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lo que defiendo, lo que muchos defendemos, no es un nacionalismo pelotudo... sino un par de ideas, resignificadas hoy, libertad e igualdad... ideas profundamente mestizas aquí en Abya Yala, y aunque respeto toda otra posición cultural-política, creo, sinceramente, que es desde esta Gran Tierra, unidos, en comunidad, aceptando profundamente nuestra realidad mestiza -el uno- es que el Abya Yala florecerá... y que todos los enormes esfuerzos de Occidente por destruirnos, por separarnos, por vulnerarnos y conquistarnos, demostrarán inversamente la magnificencia de nuestra sonrisa, de nuestro futuro... por los Padres Libertadores del Pasado, Por los Hermanos Libertadores de Hoy, por Nosotros y los que Vienen... SUMAQ KAWSAY!... y eso tal vez parezca anárquico...pero tal vez esta anarquía sea un nuevo orden... opuesto al actual, sin dejar de reconocer lo alcanzado... por todos...

miércoles, 24 de octubre de 2012

Nombrar a Néstor

               “Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias; me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones que no pienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada”

Néstor Kirchner (25-5-2003) 

  por Diego Burd

  Discurso inaugural, en aquel 25 de Mayo del 2003, Néstor Kirchner comenzó un proceso de des-colonización del lenguaje político de la década de los ’90, profundamente vació de convicciones e ideales, mediado por las construcciones de la esfera del mercado, una subordinación que impedía ver la designación de la palabra, que orientaba la visión, un discurso que ocultaba las consecuencias del devenir del neoliberalismo, un avance que sobre la idea de un progreso que nos conduciría a las playas del primer mundo, mientras dejaba detrás de su avance los restos de los perdedores de la historia.

  Kirchner nombra la política, le devuelve la dimensión de una relación entre convicción de transformación y acción política, el retorno de un conjunto de valores que unifican a la subjetividad política con una ética del otro, valores que nos ubican frente al rostro del otro, que le devuelve sentido a la existencia en cuanto, la acción transformadora de lo político es la capacidad de representar la posibilidad de construir un horizonte igualitario, de construir una sociedad cuyo eje central es la idea de la justicia social, como respuesta a la mirada del otro subalterno, que me habla desde el hambre, como subjetividad que se constituye como humanidad.

  La muerte nos sorprende, crea ausencias, pero de repente, detrás de la cortina de agua emergían rostros, hermanados en una plaza, identificados como parte de un proyecto que supero el marco de una vida, para ser un proyecto colectivo, eran los rostros de los que antaño eran los humillados, los excluidos, los que ahora miraban a los ojos de la totalidad de la sociedad, diciendo que somos presencia, somos Néstor, somos convicción, a partir de ese momento trágico, el nombrar a Néstor, significo en los sectores mas humildes de nuestra sociedad, la posibilidad de ser en la vida, ya que ese hombre, a través de no dejar las convicciones en las puertas del poder, devolvió la posibilidad de una vida digna de ser vivida.

   Nombrar a Néstor, humano, con aciertos y errores, es nombrar una experiencia del retorno de la dignidad de los humildes, es voz de construir una sociedad que nos incluya a todos.

Nombrar a Néstor es poner en tensión los significantes que los sectores subalternos construyen para dar a lo real, del conjunto de los imaginarios y tradiciones populares, que nuevamente vuelven a emerger, que colocan el disenso como constructor de lo político, ya que su presencia en la arena política es la muestra de la desigualdad a ser combatida, es un proceso de generación de una incorporación democrática, en las subjetividades emitiendo una palabra, que interpelan y conforman una experiencia de vida que los constituye, como el “otro” despreciado por las clases dominantes y las fracciones de clases medias, que sienten el proyecto igualitario, como un atentado a la ficción de unos privilegios construidos.

   Nombrar a Néstor, es un proyecto de autoreconocimiento, las voces de la derrota del pasado emergiendo como reclamo, de que los vencedores del ayer son los dueños del poder de hoy, con la posibilidad de negar que ese poder constituido sea eterno, es democracia de un pueblo.

     Nombrar a Néstor, es recuperar la pasión de la acción política, que construir una sociedad mas igualitaria enfrentando al poderoso de adentro y afuera, solo se puede hacer sin dejar las convicciones en las puertas del poder, ya que si un día las perdemos, ellos, los poderosos vencerán

fuente:  Poemas Urbanos y otras cosas

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