por Mendieta
"El mundo no solo consiste en cosas sólidas, sino en flujos de fuerzas,
en movimientos de energía o en modificaciones de la configuración del
shih. Estas constituyen el Tao".
"el mayor impedimento para conocer el Tao es la fijación. En lugar de ser el agua que se despeña por el barranco, somos nuestro propio enemigo, impidiendo su flujo. Nos atenemos a una visión reducida, a una pequeña parte dentro del gran movimiento, en lugar de movernos con él de forma fluida".
"Ahora bien, lucha por conseguir la victoria, ataca y alcánzala.
"Pero no sería de buen augurio que no tuvieras en consideración tus logros. Pues, de ese modo, tu destino sería el de `la riqueza que se escapa`.
"Por eso se ha dicho:
El gobernante iluminado la contempla.
El buen general la persigue.
Si no es ventajoso, no actúes.
Si no es asequible, no utilices tus tropas.
Si no hay peligro, no presentes batalla.
El gobernante no puede reclutar un ejército llevado por la cólera.
Ni el general puede presentar batalla llevado por el rencor.
Si te ha de producir beneficios, utiliza tus tropas.
De lo contrario no lo hagas.
La ira puede convertirse en alegría,
y el rencor puede convertirse en gozo.
Pero una nación destruida no puede recuperarse,
ni los muertos pueden volver a la vida.
Por eso, aquel soberano que sea lúcido tendrá en cuenta esto.
Y el buen general prestará atención.
Todo esto constituye el Tao para salvaguardar el estado y para mantener unido al ejército.
"el mayor impedimento para conocer el Tao es la fijación. En lugar de ser el agua que se despeña por el barranco, somos nuestro propio enemigo, impidiendo su flujo. Nos atenemos a una visión reducida, a una pequeña parte dentro del gran movimiento, en lugar de movernos con él de forma fluida".
"Ahora bien, lucha por conseguir la victoria, ataca y alcánzala.
"Pero no sería de buen augurio que no tuvieras en consideración tus logros. Pues, de ese modo, tu destino sería el de `la riqueza que se escapa`.
"Por eso se ha dicho:
El gobernante iluminado la contempla.
El buen general la persigue.
Si no es ventajoso, no actúes.
Si no es asequible, no utilices tus tropas.
Si no hay peligro, no presentes batalla.
El gobernante no puede reclutar un ejército llevado por la cólera.
Ni el general puede presentar batalla llevado por el rencor.
Si te ha de producir beneficios, utiliza tus tropas.
De lo contrario no lo hagas.
La ira puede convertirse en alegría,
y el rencor puede convertirse en gozo.
Pero una nación destruida no puede recuperarse,
ni los muertos pueden volver a la vida.
Por eso, aquel soberano que sea lúcido tendrá en cuenta esto.
Y el buen general prestará atención.
Todo esto constituye el Tao para salvaguardar el estado y para mantener unido al ejército.
El arte de la guerra. Sun Tzu.
fuente: Mendieta, el renegau
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