por Lucas Carrasco
La semana que viene se van a pagar 2.200 millones de dólares de los
Boden de este año. Acentuando los pagos que van de la mano con no
contraer deuda. El mero andar de esta decisión -que trae costos,
beneficios y esfuerzos, poco reconocidos, en buena medida por que el
tema dejó de "formar agenda" por la implementación misma de esta
política del gobierno del relato- pone a la Argentina en otro sitial.
Desata las pasiones financieras, ya colocadas en un ángulo, como les
gusta decir a los psiquiatras que son licenciados en economía,
"racional". Pero, como por suerte, los estados bobos están bajo el
Síndrome de Estocolmo en los centros financieros, no hay plata. O la hay
a plazos cortos y tasas altas. Aunque, para el promedio de nuestro
país...De todos modos, la entonces denostada política de acumular
reservas y pagar la deuda, por ahora, alcanza. Y el escenario es de
menor exigencia, pasado este año. Entrando en el, je, año electoral. Y
"honrar los compromisos" (qué negados para el lenguaje, los economistas.
Cosa curiosa, porque si hay algo que es puro relato es la economía) no
ha incapacitado al poder ejecutivo -el poder tribunal y la biblioteca
del congreso, cuando hay que hablar en serio, no cuentan- para impulsar
políticas "contracíclicas" que de paso salden deudas históricas. Como el
plan de viviendas. O los aumentos, compitiendo contra la inflación
galopante. Que no se suavizó, como decían los manuales "ortodoxos"
cuando se aplicaron las justas medidas (ortodoxas según el
judeomarxismo, ahora además de drogadicto y nazi, sacapresos) de que los
usuarios y no los chaqueños y formoseños se hagan cargo del subte o que
las zonas con más riqueza por el derrame del puerto tengan subsidiados
sus consumos de energía, producida, además, donde no se reciben
subsidios. Muy lindo todo.Que la argentina haya radicalizado el plano mundial de distribución de los mecanismos agresivos de endeudamiento no quita que se trate de una tendencia de "los países emergentes" que, a grandes rasgos como toda tendencia, mandan dinero a los países industriales para que éstos financien los bancos y sostengan su industria (no, por ejemplo, su empleo: entre otras cosas por que esas industrias, que compiten con el crecimiento industrial de los emergentes, ajustan por productividad) con lo cual, de persistir esta tendencia, con las reservas del caso...puede cambiar -yo creo que levemente, pero bue...- la actual configuración de poder mundial. Veremos.
La tendencia comentada se complementa, o se hace posible, depende del enfoque, con el crecimiento de los siempre volátiles precios de los productos primarios, invirtiendo una curva en la "división internacional del trabajo". Todo indica que esta tendencia continuará, con oscilaciones, por años. Políticamente, entonces, a los países industriales les conviene, como vienen haciendo de manera sostenida a través de "fundaciones" encarecer este proceso, a través de la ecología como marco de consenso social y mientras tanto con medidas tangentes para-arancelarias.
Un primor.
Y, está la guerra. El origen de ésto. La guerra, en los países primarios, no se estudia. Se disocia de la economía. Como si el keynesianismo fuera una libreta de almacenero.
Se ha prestado poca atención a un commodities estratégico, clave en la economía global: la producción primaria de drogas. La decisión uruguaya de legalizar la marihuana. Y las controversias, al interior de la oligarquía narco en centroamérica y sudamérica, que llegó a un estadio de asociación con los capitales yanquis que ya reditúan las empresas pensadas originalmente para lavado de dinero (los bancos, por ejemplo; la logística, el transporte) y una serie de costos, políticos, sociales y económicos que traen las matanzas que junto a cierto aburguesamiento y paso, inexorable -ésto es el capitalismo- de las generaciones del crimen mafioso al comportamiento burgués de las nuevas generaciones, más el aumento del costo del asesinato, que no es cíclico en relación a la cantidad de guerras, configuran un nuevo escenario. Para Latinoamérica. Un debate que, en la sucesión de crímenes narcos en la argentina que se niega a mirarse a sí misma, tarde o temprano, nos estallará.
Por ahora, la oligarquía no la ve. Pronto, tendrá la duda, calculadora: ¿hectárea de coca, de marihuana o de soja? Actualmente, quitando los factores biológicos e ingenieros, los costos de todo tipo son más bajos con la soja en Argentina (no porque lo otro no valga más, sino en el total de costos a afrontar). Pero esa situación no puede durar.
La Unión Cívica Radical, el partido "del campo" y aliado a De Narváez, quizás pueda, en este cuadro general, resucitar.
Sí, yo también los quiero a todos.
fuente: República Unida de la Soja
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