Carlos Fonseca, fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (Fsln), nació dos años después del asesinato del héroe máximo de la lucha antimperialista del pueblo nicaragüense, Augusto César Sandino, y cayó en combate dos años y medio antes del triunfo de la Revolución. Y su extraordinario mérito ha sido el de estructurar los cimientos en los cuales debí
a fundamentarse la lucha y la
construcción de la nueva sociedad. Esa nueva sociedad - decía- debía
arraigarse en las tradiciones revolucionarias nacionales encarnadas en
Sandino, y desde esa mirada edificar el socialismo. Fue de los que
supieron unir las ricas expresiones históricas de la lucha por la
liberación, especialmente contra el yugo del imperialismo yanqui y de la
tiranía de los Somoza, con las concepciones universales e
internacionalistas del marxismo. Y Fonseca las llevó a la práctica
organizando una nueva vanguardia del pueblo, combinando la lucha de
masas con la lucha armada, y desplegando una permanente batalla de ideas
por la unidad y contra las viejas concepciones dogmáticas de supuestos
«marxistas» anquilosados en una rutina fraseológica incapaz de construir
los instrumentos del poder popular. Tal expresión teórica, Carlos la
plasmó con emoción, con patriotismo, con mucho amor a su pueblo, a su
madre, a sus compañeros de combate, con una fuerza incorruptible que fue
ejemplo. Por eso, para el pueblo, la caída de Fonseca fue algo
irreparable y se lo lloró, y con Carlos en el grito fue el asalto final
contra la guarida de Somoza.
Fonseca, por eso y por organizar esa herramienta para la revolución -el Fsln está en la línea de los grandes revolucionarios latinoamericanos, Fidel Castro, el Che, Farabundo Martí, Mariátegui, Salvador Allende… Su acción y concepciones marcaron sin duda alguna a los marxistas argentinos.
Fonseca, por eso y por organizar esa herramienta para la revolución -el Fsln está en la línea de los grandes revolucionarios latinoamericanos, Fidel Castro, el Che, Farabundo Martí, Mariátegui, Salvador Allende… Su acción y concepciones marcaron sin duda alguna a los marxistas argentinos.
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