Siento la necesidad de expresar mi humilde
opinión como laica y creyente de una iglesia que hizo la opción por los más
pobres, al menos es la que aprendí al lado de sacerdotes como Carlos Mugica, a
quien muchos vecinos de la villa de Retiro le llamaban el Papa de América. Luego
conocí, compartí la fe y aprendí a caminar también con los sacerdotes Carlos
Bustos, Pablo Gazarri y Mauricio Silva, curas obreros que como tantos sufrieron
la persecución, la tortura y el asesinato por la dictadura cívico militar. Recuerdo
que a pocos meses de la dictadura, sucedió el secuestro de varios militantes y
catequistas, entre ellas las hijas de Marta Vásquez, presidenta de Madres de
Plaza de Mayo Línea Fundadora, y del fundador del CELS, Emilio Mignone, junto a
los sacerdotes Osvaldo Yorio y Jalics en el bajo Flores. Alguien de la Iglesia me anunció que
tuviera cuidado con los curas que andaba en las villas porque me podía pasar
algo, y sucedió la terrible matanza en julio de ese año de los sacerdotes
palotinos, y de los curas en la
Rioja. El Obispo Angelelli
es asesinado por su denuncia y compromiso,mas tarde también el Obispo de
San Nicolás Ponce de León.
Patricio
Rice, Carlos Bustos y Pablo Gazarri viajaron a La Rioja a investigar estos
asesinatos. El 11 de octubre del mismo año fuimos secuestrados Patricio Rice y
yo saliendo de la villa de Soldati, y fuimos llevados al Garage Azopardo, a Coordinación
Federal y luego a la cárcel.
Fueron cientos los miembros de distintas
iglesias que fueron victimas de la dictadura cívico militar. En la cárcel
algunas compañeras eran visitadas por rabinos o pastores de Iglesias
evangélicas, las católicas teníamos que pedir una audiencia por escrito para
que muy rápidamente nos atendiera a través de las rejas el sacerdote de la cárcel.
Los testimonios de las Madres de Plaza de Mayo y de muchos sobrevivientes
coinciden en que cuando se encontraban con miembros de la jerarquía católica
les pedían datos de sus hijos y sus compañeros. En la ESMA los capellanes de las
fuerzas armadas bendecían a los oficiales después de los vuelos de la muerte .Las
monjas francesas Alice Dumont y Leonie Duquet, y el sacerdote Pablo Gazarri
,miembro de la
Fraternidad Carlos de Foucauld fueron arrojados al río en los
vuelos de la muerte . En Campo de Mayo miembros de la Iglesia fueron quienes
entregaron los bebés robados de las embarazadas.
Un ejemplo juzgado por la justicia es el
del sacerdote Von Wernich. La iglesia dijo que después que lo juzgara la
justicia ellos decidirían qué hacer. Jamás fue sancionado por la Iglesia, y hoy da misa a
los genocidas con quienes se encuentra en la cárcel de Marcos Paz.
Me sorprendió la elección del nuevo papa
Bergoglio, porque precisamente él estaba cuestionado por muchos cristianos y
otros sectores de la sociedad que lucharon por la democracia en nuestro país y
por llegar a la justicia, la verdad y la memoria de las miles de victimas de la
dictadura cívico militar. Enseguida me llegaron mensajes de amigos de distintos
lugares del país y de otros países que no entendían esta elección por la
complicidad que tuvo la jerarquía de la Iglesia con la dictadura, me preguntaban si era
motivo de alegría, angustia o miedo. Por supuesto que muchos se sentirán
orgullosos, y comienzan a ponderar un supuesto papa humilde, argentino,
latinoamericano. Es cierto que los antecedentes de los otros miembros papables
no eran tan alentadores. Pero hay que remarcar que hay una deuda aún de la Iglesia católica con las
victimas de la dictadura.
Son muchos los que gritaron la vida con el
Evangelio, los que acompañaron al pueblo perseguido, torturado, encarcelado,
despojado, asesinado. Es precisamente en este mes, a 37 años del golpe de la
dictadura cívico militar y 30 de
recuperación de la democracia, que es preciso que lleguemos a la verdad. Pasaron
muchos años y siempre esperé algún gesto de la Iglesia católica hacia las
Madres y Abuelas de Plaza de Mayo interesándose por los hijos y nietos
apropiados, aunque sea por un gesto de humanidad.
Nuestro país hoy es un ejemplo en el mundo,
por el avance de los juicios a los genocidas y en diversos temas de derechos
humanos, también por buscar y ser firmes en la defensa de la soberanía, falta
mucho aún pero el nuevo rumbo de América Latina nos hace sentir esperanzados y
construyendo autonomía e independencia en nuestra región. Tal vez a muchos les
parecerá irreverente de mi parte estos comentarios pero sigo creyendo en la
iglesia que me enseñaron nuestros mártires, aquellos que con gran coherencia
entregaron la vida por los más desposeídos del mundo. América Latina tiene
grandes ejemplos de entrega en Monseñor Romero ,los jesuitas asesinados en el
Salvador, y cuantos religiosos, as y laicos comprometidos por la liberación de
sus pueblos.
¿Francisco
I podrá proponer que las riquezas del
Vaticano sean puestas al servicio de los más pobres? La responsabilidad de
construir la paz en el mundo es muy grande. Los sobrevivientes, familiares,
luchadores del movimiento de derechos humanos, victimas de las terribles
dictaduras de esta región aprendimos que la paz se construye con la verdad, la
justicia y la lucha por la vida entregada al prójimo.
Fátima Cabrera de Rice
Educadora popular
Sobreviviente de la dictadura
Catequista
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