayores recursos comunitarios en forma de créditos. Agita el fantasma de Rusia (el fantasma del comunismo ya no puede agitarse): que Rusia acuda en ayuda de los plutócratas de ese origen con recursos en Chipre a cambio de concesiones de sus reservas gasíferas y capitalice su sistema financiero. Hasta el momento, sólo un fantasma.
Los costos sociales de la población chipriota se asemejarán a los de su vecina y cultural e históricamente afín Grecia, es decir, fuerte caída de su PBI, endeudamiento insostenible, caída del empleo y el salario. Su mejor escenario, como el de la periferia de Europa, es un largo y profundo estancamiento, la mejor promesa que hoy puede hacerle el sistema capitalista mundial.

fuente: el blogg de Abel